Contra la propuesta de la
Conferencia Episcopal alemana
El cardenal alemán Paul
Cordes, presidente emérito del Pontificio Consejo Cor Unum, ha manifestado su
oposición a la comunión de protestantes casados con católicos, recordando que
tal práctica habría sido inadmisible en los primeros siglos de la Iglesia.
(InfoCatólica) El cardenal ha
escrito el siguiente artículo:
La conferencia de los obispos
alemanes votó en su reciente asamblea plenaria que en los matrimonios mixtos el
cónyuge protestante podría recibir la Sagrada Comunión en casos individuales y
bajo ciertas condiciones. Esta
decisión afronta serios obstáculos teológicos.
Primero está la tradición eclesiástica bien atestiguada.
L. Hertling ha presentado esto en un impresionante
artículo histórico sobre la práctica de la Comunión del cristianismo primitivo
(Communio und Primat, en: "Una Santa" 17
(1962) 91ff).
Tomo prestado de
dicho artículo lo siguiente:.
La
Comunión eucarística es el signo visible de la comunión eclesial para el
cristianismo primitivo. Cuando el obispo Policarpo de Esmirna llegó a Roma a
mediados del siglo II para negociar con el Papa Aniceto sobre la disputa por la
fehca de la festividad de Pascua, los dos obispos no pudieron llegar a un
acuerdo. A pesar de eso no pusieron fin la comunión eclesial. Ireneo de Lyon
expresa la comunidad de fe preservada de la siguiente manera: "Comulgaron
entre sí".
Como
forma de distinguirse de las herejías y doctrinas erróneas que han ido
surgiendo, siempre se ha aplicado el principio de que cada persona pertenece a
la comunidad en la que recibe la Sagrada Comunión. Por eso, el violento [y
herético] Patriarca Macedonio de Constantinopla obligó a los católicos a
recibir la Comunión de sus manos: hizo que les abrieran la boca por la fuerza y
les introdujo en ella la Eucaristía"..
Este punto de vista también
puede encontrarse en el siglo séptimo. Se informa de que los católicos que viajaron a regiones
heréticas llevaron el cuerpo del Señor con ellos. Los herejes hicieron lo mismo
para evitar tener que mantener comunión religiosa con los católicos.
Esta es la fe y la práctica de la Iglesia primitiva: la
recepción del cuerpo del Señor es más auténtica como testimonio de unidad en la
fe que todas las palabras.
Además de la orientadora
práctica de la Iglesia primitiva,
tenemos la clara enseñanza de la Iglesia en el presente. El Papa
Benedicto XVI, en su Carta Apostólica postsinodal Sacramentum Caritatis
(23 de marzo de 2007), dice:
"Por
otro lado, el respeto que debemos al
sacramento del Cuerpo y Sangre de Cristo nos impide hacer de él un simple « medio» que se usa
indiscriminadamente para alcanzar esta misma unidad".
La Eucaristía no solo expresa
nuestra comunión personal con Jesucristo, sino también incluye la plena
comunión con la Iglesia. Así que este es el motivo por el que pedimos a los
cristianos no católicos, con dolor pero no sin esperanza, que comprendan y
respeten nuestra convicción basada en la Biblia y la Tradición.
Creemos que la comunión
eucarística y la comunión eclesial están tan unidas que generalmente es
imposible que los cristianos no católicos reciban el sacramento de la Comunión
sin compartir la comunión.
La propuesta de la conferencia
episcopal no puede pretender ser teológicamente sólida.
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