Se critica mucho a Angela Merkel por haber firmado los acuerdos con Putin que suponían que la mayor parte del gas vendría de Rusia. Pero no considero que tal acción fuese un error. Lo lógico hubiera sido pensar que cuanto más estrecháramos lazos con la economía rusa más difícil iba a ser un enfrentamiento. Crear más puentes entre la Unión Europea y Rusia era lo más sensato. Cuantos más puentes hubiera, más difícil sería llegar a una colisión total.
Si
hubiéramos tenido una bola de cristal… Pero ¿quién podía imaginar que las cosas iban a seguir
justamente el camino de la irracionalidad?
Las
decisiones deben tomarse de acuerdo a la racionalidad. De todas maneras, ahora,
visto lo visto, las decisiones deben tomarse teniendo en cuenta la
irracionalidad de la otra parte.
♣ ♣ ♣
Dígase lo
mismo con Pekín desde Den Xiaoping. Cuantos más lazos amistosos y comerciales,
cuantos más puentes, mejor. Sin embargo, para el año 2000 sí que resultaba
evidente que la industria de China estaba vampirizando sistemáticamente la
economía de Occidente. Y lo de “sistemáticamente”
no es una palabra vana. Finalmente llegó a haber planes estratégicos de
Pekin para bajar precios y hundir sectores industriales enteros. No
se hizo nada en Occidente.
A partir
de 2012 fue siendo más claro, crecientemente, que China iba se encaminaba hacia
la dictadura distópica. De nuevo, no se hizo nada.
♣ ♣ ♣
Rusia
nunca nos advirtió de sus intenciones anexionistas ni ofreció signos de
belicismo directamente dirigidos contra Occidente. Pero China sí que nos lleva
repitiendo, años y años, que va en serio, que está dispuesta a usar la fuerza
para llevar a cabo sus reivindicaciones territoriales respecto del Mar de
China.
Si al
final lo lleva a cabo, no podrá ser acusada de no habérnoslo dicho repetidas
veces.
¿Qué hacer? Yo no estoy llamando a la guerra.
Nada más lejos de mi pensamiento. Pero, dentro de la paz, del deseo de mantener
las mejores relaciones, desde luego, la inacción sí que no es el camino.
Soy pesimista con el futuro en un plazo
de unos diez años.
Pero si
me preguntáis, mejor dejar que China cierre el paso a los barcos extranjeros
que pasen por el mar que hay entre Vietnam y Filipinas que una guerra. Mejor es
que los cargueros paguen un impuesto o aceptar que pasarán solo los buques que
ellos quieran que una guerra. Con la guerra todos perdemos más.
No voy a decir que la guerra siempre es la peor
solución, pero cuando hablamos de una gran choque bélico entre inmensas
potencias, considero que es preferible permitir grandes injusticias y tener fe
en que Dios observa y actúa. Es como un padre que ve a sus hijos: calla, pero
actúa en su momento.
P. FORTEA
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