VATICANO, 05 Mar. 17 / 06:20 am (ACI).- En el primer domingo de Cuaresma,
el Papa Francisco dedicó el Ángelus a explicar cómo Jesús vence al demonio al
ser tentado en el desierto y aseguró que el cristiano debe luchar cada día
contra el mal, para lo que se necesita tener una “familiaridad”
con la Biblia
y llevarla consigo como si fuese un teléfono celular.
“Este episodio nos coloca en un momento preciso e
la vida de Jesús: justo
después del bautismo en el río Jordán y antes del ministerio público”, dijo sobre el Evangelio del día.
“Jesús ya está preparado para iniciar su misión, y
ya que tiene un enemigo declarado, Satanás, Él lo enfrenta rápido, ‘cuerpo a
cuerpo’”, explicó Francisco, quien añadió
que “el diablo se aprovecha del título de ‘Hijo de
Dios’ para alejar a Jesús del cumplimiento de su misión”.
Francisco explicó que durante la Cuaresma “como
cristianos somos invitados a seguir los pasos de Jesús y afrontar el combate
espiritual contra el Maligno con la fuerza de la Palabra de Dios”.
“Para esto se necesita tomar tener familiaridad con
la Biblia: leerla a menudo, meditarla, asimilarla. La Biblia contiene la Palabra
de Dios, que es siempre actual y eficaz”.
“Alguno ha dicho, '¿qué pasaría si tratásemos la
Biblia como a nuestro teléfono celular?'. Si la llevásemos siempre con
nosotros; si volviésemos a por ella cuando la olvidáramos; si la abriésemos
varias veces al día; si leyésemos los mensajes de Dios contenidos en la Biblia
como leemos los mensajes del celular”.
“Claramente –continuó
el Papa– la comparación es paradójica, pero hace
reflexionar. En efecto, si tuviéramos la Palabra de Dios siempre en el corazón,
ninguna tentación podría alejarnos de Dios y ningún obstáculo nos podría hacer
desviarnos del camino del bien; sabríamos vencer las cotidianas sugestiones del
mal que está en nosotros y fuera de nosotros; seríamos más capaces de vivir una
vida resucitada según el Espíritu, acogiendo y amando a nuestros hermanos,
especialmente a aquellos más débiles y necesitados, también a nuestros
enemigos”.
De nuevo sobre el pasaje del Evangelio, el Pontífice apuntó que el
demonio propone a Jesús “hacer gestos milagrosos,
como transformar las piedras en pan para saciar su hambre, y tirarse abajo
desde los muros del templo haciéndose salvar por los ángeles. A estas dos
tentaciones sigue la tercera: adorarlo a él, al diablo, para tener dominio
sobre el mundo”.
“Mediante esta triple tentación, Satanás quiere
desviar a Jesús de la vía de la obediencia y de la humillación –porque sabe que así el mal será derrotado- y
llevarlo sobre el falso atajo del éxito y de la gloria”.
Sin embargo, “las flechas venenosas del
diablo son paradas por Jesús con el escudo de la Palabra de Dios que expresa la
voluntad del Padre, y así el Hijo, lleno de la fuerza del Espíritu Santo, sale
victorioso del desierto”.
Al terminar, de nuevo preguntó a los fieles reunidos en la Plaza de San
Pedro: "¿qué pasaría si tratásemos la Biblia
como a nuestro celular?".
Por Álvaro de Juana
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