VATICANO, 12 May. 17 / 05:21 am (ACI).- El Papa Francisco pidió que
se acepten los descubrimientos científicos “con humildad”, sin cerrarse y sin
tener “miedo a la verdad”.
El Santo Padre realizó esta petición ante los participantes en el
congreso promovido por la Specola Vaticana (Observatorio Vaticano) que con el
tema “Agujeros Negros, Ondas Gravitacionales y
Singularidad en el Espacio-Tiempo”, se celebró en Castel Gandolfo del 9
al 12 de mayo.
“No hay por qué tener miedo a la verdad, ni
atrincherarse en posiciones cerradas, sino aceptar las novedades de los
descubrimientos científicos con una actitud de absoluta humildad”, afirmó el Pontífice.
Francisco afirmó que “los temas sobre os
cuales habéis debatido en estos días en Castel Gandolfo son de particular
interés para la Iglesia,
ya que tratan de cuestiones que interpelan en profundidad nuestra consciencia:
cuestiones sobre el inicio del universo y sobre su evolución, sobre la
estructura profunda del espacio y del tiempo”.
“Es evidente que estas cuestiones tienen una
particular importancia para la ciencia, la filosofía, la teología y también
para la vida espiritual. Este
encuentro representa un foro en el cual estas diferentes disciplinas se pueden
encontrar y confrontar”.
Uno de los objetivos de este congreso fue celebrar la figura de George
Lemaître, el sacerdote y astrónomo belga conocido por proponer la teoría del
Bing-Bang.
“Mons. Georges Lemaître –explicó el Papa–, en su doble vertiente
como sacerdote católico y astrónomo, en una incesante tensión creativa entre
ciencia y fe, siempre ha identificado de forma lúcida la distinción
metodológica entre los campos de la ciencia y de la teología, vistas como
ámbitos de diferentes competencias, que, sin embargo, se unifican
armoniosamente en su vida”.
“Dicha distinción, ya presente en Santo Tomás de
Aquino, previene de cortocircuitos nocivos tanto para la ciencia como para la
fe”.
El Papa Francisco finalizó su discurso poniendo de relevancia la
grandeza de la creación de Dios precisamente al compararla con la pequeñez del
ser humano: “En la inmensidad espacio temporal del
universo, nosotros, seres humanos, podemos experimentar un sentimiento de
estupor y nuestra pequeñez, mientras emerge en nuestro interior la pregunta del
salmista: ‘¿Qué es el hombre para que pienses en él, el ser humano para que lo
cuides?’”.
“A Albert Einstein le gustaba afirmar: ‘Se podría
decir que el eterno misterio del mundo es su comprensión’. La existencia y la
inteligibilidad del universo no son fruto del caos o del azar, sino de la
sabiduría divina”, concluyó el Pontífice.
No hay comentarios:
Publicar un comentario