Junto con la
oración, o más bien, apoyándose en la oración, la joven analizará cuál es el
origen de esos deseos profundos que se manifiestan a través de sentimientos,
emociones, razonamientos y pensamientos que afloran en este momento de su vida.
Por: Germán Sánchez | Fuente: Germán Sánchez
Por: Germán Sánchez | Fuente: Germán Sánchez
A.
EL CORAZÓN NO ES CIEGO, TIENDE A UN FIN.
Hemos dicho que son muchos y muy constantes los deseos que emergen en esta etapa en el corazón de la chica. Necesitamos precisar. No es que en este momento surjan de improviso estos deseos. Lo que sucede es que se patentizan, se materializan o se hacen más fuertes en el momento en que se debe tomar una decisión fundamental en la vida.
La Psicología de consultación explica que el grado de salud psíquica depende de la forma en que la persona establece y alcanza sus prioridades en la vida (opción fundamental). Los sentimientos, las emociones, razonamientos, pensamientos y demás circunstancias que nos rodean son tan sólo el resultado externo de la opción fundamental de nuestra vida. A través de un complejo mecanismo, estudiado y profundizado por la Psicología cognitivista, llegamos a conocer cuál es la opción fundamental que da origen a los sentimientos, emociones, razonamientos, pensamientos y demás circunstancias en nuestra vida1. Como decía Epicteto, no son las cosas en sí las que influyen a los hombres. Es la interpretación de las cosas la que influye a los hombres.
Junto con la oración, o más bien, apoyándose en la oración, la joven analizará cuál es el origen de esos deseos profundos que se manifiestan a través de sentimientos, emociones, razonamientos y pensamientos que afloran en este momento de su vida. A través de un método de introspección que ella misma puede aprender, debe indagar el origen profundo de eso que siente, desea, piensa, quiere. ¿Por qué quiero ser profesora? "Para ganarme un sustento en la vida". ¿Y no existen otros medios de sustentación? ¿Qué busco en realidad con ser profesora? "La admiración de todos". ¿Y por qué lo busco precisamente en la docencia? "Por qué me reporta una satisfacción personal..." Y así hasta llegar a la opción fundamental que le ha hecho elegir el ser profesora.
Mientras la labor de la psicología de consultación se centra en el mecanismo para llegar a la opción fundamental, la oración (el diálogo íntimo con Dios) servirá para poner en evidencia esos deseos y confrontarlos con Dios, lo que veremos en el siguiente capítulo. En este punto del desarrollo de la psicología de la respuesta vocacional nos señala que la candidata, por ella misma o con la ayuda de la directora espiritual, deberá detenerse para analizar los deseos que co-existen en su corazón ho topos tou Theou.
Pero el corazón no es ciego, obedece a un fin. La vida no se guía por golpes magistrales del momento, sino por una opción fundamental. La coherencia y fidelidad a esa opción fundamental garantiza la felicidad en la vida. Cuando la llamada de Dios se hace presente en la joven a través de las causas secundarias, la llamada re-mueve o ratifica la opción fundamental. Las causas secundarias tienen como objetivo, entre otros, llegar al corazón de la chica, con el fin de que ella re-ordene su vida sobre la base de la nueva opción fundamental o ratifique el rumbo que llevaba, quizás bajo una nueva perspectiva y dirigida hacia ahora a un bien preciso. El proceso que siguen estas causas secundarias es el de tocar aquellas áreas en las que mayor sensibilidad puede tener la chica, y así, a través de esa sensibilidad desencadenar un proceso de cuestionamiento interno que llegue a tocar la opción fundamental de su vida.
B. ANALIZAR Y VER TODO.
Para que el proceso se lleve a cabo con la eficacia requerida, será necesario enseñarle a la chica que "saque afuera" todos los deseos que alberga en su corazón. Que analizando todo aquello que sienta, piensa o razona, pueda llegar al profundo de su "yo" y determine su opción fundamental.
Al percibir la llamada en forma de causas secundarias, éstas tocan diversas esferas de la vida de la chica, replanteando, como ya hemos señalado anteriormente, los planes que habían dado origen a diversas posturas frente a la vida. Los deseos generados por las causas secundarias llegarán, a través del proceso de sensibilización, a hacer que la chica se pregunte la razón o las razones de las decisiones tomadas. La acción de la gracia mueve el intelecto, el sentimiento, la razón, todas las facultades superiores para hacerles vibrar en una sola dirección: "Dios necesita <> de mí".
Este sólo pensamiento, razonamiento, sentimiento, genera una cadena interminable de preguntas, hasta hacer que se llegue a una sola: ¿qué es lo que Dios quiere de mí? Esta pregunta lleva en sí misma, por la respuesta que debe darse, la opción fundamental de buscar en todo la gloria de Dios y la salvación de los hombres, que no es otra cosa sino el amor de Dios.
Dejar que salgan a flote las intenciones que han generado todos los sentimientos, emociones y pensamientos es una etapa necesaria en la psicología de la respuesta vocacional. Sin ella, la joven se replanteará una y otra vez su decisión vocacional. En esta etapa del proceso se le debe pedir a la chica que "abra los ojos" y que no tenga miedo de sacar afuera no sólo lo que siente, piensa o razona, sino los motivos que fundamentan todo aquello que siente, piensa o razona.
Hay que tomar en cuenta la labor del maligno, que lógicamente trabajará en la psique de la chica. Dice San Ignacio de Loyola en sus Ejercicios Espirituales que el demonio labora precisamente en aquel punto en el que es más débil la persona. Su trabajo consistirá básicamente en re-presentarle sus planes personales por ella más acariciados como compatibles con la voluntad de Dios. También le podrá sugerir la llamada de Dios como una quimera, un sueño, algo realmente inalcanzable. Le hará ver quizás que si bien el ideal de la vocación es acariciable y laudable, ella no tiene en posesión las cualidades necesarias para alcanzar ese ideal. Una y otra vez machacará en contra de la llamada, usando como "canal" de ataque el punto de débil de la chica. Siguiendo la terminología ignaciana, el demonio es como un jefe de ejército que ataca el punto débil del enemigo. Si son los sentimientos, hacia ellos enfilará todas sus baterías, sugiriendo sentimientos contrarios a la opción de Dios. Si la chica cojea por el lado de la razón, entonces propondrá sofismas difíciles de descubrir y resolver. Y así con cuantas circunstancias se le presenten propicias para "ofuscar" la voluntad de Dios. Son "ruidos" que genera para no escuchar adecuadamente la voz de Dios.
Otro factor nada desdeñable que debemos tomar en cuenta en esta etapa es la dificultad que muchas chicas tienen para hacer este proceso de introspección. Siendo "hijas de su tiempo" no han cultivado la capacidad de autorreflexión, dejándose guiar más por los sentimientos que por la razón. Con un pensamiento débil en boga, en donde pululan los slogans propagandísticos sin fundamentos racionales, con una promoción de valores materiales y hedonistas permeados de subjetivismo y personalismo, resulta muy difícil validar y sustentar racionalmente el actuar y el pensar del hombre. Por ello resulta difícil para las candidatas a la vida consagrada ponerse a trabajar seriamente en la autorreflexión y el auto-análisis. Es conveniente por tanto la cercanía de la directora espiritual para clarificar, entre otras cosas que el sentir, razonar o experimentar algo no es una señal definitiva de una situación, sino una puerta a través de la cual se puede llegar a descubrir los motivos profundos de aquello que se siente, se experimenta o se razona.
Y serán aquellas razones profundas las que deberán contrastarse con la voluntad de Dios, lo cual lo veremos en el siguiente capítulo.
NOTAS
1. De esta forma, según enseña el Prof. Antonino Tamburello, todos esos factores externos se presentan como "ventanas" a través de las cuáles podemos penetrar para ver el interior de las personas y así llegar a conocer la "causa de todas las causas".
Hemos dicho que son muchos y muy constantes los deseos que emergen en esta etapa en el corazón de la chica. Necesitamos precisar. No es que en este momento surjan de improviso estos deseos. Lo que sucede es que se patentizan, se materializan o se hacen más fuertes en el momento en que se debe tomar una decisión fundamental en la vida.
La Psicología de consultación explica que el grado de salud psíquica depende de la forma en que la persona establece y alcanza sus prioridades en la vida (opción fundamental). Los sentimientos, las emociones, razonamientos, pensamientos y demás circunstancias que nos rodean son tan sólo el resultado externo de la opción fundamental de nuestra vida. A través de un complejo mecanismo, estudiado y profundizado por la Psicología cognitivista, llegamos a conocer cuál es la opción fundamental que da origen a los sentimientos, emociones, razonamientos, pensamientos y demás circunstancias en nuestra vida1. Como decía Epicteto, no son las cosas en sí las que influyen a los hombres. Es la interpretación de las cosas la que influye a los hombres.
Junto con la oración, o más bien, apoyándose en la oración, la joven analizará cuál es el origen de esos deseos profundos que se manifiestan a través de sentimientos, emociones, razonamientos y pensamientos que afloran en este momento de su vida. A través de un método de introspección que ella misma puede aprender, debe indagar el origen profundo de eso que siente, desea, piensa, quiere. ¿Por qué quiero ser profesora? "Para ganarme un sustento en la vida". ¿Y no existen otros medios de sustentación? ¿Qué busco en realidad con ser profesora? "La admiración de todos". ¿Y por qué lo busco precisamente en la docencia? "Por qué me reporta una satisfacción personal..." Y así hasta llegar a la opción fundamental que le ha hecho elegir el ser profesora.
Mientras la labor de la psicología de consultación se centra en el mecanismo para llegar a la opción fundamental, la oración (el diálogo íntimo con Dios) servirá para poner en evidencia esos deseos y confrontarlos con Dios, lo que veremos en el siguiente capítulo. En este punto del desarrollo de la psicología de la respuesta vocacional nos señala que la candidata, por ella misma o con la ayuda de la directora espiritual, deberá detenerse para analizar los deseos que co-existen en su corazón ho topos tou Theou.
Pero el corazón no es ciego, obedece a un fin. La vida no se guía por golpes magistrales del momento, sino por una opción fundamental. La coherencia y fidelidad a esa opción fundamental garantiza la felicidad en la vida. Cuando la llamada de Dios se hace presente en la joven a través de las causas secundarias, la llamada re-mueve o ratifica la opción fundamental. Las causas secundarias tienen como objetivo, entre otros, llegar al corazón de la chica, con el fin de que ella re-ordene su vida sobre la base de la nueva opción fundamental o ratifique el rumbo que llevaba, quizás bajo una nueva perspectiva y dirigida hacia ahora a un bien preciso. El proceso que siguen estas causas secundarias es el de tocar aquellas áreas en las que mayor sensibilidad puede tener la chica, y así, a través de esa sensibilidad desencadenar un proceso de cuestionamiento interno que llegue a tocar la opción fundamental de su vida.
B. ANALIZAR Y VER TODO.
Para que el proceso se lleve a cabo con la eficacia requerida, será necesario enseñarle a la chica que "saque afuera" todos los deseos que alberga en su corazón. Que analizando todo aquello que sienta, piensa o razona, pueda llegar al profundo de su "yo" y determine su opción fundamental.
Al percibir la llamada en forma de causas secundarias, éstas tocan diversas esferas de la vida de la chica, replanteando, como ya hemos señalado anteriormente, los planes que habían dado origen a diversas posturas frente a la vida. Los deseos generados por las causas secundarias llegarán, a través del proceso de sensibilización, a hacer que la chica se pregunte la razón o las razones de las decisiones tomadas. La acción de la gracia mueve el intelecto, el sentimiento, la razón, todas las facultades superiores para hacerles vibrar en una sola dirección: "Dios necesita <> de mí".
Este sólo pensamiento, razonamiento, sentimiento, genera una cadena interminable de preguntas, hasta hacer que se llegue a una sola: ¿qué es lo que Dios quiere de mí? Esta pregunta lleva en sí misma, por la respuesta que debe darse, la opción fundamental de buscar en todo la gloria de Dios y la salvación de los hombres, que no es otra cosa sino el amor de Dios.
Dejar que salgan a flote las intenciones que han generado todos los sentimientos, emociones y pensamientos es una etapa necesaria en la psicología de la respuesta vocacional. Sin ella, la joven se replanteará una y otra vez su decisión vocacional. En esta etapa del proceso se le debe pedir a la chica que "abra los ojos" y que no tenga miedo de sacar afuera no sólo lo que siente, piensa o razona, sino los motivos que fundamentan todo aquello que siente, piensa o razona.
Hay que tomar en cuenta la labor del maligno, que lógicamente trabajará en la psique de la chica. Dice San Ignacio de Loyola en sus Ejercicios Espirituales que el demonio labora precisamente en aquel punto en el que es más débil la persona. Su trabajo consistirá básicamente en re-presentarle sus planes personales por ella más acariciados como compatibles con la voluntad de Dios. También le podrá sugerir la llamada de Dios como una quimera, un sueño, algo realmente inalcanzable. Le hará ver quizás que si bien el ideal de la vocación es acariciable y laudable, ella no tiene en posesión las cualidades necesarias para alcanzar ese ideal. Una y otra vez machacará en contra de la llamada, usando como "canal" de ataque el punto de débil de la chica. Siguiendo la terminología ignaciana, el demonio es como un jefe de ejército que ataca el punto débil del enemigo. Si son los sentimientos, hacia ellos enfilará todas sus baterías, sugiriendo sentimientos contrarios a la opción de Dios. Si la chica cojea por el lado de la razón, entonces propondrá sofismas difíciles de descubrir y resolver. Y así con cuantas circunstancias se le presenten propicias para "ofuscar" la voluntad de Dios. Son "ruidos" que genera para no escuchar adecuadamente la voz de Dios.
Otro factor nada desdeñable que debemos tomar en cuenta en esta etapa es la dificultad que muchas chicas tienen para hacer este proceso de introspección. Siendo "hijas de su tiempo" no han cultivado la capacidad de autorreflexión, dejándose guiar más por los sentimientos que por la razón. Con un pensamiento débil en boga, en donde pululan los slogans propagandísticos sin fundamentos racionales, con una promoción de valores materiales y hedonistas permeados de subjetivismo y personalismo, resulta muy difícil validar y sustentar racionalmente el actuar y el pensar del hombre. Por ello resulta difícil para las candidatas a la vida consagrada ponerse a trabajar seriamente en la autorreflexión y el auto-análisis. Es conveniente por tanto la cercanía de la directora espiritual para clarificar, entre otras cosas que el sentir, razonar o experimentar algo no es una señal definitiva de una situación, sino una puerta a través de la cual se puede llegar a descubrir los motivos profundos de aquello que se siente, se experimenta o se razona.
Y serán aquellas razones profundas las que deberán contrastarse con la voluntad de Dios, lo cual lo veremos en el siguiente capítulo.
NOTAS
1. De esta forma, según enseña el Prof. Antonino Tamburello, todos esos factores externos se presentan como "ventanas" a través de las cuáles podemos penetrar para ver el interior de las personas y así llegar a conocer la "causa de todas las causas".
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