jueves, 12 de mayo de 2016

MISIÓN DE MUJER: SER MADRE


Generosidad, entrega y amor. El papel de la mujer como madre no es tan fácil como parece en el mundo de hoy.


“Años se han ido sin ti – ¿cuántos años?… Sobre tu blanca tumba. ¡Oh Madre!, mi amada desaparecida, Para este hijo lleno de amor, Una oración: Descansa eternamente.”

Con esta conmovedora poesía a su desaparecida madre Emilia, iniciaba el autor Karol Wojtyla su carrera como escritor. Perdió a su madre cuando tenía ocho años de edad y sólo a través de la escritura pudo expresar propiamente el sentido de su dolor y pérdida. ¡Cuán importante es tener una madre! Y cuando cumple su misión metida en la criatura o criaturas que esta formando, muchas veces sin pensar en ella, como nos marca para siempre el sello de su amor, como le paso a Nuestro Santísimo Padre Juan Pablo II. ¿Estaremos conscientes las madres cristianas de hoy de tan grande trabajo? ¿Se nos escapará en gran medida de que es un trabajo para glorificar a Dios?¿Qué esperará nuestro Creador de nosotras como mujeres-madres en estos tiempos de agitado consumismo y pérdida de valores y tradiciones?

¿Está de moda la generosidad maternal?

Escribir a las mujeres sobre generosidad hoy, es tan pero tan difícil. Es un reto, un desafío, un llamado intenso a observar el propio corazón. Pues para ser generosos hoy, se necesita descubrir primero como anda el mismo. El corazón es considerado como el resumen y la fuente, la expresión y el fondo último de los pensamientos, de las palabras, de las acciones. Un hombre vale lo que su corazón vale decía el Beato Josemaría Escrivá de Balaguer. Una mujer es madre de acuerdo a lo que en su corazón haya permitido dar entrada. Te invito a pensar mucho en tu corazón este día. Tómate unos minutos, unas horas y escribe en un papel todo aquello que te esta impidiendo ser generosa a la hora de educar a tus hijos. Los hijos siempre amarán a los otros de acuerdo a la forma en que hayan observado en nosotros dar el amor. Nuestra sociedad esta tan necesitada de un amor auténtico de mujer, de madre, de apertura a la verdadera sensibilidad femenina. Mujeres que cada vez son más pocas, pues todo lo que se ve y se lee nos orienta a perseguir el individual bien, olvidándonos casi siempre de la necesidad tan enorme que tienen esos pequeños y jóvenes de hoy de vivir y saborear la verdadera generosidad humana.

El resumen y la fuente

Sacrifico, el resumen; amor, la fuente. Sacrificio y amor es lo que necesita la madre de hoy para educar. ¿Cuáles son los sacrificios que la madre moderna de hoy tiene que hacer para tener hijos resplandecientes y equilibrados que amen y prefieran a Dios sobre todas las cosas? ¿En verdad quieres saberlo?

-Sacrifica tu propia comodidad y cuida tu misma. Tengo amigas que a la hora de tener a sus hijos, tienen una enfermera de planta a su lado. La enfermera se encarga de alimentar al bebé en las horas más pesadas para que la madre descanse y se reponga. Hay otras que no tienen los medios para contratar personal especial para esos días pero si para tener hasta dos muchachas de servicio. La madre amamanta y la muchacha pasea al bebé, lo cambia y pone a dormir. En las visitas al médico es quien lo carga, mientras la madre hace sus llamadas telefónicas por el celular. Hay otras que en el último de los casos nos llevamos a nuestras propias madres a nuestras casas para que nos acompañen en esos primeros y durísimos meses.

¿Se puede con todas estas ayudas interiorizar en el sentido más profundo lo que es el sacrifico y la entrega generosa en medio del dolor físico? ¿No es totalmente imprescindible que el recién nacido mame de nuestra entrega sin quejas y reblandecimientos lo que es la generosidad y el amor que no mira, sino ama el sacrificio? ¿Por qué nos cuesta tanto entenderlo y vivirlo? Es necesario detenerse y descubrir lo que hay en el propio corazón y las exigencias que nos hacemos a nosotras mismas.

-Sacrifica tus propias ambiciones profesionales. Esto sí que es doloroso. ¿Cuántas madres modernas se respaldan tras el emblema “calidad de tiempo y no cantidad”.

¿Serás tú una de ellas? Estar con un hijo en la casa las 24 horas del día es tremendamente agobiante y desgastante cuando no se tiene un plan, un proyecto. Entonces la cantidad se vuelve rutina y es preferible, por supuesto, hablar de calidad. Es necesario volver al trabajo profesional, además la vida esta muy cara y yo quiero darles un futuro mejor a mis hijos,-expresan.

¿Será que te sientes incapaz de sacrificar tus sueños individuales para donarte completamente a tus hijos? Es maravilloso y gratificante ser mujer profesional. Se siente muy bien cuando tu nombre suena a algo, a importante, a éxito. Aunque tengas que pasar hasta 18 horas lejos de tus hijos y darles tres horas de calidad de tiempo. ¡Ah, y después de esas tres horas, sentarte frente al computador, y ponerles una película mientras tú tranquilamente sigues desde tu casa trabajando y realizándote. ¿Sabes que por eso mismo hoy la carrera de Psicología es una de las más estudiadas? Hay tantos adolescentes que necesitan orientación, que son los psicólogos los únicos que tienen tiempo para escucharlos. ¿No será tiempo de re-pensar en nuestro profesionalismo como madres? ¿Qué les estamos dando verdaderamente a nuestros hijos? ¿Cómo nos aseguramos de que no se sienten frustrados ante nuestra falta de verdadera entrega, de estar para ellos? ¿Cuánto silencio hay en tu vida para permitirte descubrir las piezas de tu propio egoísmo y así dar paso a la fuente que es el amor? ¿Has dejado que esa fuente se tape con toneladas de egoísmo? ¿Prefieres no pensarlo?

-Sacrifica tu propio temperamento. Y ama con amor dadivoso. Yo no dudo que ames a tus hijos, pero a veces con apenas un añito he visto a madres perder la paciencia. Sus ojos no parecen infundir ternura, sino reclamo, enojo y frustración.

He visto como madres con hijos de sólo tres años destruyen su auto-estima con actitudes de rechazo hacia sus juegos y travesuras. Madres que anteponen lo que sienten, enojos y hasta amarguras a la salud mental y espiritual de sus hijos. Madres, que acogieron sólo los primeros meses pero que a medida crecen los hijos empiezan a gritar, insultar y hasta pellizcar a su pequeños. Todo eso, los rasga, los mutila, los destruye. ¿Cuántos dejamos que domine el temperamento a la hora de formar a nuestros hijos? ¿Cuánto corazón mostramos al aceptarlos como son? ¿Cuánto nos preocupamos más por las opiniones de los otros cuando no se expresan como nosotros queremos? ¿Cómo estamos verdaderamente enseñando lo que es el cariño, auténtico catalizador de las relaciones humanas?

Para una reflexión profunda….

“Humilla tu cara en el polvo, hermana madre, y deja de pensar en nada que sea barro, que sea criatura, que sea mundo, que seas tú. Sueña y piensa y duerme en Él”.*

Para dejar de pensar en nada que no sea yo misma y todo aquello que merezco, se necesita tener un corazón a la semejanza de Aquel que se dio por amor a los hombres. Se necesita también tener un corazón que viva constantemente metido en Él, como vivía la Madre María. Como católica moderna no es fácil dejarse transformar por el poder del Espíritu Santo para ser una madre diferente que es profesional y está a la moda pues el ambiente esta cargado de superficialidad. A veces parece imposible vivir metida en Dios y ser del mundo. Pero cuando se deja de pensar en nada que sea barro, que sea mundo, que sea uno mismo Dios mismo da la gracia y levanta y perfecciona y enseña a amar a los demás con amor de dádiva el cual es la configuración suprema del amor. Que tu corazón hoy se arrodille y piense una vez en la bendita misión de la maternidad.

SheilaMorataya-Fleishman

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