Recogemos este texto sobre una de las primeras oraciones dirigidas a la Virgen por los primeros cristianos. La oración Sub tuum praesidium es un testimonio entrañable, probablemente el más antiguo y el más importante en torno a la devoción a Santa María.
Se trata de un tropario (himno bizantino) que llega hasta nosotros lleno de juventud.
Es quizás el texto más antiguo en que se llama Theotokos a
la Virgen, e indiscutiblemente es la primera vez que este término aparece en
un contexto oracional e invocativo.
EN UN PAPIRO EGIPCIO
Edgar
Lobel, experto en papirología de la Universidad de Oxford,
dedicó su vida al estudio de los papiros
encontrados en Egipto. Como es conocido, el
clima extremadamente seco de la mayor parte de Egipto ha hecho que se conserven
multitud de fragmentos de papiros antiquísimos, con textos de hace milenios, en griego y en
copto. Muchos de estos textos se habían perdido. En otros casos,
los papiros sirven para confirmar la antigüedad de textos que sí que se habían
conservado a través de sucesivas copias o traducciones.
Uno de estos papiros, descubierto en las proximidades de la antigua ciudad egipcia de Oxirrinco, contenía una oración a la Virgen. Y no cualquier oración, sino una plegaria que continuamos rezando hoy en día, la oración Sub tuum praesidium.
LA VERSIÓN LATINA ES:
Sub tuum praesidium confugimus, Sancta
Dei Genitrix.
Nostras deprecationes ne despicias in
necessitatibus nostris, sed a periculis cunctis libera nos semper, Virgo gloriosa
et benedicta.
LA
VERSIÓN CASTELLANA, ES MUY CONOCIDA:
Bajo tu amparo nos acogemos, santa
Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras
necesidades, antes bien,
líbranos de todo peligro, ¡oh siempre
Virgen, gloriosa y bendita!
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