El Papa Francisco lamentó este lunes que el mundo “sigue siendo esclavo del egoísmo y está lleno de contradicciones y divisiones” y ante este escenario aseguró que “sólo el Evangelio puede mantener encendida la luz de la esperanza”.
En esta línea, citó “el clamor de la tierra
y el grito de los pobres, las guerras y conflictos que derraman sangre en la
historia de la humanidad, la angustiosa situación de millones de emigrantes y
refugiados, una economía que hace cada vez más ricos a los ricos y más pobres a
los pobres”.
Estas fueron las palabras del Santo Padre durante una audiencia en el
Vaticano con los Misioneros Oblatos de María Inmaculada, quienes celebran su
Capítulo General bajo el título “Peregrinos de la
esperanza en comunión”.
El Papa Francisco recordó a los presentes que están “llamados a llevar el Evangelio de la esperanza, la
alegría y la paz”.
“Habéis elegido ser peregrinos, redescubrir y vivir
vuestra condición de caminantes en este mundo, junto a los hombres y mujeres,
los pobres y los últimos de la tierra, a los que el Señor os envía para
anunciar su Reino”, dijo el Santo Padre.
Además, recordando los inicios de esta congregación misionera, el
Pontífice subrayó que “es un drama
cuando los ministros de la Iglesia abandonan a los pobres”.
El Santo Padre destacó que estos misioneros sirven a la Iglesia en 70
países del mundo, como “peregrinos de la
esperanza”, que caminan “con el santo pueblo
de Dios, viviendo con fidelidad vuestra vocación misionera”.
A continuación, explicó que “ser misioneros
de la esperanza significa saber leer los signos de su presencia oculta en la
vida cotidiana de las personas”.
Asimismo, invitó a los presentes a “reconocer
la esperanza entre los pobres a los que sois enviados, que a menudo consiguen
encontrarla en medio de las situaciones más difíciles. Déjate evangelizar por
los pobres que evangelizas: ellos te enseñan el camino de la esperanza, para la
Iglesia y para el mundo”, aseguró.
También destacó que esta esperanza debe transmitirse en comunión, algo
que para el Papa es “un reto del que
puede depender el futuro del mundo, de la Iglesia y de la vida consagrada”.
“Para ser misioneros de la comunión debemos vivirla
primero entre nosotros, en nuestras comunidades y en nuestras relaciones
mutuas, y luego cultivarla con todos sin excepción”, dijo el santo Padre.
Por último, aseguró que “hacerse prójimo es
un trabajo de todos los días, porque el egoísmo te arrastra, te hunde, hacerse
prójimo es salir”.
“Él, ante el Salvador crucificado, decidió un día
ofrecer su vida para que todos, especialmente los pobres, pudieran experimentar
el mismo amor de Dios que le había devuelto al camino de la fe”, dijo al término de su discurso el Papa Francisco.
POR ALMUDENA
MARTÍNEZ-BORDIÚ | ACI Prensa
No hay comentarios:
Publicar un comentario