jueves, 21 de agosto de 2014

SIMBOLISMO, PARÁBOLAS Y HERMENÉUTICA


Son estos tres conceptos, muy ligados con la Biblia…, Como sabemos el Señor, cuando ascendió a los cielos nos dejó en su plenitud la Biblia, que comprende el A.T. antiguo testamento. Con referencia a este A.T. el Señor dijo: "17 No penséis que he venido a abrogar la Ley o los Profetas; no he venido a abrogarla, sino a consumarla. 18 Porque en verdad os digo que mientras no pasen el cielo y la tierra, ni una jota, ni una tilde pasara (desapercibida) de la ley hasta que todo se cumpla, 19 Si, pues, alguno descuidase uno de esos preceptos menores, y enseñare así a los hombres, será tenido por el menor en el reino de los cielos; pero el que practicare y enseñare, este será tenido por grande en el reino de los cielos”. (Mt 5,17-19).

            Para los que tenemos mentalidad occidental, nos resultan muchas veces, incomprensibles las parábolas, no tanto como los simbolismos. La Biblia, como sabemos está compuesta de dos partes, el Antiguo Testamento, A.T. y el Nuevo Testamento N.T. De las dos partes, el A.T. es el que recoge la mayor parte de los simbolismos, aunque en el N.T. también tenemos al final el libro del Apocalipsis redactado por San Juan evangelista cuando estuvo recluido en la isla de Patmos, que es un puro simbolismo y en él nos cuenta San Juan el sueño que tuvo: 1 Revelación de Jesucristo, que le fue confiada por Dios para enseñar a sus servidores lo que tiene que suceder pronto. Él envió a su Angel para transmitírsela a su servidor Juan. 2 Este atestigua que todo lo que vio es Palabra de Dios y testimonio de Jesucristo. 3 Feliz el que lea, y felices los que escuchen las palabras de esta profecía y tengan en cuenta lo que está escrito en ella, porque el tiempo está cerca”. (Ap 1,1-3). En este libro sucede como muchas veces ocurre con escritos que tienen una carga simbológica, que pueden darse, más de una sola interpretación. Consta este libro de veintidós capítulos, divididos en cuatro partes: Ellas son. I.- Introducción, más las Cartas dirigidas a las siete iglesias; II.- Recoge la parte referente al Cordero, los siete sellos y las trompetas; III.- El Dragón y el combate con San Miguel: IV.- La nueva Jerusalén.

            La simbología no es solo patrimonio de la vida religiosa o espiritual, sino también de la vida humana, prueba de ello son las banderas e himnos de una nación. A este respectos escribe Hans Scott, pastor protestante que buscó el catolicismo y vive en el: “Un signo es un símbolo visible de algo que no podemos ver. Cuando tenemos enfrente una bandera, no vemos entero al país que esta representa, y mucho menos al conjunto de valores e intereses que representa ese país. ¿Por qué escogió Jesucristo comunicar la salvación a través de signos? Sencillamente, porque es la manera de comunicarse entre los hombres. Los signos se usan para representar algo que va más allá. Las palabras son signos, pero hay otros muchos. La bandera por ejemplo, representa al país. Nuestro respeto por la bandera no tiene nada que ver con el valor de la tela de esta”.

             El Catecismo de la Iglesia católica, nuestro catecismo, en su parágrafo 396, nos desentraña el significado del árbol del paraíso donde Eva y Adán comieron de su fruto, Dice este parágrafo: “El árbol del conocimiento del bien y del mal, evoca simbólicamente el límite infranqueable que el hombre en cuanto criatura debe reconocer libremente y respetar con confianza”. La carmelita descalza, Santa benedicta Teresa de la cruz, Edith Stein, escribe acerca de la importancia de la simbología en nuestra vida espiritual y humana que: “Esto conviene a la naturaleza humana para obtener así, a partir de tales formas, la luz del conocimiento divino; pues nuestra vida está al mismo tiempo dividida: la parte del alma, libre de necesidades para recibir impresiones simples, puede dedicarse a la contemplación pura e interior de las imágenes divinas; la otra parte, sometida a las impresiones, le conviene ser elevada a las cosas divinas mediante imágenes sensibles típicas”.

El término parábola, indica la narración de un suceso fingido, del cual por analogía o semejanza se deduce una enseñanza, relativa a un tema en este caso de carácter evangélico.La parábola tiene una finalidad didáctica. En esencia la parábola es una figura simbólica. El Señor empleó con abundancia este género literario. Tal es así, que: “10 Acercándosele los discípulos, le dijeron: ¿Porque les hablas en parábolas? 11 Y les respondió diciendo: A vosotros os ha sido dado a conocer los misterios del reino de los cielos; pero a esos, no. 12 Porque al que tiene se le dará más y abundara; y al que no tiene, aun aquello que tiene le será quitado. 13 Por esto les hablo en parábolas, porque viendo no ven y oyendo no oyen ni entienden; 14 y se cumple con ellos la profecía de Isaías que dice: "Cierto oiréis y no entenderéis, veréis y no conoceréis. 15 Porque se ha endurecido el corazón de este pueblo, y se han hecho duros de oídos, y han cerrado sus ojos, para no ver con sus ojos y no oír con sus oídos, y para no entender en su corazón y convertirse, que yo los curaría". 16 ¡Pero dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen! 17* Pues en verdad os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron”. (Mt 13, 10-17).

El Señor, aquí nos dice bien claro que para entender correctamente el sentido de sus palabras hemos de escucharlas o leerlas con el corazón limpio, por ello emplea la expresión: Porque al que tiene se le dará más y abundara; y al que no tiene, aun aquello que tiene le será quitado. Evidentemente se refiere a la gracia divina, tal como debe de entenderse la parábola de los talentos (Mt 25.14-30) y (Lc 19.15-26). También Sam Marcos más escuetamente que San Mateo, nos dice: “10 Cuando se quedó solo le preguntaron los que estaban en torno suyo con los doce acerca de las parábolas; “11 y Él les dijo: A vosotros os ha sido dado a conocer el misterio del reino de Dios, pero a los otros de fuera todo se les dice en parábolas, para que 12 mirando, miren y no vean; oyendo oigan y no entiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados”. (Mc 4,10-12). Franz Michel, escribe diciendo: “..., las parábolas de Jesús producen sobre los oyentes el efecto de las canciones, y aún tenían, en realidad, cierto parentesco con ellas y se solían proponer en ese tono fluctuante y melodioso que toman los orientales cuando narran algo. Las canciones que se oyen en Oriente suenan para nosotros como, y las narraciones como canciones. En estas narraciones parece el leguaje como trastornado, y es indudable que en arameo, que era la lengua que habló Jesús, sucediera lo mismo”.

La hermenéutica, es el arte de interpretar correctamente, los textos, especialmente los sagrados, descifrando el sentido que su autor quiso dar a su escrito. Como es fácil comprender, modernamente en lo que hoy en día escribimos la hermenéutica tiene muy poco campo de actuación, salvo que se trate de leer, lo que se llama entrelineas, que es aquello que directamente no está en el texto claramente expresado, pero el autor lo expresa sin escribirlo directamente, generalmente, suele tratarse de amenazas subrepticias .

La importancia de la hermenéutica es esencial para entender correctamente los textos bíblicos, más los del A.T. que los del N.T. La Orden de los Franciscanos a estos efectos tiene en Jerusalén una Escuela bíblica, especializada en la ciencia de la hermenéutica.

Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.

Juan del Carmelo

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