¿Le da lo mismo a un alma del cielo lo que ocurra con sus restos mortales en la tierra? Pues pienso que a las almas bienaventuradas les gusta, de tanto en tanto, echar una mirada, desde lo alto, hacia el lugar donde descansa lo que queda de su cuerpo.
Ya sé que
son individuos centrados en Dios, despegados de toda vanidad. Y, sin embargo,
considero que les gusta ver que su lápida permanece, que el cementerio es
bonito y está limpio.
Ciertamente,
también ellas tienen su corazoncito. Y prefieren que la lápida con su nombre no
se rompa ni que el cementerio esté sucio. Además, seguro que prefieren que el
cementerio no sea un lugar tétrico, sino un sitio que respire belleza y
esperanza.
♣ ♣ ♣
La
política española explicada en un minuto:
P. FORTEA
No hay comentarios:
Publicar un comentario