lunes, 25 de agosto de 2014

ENVIÓ LA PALABRA PARA CURARNOS


Se dice en Efesios 6 que tenemos que luchar con esas fuerzas oscuras que están en los aires, y al decir que están en los aires, quiere decirse, que el mal, como el aire, se hace fácilmente presente en nuestra vida, con lo que para vencer en esa lucha no basta con hacer una oración, sino que lo que hay que hacer, es refugiarse en el Señor, porque el que está detrás del mal es el demonio, y a él sólo se le vence con la fuerza y el poder de Dios: “No fue su espada, ni su brazo lo que les dio la victoria, sino Tu diestra y Tu brazo y la luz de Tu rostro.”

Continua la Escritura, "Tomad el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios". El Todopoderoso nos ha dado una espada para esta batalla, una espada poderosísima, que es la Palabra de Dios, pero resulta que es la que menos usamos en las batallas espirituales. La Palabra de Dios tiene fuerza y tiene poder, por lo que debemos hacerla nuestra, leyéndola, meditándola, y sobre todo, proclamándola, para que tenga efecto no solo en nuestra vida, sino en todo el mundo espiritual.

Mediante la Palabra nuestra mente es renovada por Dios. ¿Cómo es posible que la mente vaya a ser renovada por Dios? Lo proclama toda la Escritura, pero podemos empezar por el Génesis. La Palabra dijo: Hágase la luz, y la luz se hizo, sepárense las aguas y se separaron las aguas, hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza.... Sí, la Palabra de Dios tiene poder para crear, y esta Palabra de Dios también tiene poder para renovar nuestra mente, nuestro espíritu, nuestras fuerzas… si nosotros queremos. Empecemos por mirar menos pps y sus humanas sentencias, y dediquemos mas tiempo a leer la Palabra de Dios. Dejemos un poco al margen los libros piadosos, y meditemos primeramente con la Palabra de Dios. El cristiano debe vivir envuelto, embebido en esa Palabra que tiene el poder de transformarnos, "Despojaos en cuanto a vuestra vida anterior, del hombre viejo que se corrompe, siguiendo la seducción de las concupiscencias, renovad el espíritu de vuestra mente, y revestíos del Hombre Nuevo, creado según Dios en la justicia y la santidad de la Verdad."

La 2 Epístola a los Corintios nos confirma que no militamos según la carne, que tenemos armas espirituales que son tan poderosas como para destruir sofismas, como para destruir toda altanería que se levante contra la ciencia de Dios. Armas, como la Palabra de Dios, capaces de doblegar todo pensamiento a la obediencia de Cristo, capaces de derribar fortalezas, y no solo las del falso mundo de las vanidades sociales y de las corrupciones políticas. Piensa en ti mismo. Hay muchos muros que se han levantado en tu corazón. Dios te está llamando ahora para vivir la plenitud de los hijos de Dios, para derribar fortalezas y destruir tantos sofismas, tantas falsedades de tu vida, no las que los demás a veces nos colocan, sino todas las que el demonio levanta en nuestras vidas. Esas falsedades que él enemigo ha levantado en tu contra, haciéndote ver las cosas como no son en realidad, y que endurecen tu corazón. Sí, es necesario para renovar la mente, que todo lo que tú piensas sea doblegado a la obediencia de Cristo.

Enfrentamos todos los días esas formas de pensar que nos angustian y preocupan. A veces tenemos la mentalidad del fracasado, criticamos la vida ajena sin ton ni son, vamos sólo a lo nuestro. Es el engaño del demonio. Él sabe que si vence en el pensamiento, con sus palabras desalentadoras, con sus palabras ofensivas y tristes, ganó la batalla. Pero si nos enfrentamos a él usando la Palabra de Dios, vamos a salir adelante.

Se da entre nosotros los cristianos que no tenemos fuerza ni carácter para defender la Palabra de Dios, somos fácilmente influenciados por cualquier otra forma de pensamiento, nos dejamos llevar por lo que le diga cualquier líder de opinión. Ante la crisis que estamos viviendo, nos estamos dejando llevar del pensamiento débil. Vivimos la crisis como todos los demás, dejándonos acomplejar en nuestra fe, con miedo a hacer valer la Verdad, el Bien, la Bondad, la Generosidad, el Perdón, en definitiva, no disfrutando de este manera de nuestra vida cristiana. "Renovaos en vuestra mente dice la Escritura. Poner en vuestra mente todo lo que es bueno, todo lo que es Santo, todo lo que es Verdad, todo lo que es de Dios." Leyendo, rumiando la Palabra, nuestra mente se va depurando de aquellas cosas que no sirven, de esas falsedades que el demonio silba al oído, que permanecen por mucho tiempo en nuestras vidas, cuando no se quedan para siempre. Ahora bien, llega un momento en que en el nombre del Señor tenemos que comenzar a quitar todo esto de la mente y llenarnos de la Palabra de Dios.

La Palabra es espada de doble filo, porque es conocimiento intelectual y conocimiento por el trato con una Persona. Eso es lo que hace que sea un arma tan efectiva. Esa arma te la da el Señor, pero tienes que aprender a utilizarla. Así, a medida que la Palabra se infiltra en nuestros oídos, la Verdad se va haciendo más clara en nuestro interior. Agarra tu Biblia, no dejes que pase más tiempo. Cuando tengas un mal pensamiento, cuando sientas que las cosas no van bien, cuando sientas que el fracaso toca a tu puerta, cuando sientas la tentación de hacer lo que los demás hacen, abre la Sagrada Escritura y lee la Palabra de Dios, y verás como Dios está contigo en todo momento.

El Señor nos manifiesta en estos tiempos, que El está llamando a todos aquellos que realmente quieren dejar la vida de la carne y del mundo, que quieren realmente volcarse a El en Fe. Siente esa llamada de Dios, siente esa llamada a creerle en su totalidad, a poner toda tu confianza en El, independientemente de lo que puedan decirte los demás, aún cuando puedan llamarte fanático. Dios nos está llamando a vivir así en estos tiempos. A decirle sí al Señor, a darle todo, y vivir felices porque le hemos entregado todo, porque creemos en lo que El dice. Estamos viviendo una batalla final, que empezó hace muchos años en el mundo espiritual, y que ahora se manifiesta en el mundo material.

Anímate, créele a Dios hoy, quita todos esos pensamientos de tu "casa", sácalos de tu mente, sácate toda esa basura. Ahora pon tu mirada en Jesucristo, pon tu mirada en Dios, pon tu mirada en la Cruz. Con todo lo que sucede en tu vida alaba a Dios, dale gracias, y proclama su Palabra. Entonces verás verdaderamente lo que va a ser tu vida. Sé libre, lucha esta batalla cuya victoria el Señor te la quiere otorgar, alégrate y anímate, porque hay alguien que se preocupa por ti.

(Estas ideas son un rendido homenaje a quién me las enseño, mi monja preferida que vive en Medjugorje).


Luis Lopez-Cozar

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