En una carta pastoral publicada a inicios de octubre, el Obispo de Pesqueira (Brasil), Mons. José Luiz Ferreira Salles, dio el primer paso para el reconocimiento de las “presuntas apariciones de Nossa Senhora da Graça (Nuestra Señora de la Gracia)” a dos adolescentes en Aldeia da Guarda, Vila de Cimbres, hace más de 80 años.
Según los relatos, en 1936 la Virgen María se habría aparecido a Maria
da Conceição y a Maria da Luz -más tarde Sor Adélia, cuyo proceso de
beatificación estaría por comenzar-, para advertirles sobre tres castigos que
Dios enviaría al mundo, y para pedirles que se haga oración y penitencia.
En su carta pastoral, Mons. Selles señaló que los mensajes de esta
aparición están en consonancia con las “verdades de
la fe cristiana”, y permitió a los fieles continuar con su devoción a la
Madre de Dios en ese
lugar.
Explicó que “en los relatos de las
apariciones de la Virgen María, en Aldeia da Guarda, bajo el título de ‘Nossa
Senhora da Graça’, hay elementos, huellas y signos que apoyan y señalan la gran
probabilidad de la experiencia sobrenatural vivida por la joven Maria da Luz (Hermana
Adélia) y Maria da Conceição”.
“Los mensajes comunicados durante los discursos con
los videntes, documentados y cuidadosamente analizados, están en profunda
consonancia con las verdades de la fe cristiana, contenidas en las Sagradas
Escrituras y la Doctrina Católica y, de ninguna manera, contrastan con moral y
costumbres”, dijo Mons. Selles.
En ese sentido, el Prelado indicó que concede “permiso
para que los fieles puedan en estas tierras, continuar con la devoción y
veneración de la Santísima Virgen, Madre de Dios, invocada con el título de
‘Nossa Senhora da Graça’”.
Mons. Selles precisó que “la Diócesis de
Pesqueira es la responsable directa de la atención pastoral de Aldeia da Guarda
y que brindará, a través de los medios necesarios, la asistencia sacramental y
espiritual a los peregrinos y devotos que acudan al lugar”.
Al respecto, recordó que “las
interpretaciones, posiciones oficiales sobre los mensajes o cualquier contenido
relacionado con las presuntas apariciones son exclusivamente del Magisterio de
la Iglesia y, en
particular, del obispo diocesano de Pesqueira, quien es el encargado de
supervisar y dar el consentimiento previo al asunto”.
La carta pastoral fue firmada el 2 de octubre, durante un encuentro en
Aldeia Guarda, el lugar de las presuntas apariciones. Ese día, el Prelado dijo
que durante estos años, la diócesis “ha venido
siguiendo un camino de escucha del Espíritu”, y que “en medio de crisis y desafíos, ha buscado acoger las
expresiones populares, ya sea de devoción o de vivencia de la fe en comunidad”.
Señaló que “aunque, a veces en silencio y
esperando el tiempo del Espíritu, nuestra diócesis no ha dejado de mirar y
seguir con amor de madre este lugar y sus mensajes”; y afirmó que “varias veces y en muchos años, la Aldeia Guarda, las
presuntas apariciones de la Virgen estuvieron presentes para contemplar y
valorar la acción pastoral en la actualidad. Pero, siempre de acuerdo con las
orientaciones de la Iglesia”.
En la carta, Mons. Salles anunció que la diócesis pidió el inicio del
proceso de beatificación de Maria da Luz, una de las niñas videntes de Nuestra
Señora de Gracia, que se hizo religiosa bajo el nombre de Sor Adelia Teixeira
de Carvalho en el Instituto das Religiosas da Instrução Cristã.
“Muerta en olor de santidad, ya hemos pedido y
estamos esperando el ‘nihil obstat’ de la Congregación para las Causas de los
Santos, con la autorización para la apertura oficial de su proceso de
Beatificación y Canonización en nuestra diócesis”, dijo.
El vicario general y miembro de la comisión diocesana que investiga y
profundiza sobre las apariciones, P. Fábio Pereira, dijo al sitio web de la
Diócesis de Pesqueira que “la Iglesia siempre es
prudente en lo que se refiere a los asuntos relacionados con las apariciones, y
así debe ser”.
El Obispo diocesano “constituyó una comisión
de estudios con teólogos e historiadores”; y “después
de un largo período, llegó el momento en que la diócesis sintió la necesidad de
decir algo sobre las ‘presuntas apariciones’”, dijo. “Estamos escribiendo al Vaticano, junto con el obispo
diocesano, una respuesta, haciendo la pregunta: ¿Qué sucedió realmente en ese
lugar? Después de 85 años, la Iglesia en Pesqueira ha llegado a pronunciarse
sobre el hecho”, agregó.
En declaraciones a ACI Digital -agencia en portugués del Grupo ACI- Ana
Lígia Lira, la autora del libro sobre las apariciones de la Virgen de la
Gracia, titulado O diario de silencio: La
advertencia de la Virgen María contra el comunismo en Brasil, dijo que recibió
“con gran alegría esta carta pastoral” y la ve “como
una actitud de mucha valentía del obispo, pues fueron 85 años de
silencio”.
“Esta carta pastoral trae la palabra del pastor y
de la Iglesia, por lo tanto, da credibilidad a las apariciones. Es el ‘sí’ de
la Iglesia a algo que ya había recibido antes el ‘sí’ del pueblo, pues primero
viene la devoción popular y luego la Iglesia investiga y da su ‘sí’”, dijo Lira.
Agregó que es “un acto de reparación a la
memoria de tantas personas perseguidas y ridiculizadas en el pasado por no
negar las apariciones, como Maria da Conceição, la Hermana Adélia y el Padre
Kehrle”, uno de los responsables que investigó el caso en ese momento.
Lira dijo que Sor Adélia tuvo una gran visibilidad en el caso de las
apariciones, por estar “en una congregación
religiosa muy activa”; y destacó que “aunque
no hubiera sido una de las videntes, también sería vista como un modelo de
santidad, porque llevaba una vida de entrega como
religiosa, trabajando siempre por los pobres y los más humildes”.
Sin embargo, afirmó que es necesario recordar que hubo otra vidente,
Maria da Conceição, que “también tiene un
testimonio de fe en su vida”, y que si bien llevó “una vida más recogida, en la sencillez, la pobreza y la
humildad […] también tiene una historia de posible santidad y creo que algún
día la Iglesia podrá verla”.
HISTORIA DE LAS
APARICIONES DE NUESTRA SEÑORA DE LA GRACIA
El 6 de agosto de 1936, comenzaron las apariciones de la Virgen María en
Aldeia da Guarda, Vila de Cimbres (Brasil). Aquel día, las adolescentes Maria
da Luz y Maria da Conceição fueron a recolectar semillas de ricino en la finca,
y durante el camino Maria da Luz le preguntó con preocupación a su amiga qué
haría si se les aparecía Lampião.
Lampião era un conocido ‘cangaceiro’ -nombre
que se le daba a delincuentes de bandas armadas a mediados del siglo XIX en el
noreste de Brasil- que junto a su banda criminal solía perpetrar robos y
asesinatos en la región.
Ante ello, Maria da Conceição le respondió: “Nuestra
Señora encontraría la manera de protegernos”. Luego, en la cima de la
montaña, las niñas vieron la imagen de una mujer con un niño en sus brazos, que
les hacía señas para que se acercaran a ella.
Según el sitio web del Instituto das Religiosas da Instrução Cristã,
cuando las menores regresaron a casa “les contaron
lo que pasó a los padres de Maria da Luz, Arthur Teixeira de Carvalho y Auta
Monteiro de Carvalho”, pero al inicio no les creyeron. Por eso, Arthur “fue con las adolescentes al sitio de la aparición, que
era de difícil acceso”, y “volvieron a ver a
la mujer”.
“Incapaz de ver y pensando que era la alucinación
de las adolescentes, el padre de María da Luz le pidió que le preguntara a la
niña quién era y qué quería”, señaló. La Virgen respondió: “Yo soy la Gracia, vine a decirte que vendrán 3 castigos
enviados por Dios. Dile a la gente que rece y haga penitencia”, indicó.
Tras ello, la noticia se difundió por toda la región y muchos empezaron a
visitar el lugar para rezar o por curiosidad; otros pidieron una señal visible
de las apariciones.
De acuerdo a la historia, el 10 de agosto, cuando las menores visitaron
el lugar, la Virgen les señaló el agua que salía de una roca frente al sitio de
la aparición. La roca tenía una pequeña cavidad sin fisuras que estaba llena de
agua. Luego, las adolescentes recibieron esta respuesta: “Para curar enfermedades”.
Tras ello, toda la familia y muchas personas fueron al monte, donde
además de hallar agua, encontraron una marca blanca donde se apareció la imagen
de la Virgen, y a su lado, las huellas de los pies de una mujer y de un niño
pequeño.
Según dijo Mons. Salles en la carta pastoral, días después de la aparición,
la familia afrontó la “desconfianza inicial” del
pueblo, “el silencio de las autoridades
eclesiásticas y el intento de los gobernadores de detener la devoción del
pueblo”.
Explicó que ante la gran atención mediática que se le dio a la aldea
luego de las primeras visiones, “los reportes se
convirtieron en un caso policial” que incluyeron “la detención del padre de Maria da Luz, la presencia de vigilancia
armada en la región y amenazas a las manifestaciones de fe. Sin embargo, las
apariciones fueron acompañadas de un proceso de legitimación de los fieles que,
en una región con diferentes problemas sociales, buscaron conexiones con lo
divino”.
Recordó que “hay varios informes de
curaciones, gracias, milagros y conversiones logradas por los fieles que han
visitado el lugar de las presuntas apariciones desde agosto de 1936”.
“Por orden de Mons. Adalberto Accioli Sobral
(1887-1951), el P. José Kehrle (1891-1978), su secretario, y fray Estevam
Roettger (1877-1955)”, se dio seguimiento al caso y
resultó en “un dictamen favorable de los hechos y
un certificado de veracidad”.
“Durante los análisis, los eclesiásticos realizaron
investigaciones de las formas más variadas, con interrogatorios y observaciones
de lo informado por los videntes. Entre sus estrategias, se siguió
personalmente las presuntas apariciones, con investigaciones que buscaban
confrontar la información e identificar alguna supuesta falsedad”, escribió.
Mons. Selles dijo que “las narrativas
históricas sobre los hechos ocurridos en la diócesis de Pesqueira pueden
entenderse, a partir de las declaraciones del Diário de Fray Estevam Roettger”.
Allí, el religioso escribió que quienes “sigan
atentamente los acontecimientos” que ocurrieron en 1936, “estarán convencidos de que fue ‘Nuestra Señora de la
Gracia’ quien se manifestó y que en la bondad de su Corazón maternal quiere
ayudar a los hombres a salvarse”.
Por eso, “las romerías, las acciones de
fieles y religiosos realizadas hasta hoy demuestran la importancia del evento
para la acción religiosa de la Iglesia Católica, no solo en nuestra diócesis,
sino en todos los espacios y manifestaciones del culto mariano”, concluyó.
Traducido y adaptado por Cynthia Pérez. Publicado
originalmente en ACI Digital.
Redacción ACI Prensa
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