Los sacramentales no confieren la gracia del Espíritu Santo a la manera de los
sacramentos, pero por la oración de la Iglesia preparan a recibirla y disponen
a cooperar con ella.
Se llaman
sacramentales los signos sagrados instituidos por la Iglesia cuyo fin es
preparar a los hombres para recibir el fruto de los sacramentos y santificar
las diversas circunstancias de la vida. Por medio de ellos, y a imitación en
cierto modo de los sacramentos, se significan y se obtienen por intercesión de
la Iglesia unos efectos principalmente espirituales. Los sacramentales no
confieren la gracia del Espíritu Santo a la manera de los sacramentos, pero por
la oración de la Iglesia preparan a recibirla y disponen a cooperar con ella.
ENTRE LOS SACRAMENTALES
FIGURAN:
• LAS BENDICIONES
Toda
bendición es alabanza de Dios y oración para obtener sus dones. En Cristo, los
cristianos son bendecidos por Dios Padre “con toda
clase de bendiciones espirituales” (Efesios 1, 3). Por eso la Iglesia da
la bendición invocando el nombre de Jesús y haciendo habitualmente la señal
santa de la cruz de Cristo.
• LOS EXORCISMOS
Cuando la
Iglesia pide públicamente y con autoridad, en nombre de Jesucristo, que una
persona o un objeto sea protegido contra las asechanzas del maligno y sustraída
a su dominio, se habla de exorcismo. Jesús lo practicó, de él tiene la Iglesia
el poder y el oficio de exorcizar.
El
exorcismo intenta expulsar a los demonios o liberar del dominio demoníaco
gracias a la autoridad espiritual que Jesús ha confiado a su Iglesia. Muy
distinto es el caso de las enfermedades, sobre todo psíquicas, cuyo cuidado
pertenece a la ciencia médica. Por tanto, es importante asegurarse, antes de
celebrar el exorcismo, de que se trata de una presencia del Maligno y no de una
enfermedad.
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