NAGORE DE ARQUER ES UNA DE LAS AUTORAS: A LOS 15 AÑOS QUISO «TRANSICIONAR» PERO SE ARREPINTIÓ
José Errasti, Marino Pérez y Nagore de Arquer
publican en la editorial Deusto una guía práctica para las familias que tienen
adolescentes que se declaran transexuales: "No tiene ningún sentido que el
sexo se puede cambiar".
Nagore de Arquer se
considera una "desistidora", una persona que se siente trans y da marcha atrás en un proceso de cambio de sexo antes de comenzar la hormonación. Todo
comenzó cuando tenía quince años y una psicóloga le aconsejó "cambiar su cuerpo" para solucionar los problemas de acoso que sufría
en la escuela.
José Errasti,
profesor titular de la Facultad de Psicología de la Universidad de Oviedo,
junto a Marino Pérez, Catedrático de Psicología, y Nagore de Arquer, estudiante
de Psicología, acaban de publicar el libro Mamá, soy
trans (editorial Deusto). Una guía para las familias de
adolescentes con "conflictos de
género".
LA SOLUCIÓN DE UNA PSICÓLOGA
Este nuevo libro,
como los autores lo definen, es un manual para ayudar a las familias con hijos que
se declaran transexuales. Es el segundo libro que publican dos de sus autores sobre este tema,
después de: Nadie nace en un cuerpo equivocado (puedes leer aquí la reseña que hizo ReL).
"Con quince
años sufría bullying y quería ser un chico", asegura Nagore en una entrevista publicada
recientemente en La Nueva España. La
psicóloga, entonces, debido a sus rasgos más masculinos, le aconsejó empezar a hormonarse. La adolescente accedió pero, poco después, cambió
de idea y comenzó a hacer activismo a través de las redes sociales.
"Yo quería ser
un chico, fue una idea que me transmitió mi psicóloga porque tenía un aspecto
más masculino, no me gusta maquillarme, no me gustan los
vestidos, ni las faldas,
me gusta vestir 'como un chico'", asegura en la entrevista.
Su psicóloga le llegó
a preguntar: "¿No quieres
ser un chico?". Una propuesta muy
peligrosa para una joven en su situación. "Rechazaba mi cuerpo por el bullying que me habían
hecho durante muchos años en el colegio. La psicóloga en vez de
solucionar los problemas de acoso que había sufrido me dio la
solución de una transición hormonal médica", explica.
"Llegué a
obsesionarme, en las redes sociales te dicen que si tú piensas que eres trans
automáticamente lo eres. Con quince años si estás sufriendo y te
presentan una solución como si fuera la definitiva, te la crees",
añade.
EL
ACOMPAÑAMIENTO DE SUS PADRES
De Arquer comenzó
entonces un proceso de "transición
social". "Mis padres no se lo veían venir, nunca he sido femenina pero
nunca he rechazado mi cuerpo como se dice que lo rechazan las
personas transexuales desde pequeñas", explica.
Y, eran tiempos en
los que no había ninguna ayuda. "Para mi
madre, sobre todo, fue una bomba porque me ha criado con la idea de que podía
hacer lo que quisiera con mi vida y tu cuerpo no está mal por ello. No
había una asociación Amanda a la que pudieran acudir, estaban muy solos", dice.
Los padres le
cambiaron de psicóloga y su malestar fue disminuyendo. En aquella primera
sesión con la nueva profesional lo primero que le dijo De Arquer era que era
trans. "Ella me
respondió, muy bien eres trans, pero dime la razón por la que estás aquí, dime
cuáles son los problemas que te han traído aquí", resalta.
"Cada persona
necesita su propio proceso, yo necesité dos años de terapia. Fue
un cambio de visión de mí y de mejorar mi autoestima", asegura.
LAS
TRES CLAVES PARA CORREGIRLO
Otro de los autores
de Mamá, soy trans es el profesor José Errasti. "En las presentaciones del anterior libro la
gente nos preguntaba qué era lo que tenían que hacer si
mañana les llega su hija de trece años y les dice que es un chico. Eso es lo
que nos ha llevado a escribir este segundo libro, que es una
guía concreta para afrontar este tipo de problemas".
El catedrático
asegura en una entrevista que
la situación es dramática. "Estamos
viviendo un auténtico boom de estos problemas. Sabemos
que es un asunto muy complejo que
en cada familia se puede presentar con mil detalles relevantes. "La prudencia, la empatía, el respeto y la
sensatez", son las claves.
"La prudencia
nos aconsejaría no tomar decisiones irreversibles, de forma apresurada o forma
poco meditada. No es sensato que el 87% de las personas que
consultan en la unidad de trastornos de género catalana, que se llama Transit,
salgan con la receta de hormonas en la mano", comenta.
"El respeto
implica entender que la persona que tenemos delante está sufriendo de verdad,
que no está ni fingiendo, ni está haciendo teatro y que
tenemos que intentar ayudarle y que merece toda nuestra consideración. Pero es
importante no confundir el respeto con la aquiescencia, con darle la razón en
todo lo que está diciendo", añade.
Y, concluye con el
tercer principio. "La sensatez
parecería indicar que no conviene tomar decisiones basadas en ideas absurdas.
Por ejemplo, la idea de que el sexo se puede elegir es absurda. No tienen
ningún sentido que el sexo sea una variable volitiva y puramente apetitiva, que
las personas eligen en función de su libertad o autodeterminación", asegura.
Errasti tiene claro
que es una locura. "No tiene ningún
sentido que el sexo se puede cambiar, que alguien puede pasar de ser varón a
mujer o viceversa. No tiene sentido pensar que hay más de dos
sexos. Cualquier reacción extrema es negativa. Es decir, es
negativa cualquier reacción autoritaria. Y también es desaconsejable lo
contrario", expresa.
Y propone una tercera
vía. "Se necesita un término medio
que permita que pase un tiempo de observación, de comprensión, de analizar muy
bien la razón por la que esa persona está diciendo eso y que
permita analizar muy bien cuándo empezó a sentir lo que dice que siente (...). Las familias se
sienten muy solas. Es muy fácil ser progre con los hijos de los demás. Es muy
fácil cuando el problema le pasa a otro", comenta.
El profesor asegura
que hay muchos casos de gente que quiere volver a la etapa previa a la
hormonación. "Hay un boom muy
importante de personas que quieren 'transicionar', pero también empieza
a haber un boom de
gente que se arrepiente de haber 'transicionado'. Las intervenciones
médicas para 'transicionar' son irreversibles incluso farmacológicamente",
explica.
"A mucha gente
se le ha vendido la idea de que los males que está viviendo en la adolescencia,
que es una etapa en la que lo raro es encontrarse bien, son
debidos a que no saben que en verdad son del otro sexo", añade.
Errasti echa mucha de
la culpa a Internet. "Las redes
sociales están llenas de personas que han 'transicionado' y juran que todos sus
males se resolvieron. Muchos caen en esa narración salvífica, casi
mitológica de esa transformación personal en la que renacerás
siendo tú mismo. La realidad es que no es así. Es habitual que haya unos
primeros momentos de euforia, pero en muchísimos casos, al cabo de unos meses
la realidad se impone", afirma.
Y, habla de las
consecuencias de estas terapias. "A lo mejor no tenías asumida la homosexualidad o que tenías
problemas de espectro autista, de expresiones emocionales o simplemente que no
te ajustabas a los estereotipos sexuales tradicionales. No te pasaba nada en el
pecho ni en el pene. La gente no se da cuenta de que cuando te hormonas tienes
que hormonarte cada uno de los días de tu vida", advierte.
Para el profesor, la
aprobación de la ley Trans es la puntilla. "La ley trans impone, en aras de una ideología, que los
profesionales solo podemos afirmar las peticiones de los adolescentes, no
podemos tener juicio propio. Si vienen pidiendo hormonas hay que dárselas,
no tenemos nada que opinar al respecto", asegura.
"Y eso es
igualarnos al vendedor de un centro comercial y quitarnos nuestro criterio
clínico. Eso va a dar lugar a muchísimos problemas y va a provocar mucho
sufrimiento. Han entrado, ideología en mano, en el campo de la intervención
clínica", añade.
Errasti apunta que el
transexualismo es casi un estilo de vida. "El discurso trans es el 'pack' completo adolescente. Incluye
una estética, una ética, un lenguaje, unos referentes, un criterio para distinguir quién es
de los míos y quién de los malos; e incluye también la temática del yo y del
sexo que son los dos grandes temas adolescentes", señala.
"Es un
discurso que tiene ese punto mitológico del viaje del héroe en dónde una
persona gris con sus problemas cotidianos sufre una tremenda crisis
personal y renace convertido en el Mesías. Cómo no vas a fascinarte con esas cosas", apunta.
El profesor concluye
advirtiendo de los peligros de esta ideología. "Los profesores no tienen formación adecuada y acostumbran a dejar
este tipo de temas a asociaciones de educación sexual que pertenecen a los colectivos
transgeneristas para que impartan talleres de educación sexual
(...). La idea transgenerista se está colando en las escuelas de forma
completamente masiva, sin ninguna criba y ese es un grave problema que hay que
abordar", termina diciendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario