Le aplica el canon 915 del Código de Derecho Canónico
Mons. Salvatore
Cordileone anunció ayer que la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy
Pelosi, no deberá presentarse a comulgar ni se le dará la comunión en caso de
que la solicite en las Misas de la archidiócesis de San Francisco, hasta que no
se arrepienta y repudie públicamente su apoyo al aborto.
(CNA/InfoCatólica) Mons. Cordileone indicó que
la medida era «puramente pastoral, no política» y se produjo después de que
Pelosi, demócrata de California, que se ha descrito a sí misma como una «católica devota», rechazara repetidamente sus
esfuerzos por ponerse en contacto con ella para hablar de su defensa del
aborto.
El arzobispo Cordileone dijo
que envió la notificación a Pelosi, «un miembro de
nuestra archidiócesis», el 19 de mayo.
La líder demócrata no ha
respondido al anuncio de Cordileone después de que se diera a
conocer a los medios de comunicación el viernes por la tarde. En una entrevista
de 2008 con C-SPAN, Pelosi dijo que el hecho de que
se le negara la comunión sería «un duro golpe», describiéndose entonces como una «comulgante habitual».
Las instrucciones de
Cordileone sólo se aplican dentro de la archidiócesis de San
Francisco. Cuando Pelosi está en Washington, D.C., y en otras diócesis de
Estados Unidos y del extranjero, depende de la postura de los obispos de dichas
diócesis. En Washington,
por ejemplo, podrá comulgar como siempre debido a que el cardenal Wilton Gregory lo permite.
En la carta dirigida a los
católicos laicos, Cordileone explica que emitió la instrucción de acuerdo con
el canon 915 del Código de Derecho Canónico, que establece que «Aquellos... que perseveran obstinadamente en un pecado grave
manifiesto no deben ser admitidos a la Santa Comunión».
«Después de numerosos
intentos de hablar con ella para ayudarla a entender el grave mal que está
perpetrando, el escándalo que está causando y el peligro para su
propia alma que está arriesgando, he determinado que ha llegado el punto en el que
debo hacer una declaración pública de que no será admitida a la Sagrada
Comunión a menos que, y hasta que, repudie públicamente su apoyo al derecho
al aborto y confiese y reciba la absolución por su cooperación con este mal en
el sacramento de la Penitencia», escribe Cordileone en la carta.
CARTA A LOS
SACERDOTES
En una carta aparte enviada a
los sacerdotes de la archidiócesis de San Francisco, Mons. Cordileone
responde preventivamente a las críticas de que estaba «politizanado
la Eucaristía».
Insiste en que su decisión era
«simplemente la aplicación de la enseñanza de
la Iglesia».
«He sido
muy claro todo el tiempo, tanto en mis
palabras como en mis acciones, que mi motivo es pastoral, no político», dice en la
carta.
En la misma carta, el
arzobispo describe sus repetidos intentos de reunirse con Pelosi -que
representa al Distrito 12 de San Francisco, California, en el Congreso- desde
que ella anunció en septiembre de 2021 que intentaría
que la sentencia Roe v. Wade alcanzara la condición de ley federal en la legislación estadounidense.
El prelado explica que
escribió a la Presidenta de la Cámara de Representantes en abril de este año, «detallando la posición extrema a la que se ha movido en
la cuestión del aborto y explicando el escándalo que está causando y el
peligro para su propia alma. Le
pedí que repudiara esta posición, o bien que se abstuviera de referirse a su fe
católica en público y de recibir la Sagrada Comunión».
«También le
advertí que si se negaba a hacerlo, me vería obligado a hacer un anuncio público
de que no sería admitida a la Sagrada Comunión».
No recibió respuesta pero
volvió a ponerse en contacto con Pelosi un mes después, cuando ella se describió
como «católica devota» mientras explicaba
por qué apoyaba el aborto, a raíz de la filtración del borrador de sentencia
que apunta a que el Tribunal Supremo podría anular el caso Roe v. Wade.
«Como
consecuencia de todo esto y de todo lo que ha llevado a ello», explica Mons.
Cordileone a sus sacerdotes, «estoy convencido de que esta resistencia al consejo
pastoral ha durado demasiado tiempo, y no hay nada más que pueda
hacerse en este momento para ayudar a la Presidenta a entender la gravedad del
mal que está perpetrando su defensa del aborto y el escándalo que está
causando. Por lo tanto, le envié la mencionada notificación de que no debe ser
admitida a la Sagrada Comunión».
EL CONFLICTO VIENE
DE ATRÁS
Cordileone y Pelosi se han
enfrentado en repetidas ocasiones sobre el aborto desde que Benedicto XVI
nombró a Cordileone para pastoreas la archidiócesis de San Francisco en 2012.
Las tensiones aumentaron
notablemente en 2021, cuando la posiblidad de derogar la setencia Roe v. Wade
de 1973 llegó a la Corte Suprema y los obispos estadounidenses se enzarzaron en
una acalorada discusión sobre si se debía negar la comunión a los políticos
proabortistas.
En mayo de 2021, Pelosi dijo
que estaba «satisfecha» con una carta del
Vaticano a los obispos estadounidenses en la que se abordaba el debate. Afirmó
que el Vaticano había dado instrucciones a los obispos para que no fueran «divisivos» en el tema.
En respuesta, Mons. Cordileone
dijo que el Vaticano estaba de hecho promoviendo el «diálogo» entre los obispos
y los políticos pro-aborto, «para ayudarles a
entender el grave mal que están ayudando a perpetrar y acompañarles a un cambio
de corazón»
En julio de 2021, Mons.
Cordileone criticó duramente a Pelosi después de que ésta citara su fe católica
mientras defendía los esfuerzos para permitir la financiación federal de los
abortos.
After numerous
attempts to speak with Speaker Pelosi to help her understand the grave evil she
is perpetrating, the scandal she is causing, an the danger to her own soul she
is risking, I have determined that she is not to be admitted to Holy Communion.
https://t.co/l7M85CyG86
— Archbishop Salvatore J. Cordileone (@ArchCordileone) May 20, 2022
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