¡Oh San Benito glorioso!, lleno del espíritu de todos los justos, hombre de Dios y servidor de Jesucristo, modelo de caridad y terror de los demonios, fervoroso y ejemplar abad, mi poderoso protector y padre bondadoso y de cuantos van a ti a suplicar...
San
Benito, maestro de la vida espiritual, ruega e intercede
por mí ante el Señor para que alivie mis sufrimientos, y las serias
dificultades que en este día me agobian, aparta, condena y rechaza, por la
poderosa intercesión de la Cruz, todo mal y acechanza que puedan dirigir contra
mi persona, contra mí amada familia o contra los seres queridos que a mi lado
siempre están. Líbrame de fatídicas herejías crueles traiciones y dañinas envidias,
aléjame de malas lenguas, magias y hechicerías, no permitas que me ataquen los
enemigos, destierra la injusticia y el mal que me acecha, en especial
defiéndeme de:
(Hacer
la petición).
Te lo
pido con toda confianza y seguro de tu bondad, tú que fuiste santo con fervor,
que no antepusiste nada ante Cristo desde que lo hallaste en la oración
concédeme tu amable y valiosa intercesión.
Glorioso
san Benito, por tu poder ilimitado sobre
los poderes dañinos con enorme fervor te suplico concédeme sin demora lo que de
ti solicito, y ayúdame a alcanzar la perfección de mi vida cristiana, por la
salud de mi cuerpo, mente y alma.
Amén.
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