Este domingo millones de católicos acudirán a las
iglesias para iniciar la Semana Santa con el Domingo de Ramos y recordar así la
entrada triunfal de Jesús en Jerusalén cuando fue recibido por sus discípulos y
la población con palmas y ramos de olivo.
No obstante, ¿cuál es el verdadero sentido de estas
palmas una vez bendecidas?
Luego de ser bendecidas, muchos fieles suelen colocarlas en algún lugar
privilegiado del hogar y las utilizan como un sacramental, es decir, como “signos sagrados con los que, imitando de alguna manera a
los sacramentos, se expresan efectos, sobre todo espirituales, obtenidos por la
intercesión de la Iglesia” (CIC 1667).
A pesar de esta precisión, son muchas las personas que acostumbran
colocar las palmas benditas detrás de la puerta "como
amuletos, con fines curativos o para mantener alejados a los malos espíritus o
a los rateros, lo cual es una superstición”, advirtió el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México (SIAME).
Esta creencia –según el SIAME– es errónea debido a que “el verdadero sentido de las palmas en nuestro hogar es
tener presente que Jesús es nuestro rey y que debemos siempre darle la
bienvenida en nuestro hogar”.
Una vez termine la Semana Santa, se sugiere llevarlas “a la iglesia para que sean quemadas y emplear su ceniza
precisamente en el ‘Miércoles de
Ceniza’, principio de la próxima Cuaresma”, concluye el
SIAME.
Se estima que existen 2600 especies de palmas, pero la planta que
produce las hojas que se usan el Domingo de Ramos solo puede sobrevivir en
climas tropicales o subtropicales.
En los lugares donde no se pueden encontrar palmas o están en peligro de
extinción, como es el caso de Colombia o Ecuador con las “palmas de cera”, se pueden utilizar ramas de
olivo, saúco, abeto o de otros árboles.
En el "Caeremoniale
Episcoporum", libro que contiene los ritos y ceremonias
latinas de la Iglesia Católica, se sugiere que en estos casos, al menos se le
adjunten a las ramas de olivo flores o cruces hechas de palma.
Redacción ACI
Prensa
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