REDACCIÓN CENTRAL, 08 Mar. 17 / 11:49 am (ACI).- Hay quienes
dicen que la mujer no tiene roles importantes en la Iglesia. Sin embargo,
desde el inicio del cristianismo hasta la actualidad, Dios ha suscitado mujeres
que han orientado al Pueblo de Dios, influyendo también el curso del papado.
Conozca a ocho mujeres que supieron hacer “lío” en
la Iglesia.
1. La Virgen María
“Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no
ha llegado todavía” (Jn. 2,4), le dijo Jesús a su
Madre en las Bodas de Caná, en un matrimonio al que ambos
habían sido invitados. Cristo escucha a su madre, la primera mujer que acoge al
Señor y arma “lío” y motiva el primer milagro conocido de la vida pública de Jesús.
¡Feliz Solemnidad de la Inmaculada Concepción! https://t.co/mf4VNrR6mJ
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(@aciprensa) 8 de diciembre
de 2016
Los primeros siglos del cristianismo están llenos de mujeres valientes
que no dudaron en dar su vida por Cristo, alentando a los demás cristianos a no
flaquear cuando les llegara el momento.
2. Santa
Hildegarda de Bingen
Más adelante, durante la Edad Media, la Iglesia ya no era perseguida,
pero se vivía una cultura machista, propia de la época. Esto no fue impedimento
para Santa Hildegarda de Bingen
(1098-1179), religiosa benedictina de origen alemán, que llegó además a tener
una serie de visiones místicas.
Escribió obras teológicas y de moral con notable
profundidad y fue declarada Doctora de la Iglesia por Benedicto XVI
en el año 2012, junto a San Juan de Ávila. Su popularidad hizo que muchas
personas, entre obispos y abades, le pidieran consejos.
“Cuando el emperador Federico Barbarroja provocó un
cisma eclesial oponiendo tres antipapas al Papa legítimo, Alejandro III,
Hildegarda, inspirada en sus visiones, no dudó en recordarle que también él, el
emperador, estaba sometido al juicio de Dios”, contó el Papa Benedicto XVI
en su audiencia general sobre esta santa en 2010.
6 reglas de oro de una santa doctora de la Iglesia
para cuidar la salud del corazón https://t.co/6Xn7pDn05p
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(@aciprensa) 20 de octubre de
2016
Más adelante aparecería otra mística y Doctora de la Iglesia, Santa Catalina de Siena (1347 - 1380),
que vistió el hábito de la tercera orden de Santo Domingo. En esta época los
Papas vivían en Avignon (Francia) y los romanos se quejaban de haber sido
abandonados por sus obispos, amenazando con el cisma.
Gregorio XI hizo un voto secreto a Dios de regresar a Roma y al
consultarle a Santa Catalina, ella le dijo: “cumpla
con su promesa hecha a Dios”. El Pontífice se quedó sorprendido porque
no le había dicho del voto a nadie y más adelante el Santo Padre cumplió su
promesa y volvió a la Ciudad Eterna.
Posteriormente, en el pontificado de Urbano VI, los cardenales se distanciaron
del Papa por su temperamento y declararon nula su elección, designando a
Clemente VII que fue a residir a Avignon. Santa Catalina escribió cartas a los cardenales alentándolos a
reconocer al auténtico Pontífice.
La Santa también escribió a Urbano VI exhortándolo a llevar con temple y
gozo los problemas, controlando el temperamento. Santa Catalina fue a Roma, a
pedido del Papa, quien siguió sus instrucciones. La Santa también escribió a
los reyes de Francia y Hungría para que dejen el cisma, toda una muestra de la
defensa del papado.
Hoy es fiesta de Santa Catalina de Siena: De
analfabeta a Doctora de la Iglesia https://t.co/ZJ938bajEP
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29 de abril de
2016
4. Santa Teresa de
Jesús
Con la aparición del protestantismo, la Iglesia se dividió y se llevó a
cabo el Concilio de Trento. Estos son los años de Santa Teresa de Jesús (1515 - 1582), monja contemplativa que marcó
a la Iglesia con su reforma carmelita.
A pesar de haber sido incomprendida, perseguida y hasta acusada en la
Inquisición, su amor a Dios la impulsó a fundar nuevos conventos y a optar por
una vida más austera, sin vanidades, ni lujos. Sumergida muchas veces en éxtasis,
nunca dejó de ser realista.
Siendo Santa Teresa de Ávila relativamente inculta, dialogaba con
miembros de la realeza, personajes ilustres, miembros eclesiásticos y santos de
su época para darles consejos, recibir ayuda, y llevar a cabo lo que se había
propuesto. Se convirtió en escritora mística y es además Doctora de la Iglesia.
Hoy es fiesta de Santa Teresa de Jesús, la primera
mujer Doctora de la Iglesia https://t.co/o786oKKfqG
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(@aciprensa) 15 de octubre de
2016
5. Santa Rosa de
Lima
Al otro lado del mundo, en América, más precisamente en Perú, Santa Rosa de Lima (1586 - 1617) tomó
a Santa Catalina de Siena por modelo e hizo caso omiso a quienes la pretendían
por su gran belleza, para poder vivir en virginidad sirviendo a los pobres y
enfermos.
"Probablemente no ha habido en América un
misionero que con sus predicaciones haya logrado más conversiones que las que
Rosa de Lima obtuvo con su oración y sus mortificaciones", dijo el Papa Inocencio IX al referirse a la primera Santa de América.
San Juan Pablo II dijo
de ella que su vida sencilla y austera
era “testimonio elocuente del papel decisivo que la
mujer ha tenido y sigue teniendo en el anuncio del Evangelio”.
Hoy 30 de agosto se celebra a Santa Rosa de Lima,
Patrona de América y Filipinas https://t.co/cniNPkiHdd
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(@aciprensa) 30 de agosto de
2016
Más adelante, del amor de los santos esposos franceses Louis Martin y
Zelie Guerin, canonizados en octubre de 2015, nació Santa Teresita de Lisieux (1873 -
1897), Doctora de la Iglesia y Patrona universal de las misiones.
Santa Teresita vivió solo 24 años. Un año después de su muerte, a partir
de sus escritos, se publicó el libro “Historia de
un alma”, que conquistó al mundo dando a conocer lo mucho que había
amado esta religiosa a Jesús.
“Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz es la más
joven de los ‘Doctores de la Iglesia’, pero su ardiente itinerario espiritual
manifiesta tal madurez, y las intuiciones de fe expresadas en sus escritos son
tan vastas y profundas, que le merecen un lugar entre los grandes maestros del
espíritu”, dijo San Juan Pablo II sobre esta
Santa.
El Papa Francisco también ha comentado en diversas ocasiones la profunda
devoción que lo une a este Santa y ha compartido en uno de sus viajes que antes de cada
viaje o ante una preocupación le suele pedir "una rosa".
Hoy celebramos a Santa Teresita del Niño Jesús,
Patrona universal de las misiones https://t.co/N04Pk22kPd
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(@aciprensa) 1 de octubre de
2016
Durante la persecución nazi en el siglo XX, surgió en Europa otra gran
mujer, convertida del judaísmo, religiosa carmelita descalza y mártir, Santa Edith Stein o también conocida
como Santa Teresa Benedicta de la Cruz (1891 - 1942).
Ella, junto otros judíos conversos, fue llevada al campo de
concentración de Westerbork en venganza de las autoridades por el comunicado de
protesta de los obispos católicos de los Países Bajos contra las deportaciones
de los judíos.
Santa Edith luego fue trasladada a Auschwitz, donde murió en las cámaras
de gas junto a su hermana Rosa, también convertida al catolicismo, y muchos
otros de su pueblo.
San Juan Pablo II diría de ella: “una hija
de Israel, que durante la persecución de los nazis ha permanecido, como
católica, unida con fe y amor al Señor Crucificado, Jesucristo, y, como judía,
a su pueblo”.
Hoy es fiesta de la carmelita Santa Edith Stein,
judía convertida y víctima de los nazis https://t.co/GyImCp8esX
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(@aciprensa) 9 de agosto de
2016
8. Santa Teresa de Calcuta
Para cerrar esta lista de grandes mujeres que cambiaron el mundo y la
historia, recordamos a Santa Teresa de
Calcuta (1910 - 1997). El testimonio de Madre Teresa
de servir a Cristo en los “más pobres entre los
pobres” enseñó que la mayor pobreza no estaba en los arrabales de
Calcuta, sino en los países “ricos” cuando falta
el amor o en las sociedades que permiten el aborto.
"Para poder amar hay que tener un corazón puro
y rezar. El fruto de la oración es la profundización en la fe. El fruto de la
fe es el amor. Y el fruto del amor es el servicio al prójimo. Esto nos trae la
paz", decía la también ganadora del
Premio Nobel de la Paz de 1979.
En su canonización
en octubre de 2016, el Papa Francisco dijo que "Madre Teresa,
a lo largo de toda su existencia, ha sido una generosa dispensadora de la
misericordia divina, poniéndose a disposición de todos por medio de la acogida
y la defensa de la vida humana, tanto la no nacida como la abandonada y
descartada. Se ha comprometido en la defensa de la vida proclamando
incesantemente que 'el no nacido es el más débil, el más pequeño, el más
pobre'".
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