Vivimos en tiempos de
confusión moral, y parece que las cosas van a empeorar en lo que el Papa Juan
Pablo II llamó proféticamente la “cultura de la muerte”.
Canadá ha
cruzado una nueva frontera y oficialmente se ha convertido en un
lugar en el que los enfermos, los que sufren y los minusválidos pueden ser
matados legalmente por inyección letal o una copa de veneno, sumándose a la
avanzada europea liderada por Holanda y Bélgica.
El
6 de junio, las leyes del país contra el suicidio asistido y la eutanasia se
evaporaron por orden del Tribunal Supremo de Canadá, derivado de una
decisión hecha en febrero de 2015.
La eutanasia ya no se considera
un delito. De hecho, el suicidio asistido ahora lleva el mismo estatus que
cualquier otro procedimiento médico.
En Canadá, como en otras partes, los partidarios de
la práctica han utilizado los términos
“muerte digna” y “ayuda médica para la muerte” para describir lo que solía ser
visto como matar y era sancionado por la ley anterior.
La
mayoría utilizan los términos “suicidio asistido por un médico” o “eutanasia”
se usan de manera intercambiable, ya que ambos terminan en la muerte deliberada
del paciente,
pero en el suicidio asistido los pacientes reciben fármacos fatales que llevan
a casa e ingieren cuando están listos, y la eutanasia tiene lugar cuando un
médico mata activamente al paciente con una aguja hipodérmica.
El gobierno de la provincia de Alberta, por
ejemplo, ordenó a la policía y los fiscales no presentar cargos contra un equipo médico que mata a un paciente
“que está sufriendo de manera intolerable en una condición dolorosa e
irremediable”, según el Globe and
Mail.
Otras provincias han sugerido que los médicos que planean practicar la
eutanasia obtengan el permiso de un tribunal.
Los términos “grave e irremediable” que fueron
utilizados en la decisión de la Corte como requisitos para el asesinato
sancionado por el estado tienen otro significado que el dado por el sentido
común. La frase “grave e irremediable”
no significa mortal o cercano a la muerte. “Grave” es una definición subjetiva
de malestar y dolor, mientras que “irremediable” significa simplemente crónico.
La corte dijo que a nadie en tales circunstancias, incluso a los que tienen problemas
psicológicos, se le debe negar su deseo de morir.
También insistió en que, si
bien los médicos no tienen que hacer el procedimiento, deberán referir el
paciente a alguien que lo haga, algo que la Iglesia Católica llama cooperación con el mal.
Canadá ha entrado en un mundo aterrador en el que
ha rechazado varios miles de años de la moral judeocristiana. Es como si el buen samaritano del Evangelio
ya no sea elogiado por ayudar al herido y golpeado al lado del camino, sino que
es alabado por golpear a la víctima, todo en nombre de terminar con el
sufrimiento.
La
nueva lógica del miedo a sufrir supera a la vieja lógica de la santidad de la
vida.
Esto
además transforma el concepto de la medicina, que ya no es el arte de curar y acompañar al
enfermo, sino sólo un instrumento para eliminar el sufrimiento, a veces por la
simple eliminación de sufriente.
Pero también existe una estadística
embarazosa que muestra los niveles de apostasías entre los católicos; según una encuesta de 2015,
la última disponible, que preguntó acerca de la identidad religiosa,
aproximadamente el 70% de los católicos ya sea católicos fuertes o moderados,
apoyan la eutanasia.
La situación en que los canadienses se encuentran
es similar a la cuestión del aborto.
En 1988, el Tribunal Supremo de Canadá dictaminó
que la prohibición del aborto también
violaba los mismos derechos.
Desde entonces, el aborto ha sido esencialmente disponible en la demanda, con pocas o ninguna
las normas que regulen su práctica.
Pero hay más, porque la eliminación de la moral judeo cristiana viene en combo.
Ha circulado la
información de que Canadá está considerando penas de prisión de dos
años para el discurso considerado como anti-transgénero.
Hay un proyecto de ley
presentado recientemente por el gobierno del Partido Liberal
de Canadá dirigido por el primer ministro Justin Trudeau, que modificaría el
Código Penal de Canadá para expandir las prohibiciones existentes de “discurso
de odio”, para incluir cualquier discurso público o comunicación que “promueva
el odio” sobre la base de “identidad de género” o “expresión de género”, y
también extender la Ley de Derechos Humanos, para cubrir a las personas trans.
Trudeau
argumentó en un discurso reciente que Canadá tiene que hacer más para mejorar su
historial en temas LGBT, y afirmó que demasiadas personas con una orientación
no tradicional de género o identidad sufren de “acoso la discriminación, y
violencia por ser lo que son.”
El líder canadiense agregó: “Para hacer su parte, el gobierno de Canadá introducirá legislación
que ayudará a asegurar que los transgénero y otras personas de diversos géneros
puedan vivir de acuerdo con su identidad de género, libres de
discriminación, y protegidos de la propaganda de odio y crímenes de odio”.
En otras palabras, cualquiera
puede ir preso por ejemplo, por llamar a un transexual por su nombre anterior
de su sexo biológico, o por dar su opinión discrepante sobre las intervenciones
de cambio de sexo, o por citar que las personas nacen biológicamente con el
sexo masculino o femenino, o por citar la doctrina católica sobre la sexualidad
o citar pasajes de la biblia que sugieren el juicio negativo a la
homosexualidad, entre otras cosas.
Esta es una muestra más de que occidente ha perdido cualquier atisbo de
pensamiento bíblico y está expulsando la moral judeo cristiana en sus sociedades.
Foros de la
Virgen María
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