Generosidad, entrega y amor. El papel de la mujer como madre no es tan fácil como parece en el mundo de hoy.
“Años se han ido sin ti – ¿cuántos años?… Sobre tu blanca tumba. ¡Oh
Madre!, mi amada desaparecida, Para este hijo lleno de amor, Una oración: Descansa
eternamente.”
Con esta
conmovedora poesía a su desaparecida madre Emilia, iniciaba el autor Karol
Wojtyla su carrera como escritor. Perdió a su madre cuando tenía ocho años de
edad y sólo a través de la escritura pudo expresar propiamente el sentido de su
dolor y pérdida. ¡Cuán importante es tener una madre! Y cuando cumple su misión
metida en la criatura o criaturas que esta formando, muchas veces sin pensar en
ella, como nos marca para siempre el sello de su amor, como le paso a Nuestro
Santísimo Padre Juan Pablo II. ¿Estaremos conscientes las madres cristianas de
hoy de tan grande trabajo? ¿Se nos escapará en gran medida de que es un trabajo
para glorificar a Dios?¿Qué esperará nuestro Creador de nosotras como
mujeres-madres en estos tiempos de agitado consumismo y pérdida de valores y
tradiciones?
¿Está de moda la
generosidad maternal?
Escribir
a las mujeres sobre generosidad hoy, es tan pero tan difícil. Es un reto, un
desafío, un llamado intenso a observar el propio corazón. Pues para ser
generosos hoy, se necesita descubrir primero como anda el mismo. El corazón es
considerado como el resumen y la fuente, la expresión y el fondo último de los
pensamientos, de las palabras, de las acciones. Un hombre vale lo que su
corazón vale decía el Beato Josemaría Escrivá de Balaguer. Una mujer es madre
de acuerdo a lo que en su corazón haya permitido dar entrada. Te invito a
pensar mucho en tu corazón este día. Tómate unos minutos, unas horas y escribe
en un papel todo aquello que te esta impidiendo ser generosa a la hora de
educar a tus hijos. Los hijos siempre amarán a los otros de acuerdo a la forma
en que hayan observado en nosotros dar el amor. Nuestra sociedad esta tan
necesitada de un amor auténtico de mujer, de madre, de apertura a la verdadera
sensibilidad femenina. Mujeres que cada vez son más pocas, pues todo lo que se
ve y se lee nos orienta a perseguir el individual bien, olvidándonos casi
siempre de la necesidad tan enorme que tienen esos pequeños y jóvenes de hoy de
vivir y saborear la verdadera generosidad humana.
El resumen y la fuente
Sacrifico,
el resumen; amor, la fuente. Sacrificio y amor es lo que necesita la madre de
hoy para educar. ¿Cuáles son los sacrificios que la madre moderna de hoy tiene
que hacer para tener hijos resplandecientes y equilibrados que amen y prefieran
a Dios sobre todas las cosas? ¿En verdad quieres saberlo?
-Sacrifica
tu propia comodidad y cuida tu misma. Tengo amigas que a la hora de tener a sus
hijos, tienen una enfermera de planta a su lado. La enfermera se encarga de
alimentar al bebé en las horas más pesadas para que la madre descanse y se
reponga. Hay otras que no tienen los medios para contratar personal especial
para esos días pero si para tener hasta dos muchachas de servicio. La madre
amamanta y la muchacha pasea al bebé, lo cambia y pone a dormir. En las visitas
al médico es quien lo carga, mientras la madre hace sus llamadas telefónicas
por el celular. Hay otras que en el último de los casos nos llevamos a nuestras
propias madres a nuestras casas para que nos acompañen en esos primeros y
durísimos meses.
¿Se puede
con todas estas ayudas interiorizar en el sentido más profundo lo que es el
sacrifico y la entrega generosa en medio del dolor físico? ¿No es totalmente
imprescindible que el recién nacido mame de nuestra entrega sin quejas y
reblandecimientos lo que es la generosidad y el amor que no mira, sino ama el
sacrificio? ¿Por qué nos cuesta tanto entenderlo y vivirlo? Es necesario
detenerse y descubrir lo que hay en el propio corazón y las exigencias que nos hacemos
a nosotras mismas.
-Sacrifica
tus propias ambiciones profesionales. Esto sí que es doloroso. ¿Cuántas madres
modernas se respaldan tras el emblema “calidad de tiempo y no cantidad”.
¿Serás tú
una de ellas? Estar con un hijo en la casa las 24 horas del día es
tremendamente agobiante y desgastante cuando no se tiene un plan, un proyecto.
Entonces la cantidad se vuelve rutina y es preferible, por supuesto, hablar de
calidad. Es necesario volver al trabajo profesional, además la vida esta muy
cara y yo quiero darles un futuro mejor a mis hijos,-expresan.
¿Será que
te sientes incapaz de sacrificar tus sueños individuales para donarte
completamente a tus hijos? Es maravilloso y gratificante ser mujer profesional.
Se siente muy bien cuando tu nombre suena a algo, a importante, a éxito. Aunque
tengas que pasar hasta 18 horas lejos de tus hijos y darles tres horas de
calidad de tiempo. ¡Ah, y después de esas tres horas, sentarte frente al
computador, y ponerles una película mientras tú tranquilamente sigues desde tu
casa trabajando y realizándote. ¿Sabes que por eso mismo hoy la carrera de
Psicología es una de las más estudiadas? Hay tantos adolescentes que necesitan
orientación, que son los psicólogos los únicos que tienen tiempo para
escucharlos. ¿No será tiempo de re-pensar en nuestro profesionalismo como
madres? ¿Qué les estamos dando verdaderamente a nuestros hijos? ¿Cómo nos
aseguramos de que no se sienten frustrados ante nuestra falta de verdadera
entrega, de estar para ellos? ¿Cuánto silencio hay en tu vida para permitirte
descubrir las piezas de tu propio egoísmo y así dar paso a la fuente que es el
amor? ¿Has dejado que esa fuente se tape con toneladas de egoísmo? ¿Prefieres
no pensarlo?
-Sacrifica
tu propio temperamento. Y ama con amor dadivoso. Yo no dudo que ames a tus
hijos, pero a veces con apenas un añito he visto a madres perder la paciencia.
Sus ojos no parecen infundir ternura, sino reclamo, enojo y frustración.
He visto
como madres con hijos de sólo tres años destruyen su auto-estima con actitudes
de rechazo hacia sus juegos y travesuras. Madres que anteponen lo que sienten,
enojos y hasta amarguras a la salud mental y espiritual de sus hijos. Madres,
que acogieron sólo los primeros meses pero que a medida crecen los hijos
empiezan a gritar, insultar y hasta pellizcar a su pequeños. Todo eso, los
rasga, los mutila, los destruye. ¿Cuántos dejamos que domine el temperamento a
la hora de formar a nuestros hijos? ¿Cuánto corazón mostramos al aceptarlos
como son? ¿Cuánto nos preocupamos más por las opiniones de los otros cuando no
se expresan como nosotros queremos? ¿Cómo estamos verdaderamente enseñando lo
que es el cariño, auténtico catalizador de las relaciones humanas?
Para una reflexión
profunda….
“Humilla tu cara en el polvo, hermana madre, y deja de pensar en nada
que sea barro, que sea criatura, que sea mundo, que seas tú. Sueña y piensa y
duerme en Él”.*
Para
dejar de pensar en nada que no sea yo misma y todo aquello que merezco, se
necesita tener un corazón a la semejanza de Aquel que se dio por amor a los
hombres. Se necesita también tener un corazón que viva constantemente metido en
Él, como vivía la Madre María. Como católica moderna no es fácil dejarse
transformar por el poder del Espíritu Santo para ser una madre diferente que es
profesional y está a la moda pues el ambiente esta cargado de superficialidad.
A veces parece imposible vivir metida en Dios y ser del mundo. Pero cuando se
deja de pensar en nada que sea barro, que sea mundo, que sea uno mismo Dios
mismo da la gracia y levanta y perfecciona y enseña a amar a los demás con amor
de dádiva el cual es la configuración suprema del amor. Que tu corazón hoy se
arrodille y piense una vez en la bendita misión de la maternidad.
SheilaMorataya-Fleishman
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