domingo, 31 de agosto de 2014

CARGAR NUESTRA CRUZ


"A partir de entonces, Jesús comenzó a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén, y que los ancianos, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley le harían sufrir mucho. Les dijo que lo iban a matar, pero que al tercer día resucitaría. Entonces Pedro le llevó aparte y comenzó a reprenderle, diciendo:

– ¡Dios no lo quiera, Señor! ¡Eso no te puede pasar!

Pero Jesús se volvió y dijo a Pedro:

– ¡Apártate de mí, Satanás, pues me pones en peligro de caer! ¡Tú no ves las cosas como las ve Dios, sino como las ven los hombres!

Luego Jesús dijo a sus discípulos:

– El que quiera ser mi discípulo, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz y sígame. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; en cambio, el que pierda su vida por causa mía, la recobrará. ¿De qué sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde la vida? ¿O cuánto podrá pagar el hombre por su vida? El Hijo del hombre va a venir con la gloria de su Padre y con sus ángeles, y entonces recompensará a cada uno conforme a sus hechos."

A estas alturas, seguimos sin entender este texto. Pedro, todavía no había entendido la misión de Jesús. Y nosotros, seguimos sin entender la nuestra. Jesús nos dice que tomemos "nuestra" cruz. Y nosotros nos fabricamos cruces artificiales. Buscamos sacrificios, sufrimientos... Jesús, lo que nos pide, es que tomemos nuestra vida, que aceptemos vivirla plenamente, sin huir de nosotros mismos. Queremos salvar nuestra vida y lo que hacemos es falsearla. Por eso la perdemos.

Ser cristianos es seguir a Jesús con nuestra cruz, con nuestra vida. Jesús no buscó el sufrimiento. Si leemos los evangelios, nos daremos cuenta que pasó su vida intentando aliviar el sufrimiento de los otros, curando...Pero vivir su vida plenamente, le llevó a morir en cruz. Vivir nuestra vida, si lo hacemos con honestidad, nos traerá momentos felices y momentos de dolor, pero será una vida plena. Y en el fondo de nuestro corazón encontraremos paz.

Podemos buscar mil excusas; imaginarnos mil caminos. Si no seguimos el nuestro, que es el del amor, al final, lo único que encontraremos será el vacío. Habremos perdido nuestra vida.

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