Son estos tres conceptos, muy ligados con la Biblia…, Como sabemos el
Señor, cuando ascendió a los cielos nos dejó en su plenitud la Biblia, que
comprende el A.T. antiguo testamento. Con referencia a este A.T. el Señor dijo:
"17
No penséis que he venido a abrogar la Ley o los Profetas; no he venido a
abrogarla, sino a consumarla. 18 Porque en verdad os digo que mientras no pasen
el cielo y la tierra, ni una jota, ni una tilde pasara (desapercibida) de la
ley hasta que todo se cumpla, 19 Si, pues, alguno descuidase uno de esos
preceptos menores, y enseñare así a los hombres, será tenido por el menor en el
reino de los cielos; pero el que practicare y enseñare, este será tenido por
grande en el reino de los cielos”. (Mt 5,17-19).
Para los que tenemos
mentalidad occidental, nos resultan muchas veces, incomprensibles las
parábolas, no tanto como los simbolismos. La Biblia, como sabemos está
compuesta de dos partes, el Antiguo Testamento, A.T. y el Nuevo Testamento N.T.
De las dos partes, el A.T. es el que recoge la mayor parte de los simbolismos,
aunque en el N.T. también tenemos al final el libro del Apocalipsis redactado
por San Juan evangelista cuando estuvo recluido en la isla de Patmos, que es un
puro simbolismo y en él nos cuenta San Juan el sueño que tuvo: “1 Revelación de Jesucristo, que le fue confiada por
Dios para enseñar a sus servidores lo que tiene que suceder pronto. Él envió a
su Angel para transmitírsela a su servidor Juan. 2 Este atestigua que todo lo
que vio es Palabra de Dios y testimonio de Jesucristo. 3 Feliz el que lea, y
felices los que escuchen las palabras de esta profecía y tengan en cuenta lo
que está escrito en ella, porque el tiempo está cerca”. (Ap 1,1-3). En este libro
sucede como muchas veces ocurre con escritos que tienen una carga simbológica,
que pueden darse, más de una sola interpretación. Consta este libro de
veintidós capítulos, divididos en cuatro partes: Ellas son. I.- Introducción,
más las Cartas dirigidas a las siete iglesias; II.- Recoge la parte referente
al Cordero, los siete sellos y las trompetas; III.- El Dragón y el combate con
San Miguel: IV.- La nueva Jerusalén.
La simbología no es
solo patrimonio de la vida religiosa o espiritual, sino también de la vida
humana, prueba de ello son las banderas e himnos de una nación. A este
respectos escribe Hans Scott, pastor protestante que buscó el catolicismo y
vive en el: “Un signo es un símbolo
visible de algo que no podemos ver. Cuando tenemos enfrente una bandera, no
vemos entero al país que esta representa, y mucho menos al conjunto de valores
e intereses que representa ese país. ¿Por qué escogió Jesucristo comunicar la
salvación a través de signos? Sencillamente, porque es la manera de comunicarse
entre los hombres. Los signos se usan para representar algo que va más allá. Las
palabras son signos, pero hay otros muchos. La bandera por ejemplo, representa
al país. Nuestro respeto por la bandera no tiene nada que ver con el valor de
la tela de esta”.
El Catecismo de la Iglesia católica, nuestro catecismo, en su parágrafo
396, nos desentraña el significado del árbol del paraíso donde Eva y Adán
comieron de su fruto, Dice este parágrafo: “El árbol del conocimiento
del bien y del mal, evoca simbólicamente el límite infranqueable que el hombre
en cuanto criatura debe reconocer libremente y respetar con confianza”. La carmelita descalza, Santa benedicta Teresa de la
cruz, Edith Stein, escribe acerca de la importancia de la simbología en nuestra
vida espiritual y humana que: “Esto conviene a la naturaleza
humana para obtener así, a partir de tales formas, la luz del conocimiento
divino; pues nuestra vida está al mismo tiempo dividida: la parte del alma,
libre de necesidades para recibir impresiones simples, puede dedicarse a la
contemplación pura e interior de las imágenes divinas; la otra parte, sometida
a las impresiones, le conviene ser elevada a las cosas divinas mediante
imágenes sensibles típicas”.
El término parábola, indica la narración de un suceso fingido, del cual
por analogía o semejanza se deduce una enseñanza, relativa a un tema en este
caso de carácter evangélico.La parábola tiene una finalidad didáctica. En esencia la parábola es una
figura simbólica. El Señor empleó con abundancia este género literario. Tal es
así, que: “10 Acercándosele los discípulos, le dijeron: ¿Porque
les hablas en parábolas? 11 Y les respondió diciendo: A vosotros os ha sido
dado a conocer los misterios del reino de los cielos; pero a esos, no. 12
Porque al que tiene se le dará más y abundara; y al que no tiene, aun aquello
que tiene le será quitado. 13 Por esto les hablo en parábolas, porque viendo no
ven y oyendo no oyen ni entienden; 14 y se cumple con ellos la profecía de
Isaías que dice: "Cierto oiréis y no entenderéis, veréis y no conoceréis.
15 Porque se ha endurecido el corazón de este pueblo, y se han hecho duros de
oídos, y han cerrado sus ojos, para no ver con sus ojos y no oír con sus oídos,
y para no entender en su corazón y convertirse, que yo los curaría". 16
¡Pero dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen! 17* Pues
en verdad os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros
veis, y no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron”. (Mt 13, 10-17).
El Señor, aquí nos dice bien claro que para entender correctamente el
sentido de sus palabras hemos de escucharlas o leerlas con el corazón limpio,
por ello emplea la expresión: Porque al que tiene se le dará más y abundara; y al
que no tiene, aun aquello que tiene le será quitado. Evidentemente se refiere a la
gracia divina, tal como debe de entenderse la parábola de los talentos (Mt
25.14-30) y (Lc 19.15-26). También Sam Marcos más escuetamente que San Mateo,
nos dice: “10 Cuando se quedó solo le preguntaron los que
estaban en torno suyo con los doce acerca de las parábolas; “11 y Él les dijo:
A vosotros os ha sido dado a conocer el misterio del reino de Dios, pero a los
otros de fuera todo se les dice en parábolas, para que 12 mirando, miren y no
vean; oyendo oigan y no entiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados”.
(Mc 4,10-12). Franz Michel, escribe diciendo: “..., las parábolas de Jesús producen sobre los oyentes el efecto de las
canciones, y aún tenían, en realidad, cierto parentesco con ellas y se solían
proponer en ese tono fluctuante y melodioso que toman los orientales cuando
narran algo. Las canciones que se oyen en Oriente suenan para nosotros como, y
las narraciones como canciones. En estas narraciones parece el leguaje como
trastornado, y es indudable que en arameo, que era la lengua que habló Jesús,
sucediera lo mismo”.
La hermenéutica, es el arte de interpretar correctamente, los textos,
especialmente los sagrados, descifrando el sentido que su autor quiso dar a su
escrito. Como es fácil comprender, modernamente en lo que hoy en día escribimos
la hermenéutica tiene muy poco campo de actuación, salvo que se trate de leer,
lo que se llama entrelineas, que es
aquello que directamente no está en el texto claramente expresado, pero el
autor lo expresa sin escribirlo directamente, generalmente, suele tratarse de
amenazas subrepticias .
La importancia de la hermenéutica es esencial para entender
correctamente los textos bíblicos, más los del A.T. que los del N.T. La Orden
de los Franciscanos a estos efectos tiene en Jerusalén una Escuela bíblica,
especializada en la ciencia de la hermenéutica.
Mi más cordial saludo lector y el deseo de
que Dios te bendiga.
Juan del Carmelo
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