SEGÚN FISCALÍA, EN ESPAÑA HAY 68 DENUNCIAS ABIERTAS QUE IMPLICAN ENTORNOS RELIGIOSOS
Las cifras de la Fiscalía General del Estado
no incluyen los casos que están prescritos... y se desconoce la gravedad
de cada uno de ellos: "No hay más que ver lo poco que presionan para que
se investiguen los abusos que acaecen en otros contextos".
De 15.000 delitos y faltas de
tipo sexual denunciadas a la Justicia en España a lo largo de 2021 (de todo
tipo y contra todas las edades), sólo 68 casos, es decir un 0,45% tienen que ver con
abusos a menores en entornos religiosos (y no sólo en entornos católicos, sino de otras
religiones, e implicando no sólo a clérigos sino a trabajadores de colegios u
hospitales religiosos).
Son datos de la Fiscalía General del
Estado presentados en 2022 (y de su Informe sobre los delitos contra la
libertad y la indemnidad sexual en España 2021, publicado en
2022).
En febrero de 2022,
la socialista Dolores Delgado (que dejó de ser ministra para pasar a ser Fiscal
General) volvió a pedir que cada fiscalía de España le informara de cuántos
casos de abusos sexuales a menores se tramitaban relacionados con instituciones religiosas (de todas
las confesiones). Se supo que eran 68 casos, incluyendo algunos prescritos.
Cada delito sexual es
preocupante (no solo en entornos religiosos, y no sólo contra menores), pero
parece claro que el tema de los abusos sexuales a menores, especialmente casos
muy antiguos, se utiliza a menudo para hacer una causa general contra la Iglesia
Católica desde determinados ámbitos de los medios de
comunicación, a menudo con poca seriedad al presentar las cifras fuera de su
contexto.
NULO
APOYO REAL A LAS VÍCTIMAS
El diario El País lleva unos años sacando cada semana la historia personal de personas que
sufrieron abusos en entornos católicos (y sólo católicos), a menudo hace
décadas.
El periodista Javier
García Herrería en la web Infocatólica sospecha, meditando sobre las cifras, que "lo
hace más por atacar a la Iglesia que por una preocupación real por las víctimas, pues no hay más que ver lo poco que presiona para
que se investiguen los abusos que acaecen en otros contextos, que como se sabe
son mayoría", comenta
Estas cifras sirven
para valorar de forma más justa la labor de la Iglesia para prevenir y combatir
los abusos en la actualidad.
"Ahora que el
número de denuncias de abusos comienza a estar más claro, es razonable que los
creyentes vean positivamente las medidas empleadas en la Iglesia para acabar
con los abusos. Y también que muestren su apoyo a los sacerdotes, pues no
es justo que sean sospechosos de nada y vean amenazada su presunción de
inocencia ante cualquier tipo de acusación", comenta Herrería.
Las cifras
facilitadas por la Fiscalía General del Estado en 2022 procedían de las 17
Comunidades Autónomas españolas. El órgano solicitó que se remitiesen los "procedimientos penales en tramitación,
incoados tanto en sede judicial como fiscal, y que tengan por objeto el
esclarecimiento de denuncias y/o querellas por la supuesta comisión de
agresiones y abusos sexuales a menores de edad en el seno de congregaciones,
colegios o cualquier otra institución religiosa".
Según los datos por
provincias: en Asturias, Cantabria, Navarra, La Rioja y Extremadura no se
dieron denuncias durante el periodo de tiempo analizado. Mientras que los territorios con más casos de denuncias fueron
Hospitalet (Barcelona) con 4, Tarragona con 4, Mataró-Arenys de Mar
3, Orense con 3, Madrid con 5, Murcia con 6 y Álava con 3.
UNA
CAMPAÑA ORQUESTADA
La campaña de
descrédito contra la Iglesia Católica en España por el tema de la pederastia es
constante desde medios de comunicación como el diario El País, que lleva varios años dedicando periodistas
a tiempo completo a la búsqueda de abusos en entornos católicos, de cualquier
época. En su lista ha contabilizado
910 acusados en las últimas 8 décadas (muchas veces sin nombre, "un sacerdote") y 1.741 víctimas.
La forma de actuar
de El País contrasta con una encuesta realizada por DYM para el periódico 20 Minutos en febrero de 2023, que detectó que sólo un 6% de encuestados decía que las investigaciones sobre abusos a
menores debían limitarse únicamente a entornos eclesiales. El 88% pedía que se estudiara la lacra de la
pederastia en todos los
ámbitos sociales.
En España, la mejor
fuente detallada -con sus limitaciones- sobre abusos a menores es
la Fundación
Anar. A ella acudieron casi 6.200 menores agredidos en todo tipo de ambientes y
circunstancias de 2008 a 2019. Sus datos permiten
hacerse una idea del fenómeno.
Según recoge Anar: 1 de cada 3 agresores es el padre; un 6% de agresores son parejas de la madre; las víctimas de "manadas" han pasado de un 2% a un 10%; las víctimas -adolescentes- de novios y exnovios han pasado del 3% al
6%.
Para la Fundación,
por cada delito de abuso cometido por un sacerdote, 5 han sido cometidos por
monitores, 18 por maestros y profesores, 26 por
relaciones iniciadas por internet, 50 por su pareja o expareja y 72 por un
amigo o compañero [si bien los
monitores o profesores abusadores pueden moverse también por entidades
eclesiales].
EN
REALIDAD, NO HAY ESTUDIOS DEL ESTADO SOBRE ABUSOS A MENORES
Una prueba de que los
abusos sexuales a menores no interesan al Estado es que ¡ni los mide, ni los estudia ni los registra!
Cuando la asociación
E-Cristians en 2022 buscó estudios sociológicos sobre abusos a menores en
España, sólo encontró dos y
muy antiguos: el de Félix López Sánchez de 1996 (encargado por el
Ministerio de Asuntos Sociales) que calculaba que un 15% de chicos y un 22% de
chicas habían sufrido abusos o agresiones sexuales; y uno en el País Vasco,
donde serían un 10% de varones y un 14% de mujeres, según un estudio de De
Paúl, Milner y Múgica (1995).
"Esto
ya da idea del desinterés político, académico y mediático", lamenta la
asociación. Pone otro ejemplo: en 2006, en el 8º Congreso Estatal sobre la “Infancia maltratada”, cuyo comité de honor presidía el ministro
socialista de Asuntos Sociales, Jesús Caldera, apenas se comentaban algunos
casos individuales de abusos a menores, sin hacer ningún diagnóstico ni
proponer líneas de trabajo.
Así, ni
el Estado ni la sociedad parecen muy interesados en estudiar el tema... excepto
en casos que impliquen a la Iglesia.
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