viernes, 6 de abril de 2018

EL CARDENAL CORDES RECUERDA QUE LA IGLESIA SIEMPRE SE HA OPUESTO A QUE LOS NO CATÓLICOS PUEDAN COMULGAR



Contra la propuesta de la Conferencia Episcopal alemana

El cardenal alemán Paul Cordes, presidente emérito del Pontificio Consejo Cor Unum, ha manifestado su oposición a la comunión de protestantes casados con católicos, recordando que tal práctica habría sido inadmisible en los primeros siglos de la Iglesia.
 (InfoCatólica) El cardenal ha escrito el siguiente artículo:
La conferencia de los obispos alemanes votó en su reciente asamblea plenaria que en los matrimonios mixtos el cónyuge protestante podría recibir la Sagrada Comunión en casos individuales y bajo ciertas condiciones. Esta decisión afronta serios obstáculos teológicos.
Primero está la tradición eclesiástica bien atestiguada. L. Hertling ha presentado esto en un impresionante artículo histórico sobre la práctica de la Comunión del cristianismo primitivo (Communio und Primat, en: "Una Santa" 17 (1962) 91ff).
Tomo prestado de dicho artículo lo siguiente:.
La Comunión eucarística es el signo visible de la comunión eclesial para el cristianismo primitivo. Cuando el obispo Policarpo de Esmirna llegó a Roma a mediados del siglo II para negociar con el Papa Aniceto sobre la disputa por la fehca de la festividad de Pascua, los dos obispos no pudieron llegar a un acuerdo. A pesar de eso no pusieron fin la comunión eclesial. Ireneo de Lyon expresa la comunidad de fe preservada de la siguiente manera: "Comulgaron entre sí".
Como forma de distinguirse de las herejías y doctrinas erróneas que han ido surgiendo, siempre se ha aplicado el principio de que cada persona pertenece a la comunidad en la que recibe la Sagrada Comunión. Por eso, el violento [y herético] Patriarca Macedonio de Constantinopla obligó a los católicos a recibir la Comunión de sus manos: hizo que les abrieran la boca por la fuerza y les introdujo en ella la Eucaristía"..
Este punto de vista también puede encontrarse en el siglo séptimo. Se informa de que los católicos que viajaron a regiones heréticas llevaron el cuerpo del Señor con ellos. Los herejes hicieron lo mismo para evitar tener que mantener comunión religiosa con los católicos. Esta es la fe y la práctica de la Iglesia primitiva: la recepción del cuerpo del Señor es más auténtica como testimonio de unidad en la fe que todas las palabras.
Además de  la orientadora práctica de la Iglesia primitiva, tenemos la clara enseñanza de la Iglesia en el presente. El Papa Benedicto XVI, en su Carta Apostólica postsinodal Sacramentum Caritatis  (23 de marzo de 2007), dice:
"Por otro lado, el respeto que debemos al sacramento del Cuerpo y Sangre de Cristo nos impide hacer de él un simple « medio» que se usa indiscriminadamente para alcanzar esta misma unidad".
La Eucaristía no solo expresa nuestra comunión personal con Jesucristo, sino también incluye la plena comunión con la Iglesia. Así que este es el motivo por el que pedimos a los cristianos no católicos, con dolor pero no sin esperanza, que comprendan y respeten nuestra convicción basada en la Biblia y la Tradición.
Creemos que la comunión eucarística y la comunión eclesial están tan unidas que generalmente es imposible que los cristianos no católicos reciban el sacramento de la Comunión sin compartir la comunión.
La propuesta de la conferencia episcopal no puede pretender ser teológicamente sólida.

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