VATICANO, 02 Mar. 17 / 07:09 am (ACI).- En la homilía de la Misa celebrada este jueves
en la Casa Santa Marta en el Vaticano, el Papa Francisco puso de relieve tres
realidades que deben hacer que los fieles vivan la Cuaresma
cristianamente: La realidad del hombre, la realidad de Dios y la realidad del
camino.
Estas tres realidades, dijo, constituyen “la
brújula del cristiano” durante este tiempo de conversión.
El Papa explicó que la realidad
del hombre es la capacidad de elegir entre el bien y el mal. “Dios nos ha hecho libres, la decisión es nuestra”. A
pesar de lo cual, “Dios no nos deja solos”, pues
ha marcado el camino correcto por medio de los Mandamientos.
La segunda realidad, la de Dios es que Él se hizo hombre para salvar a
todos: “la realidad
de Dios es Dios hecho Cristo, por nosotros. Para salvarnos. Y cuando nos
alejamos de esto, de esta realidad y nos alejamos de la cruz de Cristo, de la
verdad de la las llagas del Señor, nos alejamos también del amor, de la caridad
de Dios, de la salvación, y andamos en un camino ideológico de Dios, lejano: no
es Dios que viene a nosotros y se ha hecho cercano para salvarnos y muerto por
nosotros. Esta es la realidad de Dios”, explicó.
El Papa contó una anécdota ocurrida entre un agnóstico y un creyente. “El agnóstico, de buena voluntad, le preguntó al
creyente: ‘Para mí, el problema es cómo Cristo es Dios. No puedo entenderlo.
¿Cómo puede Cristo ser Dios?’. Y el creyente respondió: ‘Para mí eso no es un
problema. El problema habría sido si Dios no se hubiera hecho Cristo’. Esta es
la realidad de Dios”.
En este sentido, señaló que las obras de misericordia se sustentan en
esa realidad de Dios. “Dios se hizo Cristo, Dios se
hizo carne y ese es el fundamento de las obras de misericordia. Las llagas de
nuestros hermanos son las llagas de Cristo, son las llagas de Dios, porque Dios
se ha hecho Cristo. No podemos vivir la Cuaresma sin esta realidad. Debemos
convertirnos, no a un Dios extraño, sino al Dios concreto que se ha hecho
Cristo”.
EN TERCER LUGAR ESTÁ LA
REALIDAD DEL CAMINO. Francisco indicó que “la realidad del
camino es la de Cristo: seguir a Cristo, hacer la voluntad del padre como Él,
tomar la cruz de cada día y negarse a sí mismo para seguir a Cristo. No hacer
aquello que yo quiero, sino aquello que quiere Jesús, seguir a Jesús”.
“Él habla de que en este camino perderemos la vida para ganarla después. Es un continuo
perder la vida, perder aquello que quiero, perder la comodidad, permanecer
siempre en el camino de Jesús que estaba al servicio de los demás, a la adoración
de Dios. Ese es el camino justo”.
“El único camino seguro es seguir a Cristo
crucificado, el escándalo de la Cruz”, concluyó.
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