martes, 19 de octubre de 2021

OBISPO DA PRIMER PASO HACIA APROBACIÓN DE APARICIONES DE LA VIRGEN A DOS ADOLESCENTES

En una carta pastoral publicada a inicios de octubre, el Obispo de Pesqueira (Brasil), Mons. José Luiz Ferreira Salles, dio el primer paso para el reconocimiento de las “presuntas apariciones de Nossa Senhora da Graça (Nuestra Señora de la Gracia)” a dos adolescentes en Aldeia da Guarda, Vila de Cimbres, hace más de 80 años.

Según los relatos, en 1936 la Virgen María se habría aparecido a Maria da Conceição y a Maria da Luz -más tarde Sor Adélia, cuyo proceso de beatificación estaría por comenzar-, para advertirles sobre tres castigos que Dios enviaría al mundo, y para pedirles que se haga oración y penitencia. 

En su carta pastoral, Mons. Selles señaló que los mensajes de esta aparición están en consonancia con las “verdades de la fe cristiana”, y permitió a los fieles continuar con su devoción a la Madre de Dios en ese lugar.

Explicó que “en los relatos de las apariciones de la Virgen María, en Aldeia da Guarda, bajo el título de ‘Nossa Senhora da Graça’, hay elementos, huellas y signos que apoyan y señalan la gran probabilidad de la experiencia sobrenatural vivida por la joven Maria da Luz (Hermana Adélia) y Maria da Conceição”. 

“Los mensajes comunicados durante los discursos con los videntes, documentados y cuidadosamente analizados, están en profunda consonancia con las verdades de la fe cristiana, contenidas en las Sagradas Escrituras y la Doctrina Católica y, de ninguna manera, contrastan con moral y costumbres”, dijo Mons. Selles.

En ese sentido, el Prelado indicó que concede “permiso para que los fieles puedan en estas tierras, continuar con la devoción y veneración de la Santísima Virgen, Madre de Dios, invocada con el título de ‘Nossa Senhora da Graça’”.

Mons. Selles precisó que “la Diócesis de Pesqueira es la responsable directa de la atención pastoral de Aldeia da Guarda y que brindará, a través de los medios necesarios, la asistencia sacramental y espiritual a los peregrinos y devotos que acudan al lugar”.

Al respecto, recordó que “las interpretaciones, posiciones oficiales sobre los mensajes o cualquier contenido relacionado con las presuntas apariciones son exclusivamente del Magisterio de la Iglesia y, en particular, del obispo diocesano de Pesqueira, quien es el encargado de supervisar y dar el consentimiento previo al asunto”.

La carta pastoral fue firmada el 2 de octubre, durante un encuentro en Aldeia Guarda, el lugar de las presuntas apariciones. Ese día, el Prelado dijo que durante estos años, la diócesis “ha venido siguiendo un camino de escucha del Espíritu”, y que “en medio de crisis y desafíos, ha buscado acoger las expresiones populares, ya sea de devoción o de vivencia de la fe en comunidad”.

Señaló que “aunque, a veces en silencio y esperando el tiempo del Espíritu, nuestra diócesis no ha dejado de mirar y seguir con amor de madre este lugar y sus mensajes”; y afirmó que “varias veces y en muchos años, la Aldeia Guarda, las presuntas apariciones de la Virgen estuvieron presentes para contemplar y valorar la acción pastoral en la actualidad. Pero, siempre de acuerdo con las orientaciones de la Iglesia”.

En la carta, Mons. Salles anunció que la diócesis pidió el inicio del proceso de beatificación de Maria da Luz, una de las niñas videntes de Nuestra Señora de Gracia, que se hizo religiosa bajo el nombre de Sor Adelia Teixeira de Carvalho en el Instituto das Religiosas da Instrução Cristã.

“Muerta en olor de santidad, ya hemos pedido y estamos esperando el ‘nihil obstat’ de la Congregación para las Causas de los Santos, con la autorización para la apertura oficial de su proceso de Beatificación y Canonización en nuestra diócesis”, dijo.

El vicario general y miembro de la comisión diocesana que investiga y profundiza sobre las apariciones, P. Fábio Pereira, dijo al sitio web de la Diócesis de Pesqueira que “la Iglesia siempre es prudente en lo que se refiere a los asuntos relacionados con las apariciones, y así debe ser”. 

El Obispo diocesano “constituyó una comisión de estudios con teólogos e historiadores”; y “después de un largo período, llegó el momento en que la diócesis sintió la necesidad de decir algo sobre las ‘presuntas apariciones’”, dijo. “Estamos escribiendo al Vaticano, junto con el obispo diocesano, una respuesta, haciendo la pregunta: ¿Qué sucedió realmente en ese lugar? Después de 85 años, la Iglesia en Pesqueira ha llegado a pronunciarse sobre el hecho”, agregó.

En declaraciones a ACI Digital -agencia en portugués del Grupo ACI- Ana Lígia Lira, la autora del libro sobre las apariciones de la Virgen de la Gracia, titulado O diario de silencio: La advertencia de la Virgen María contra el comunismo en Brasil, dijo que recibió “con gran alegría esta carta pastoral” y la ve “como una actitud de mucha valentía del obispo, pues fueron 85 años de silencio”. 

“Esta carta pastoral trae la palabra del pastor y de la Iglesia, por lo tanto, da credibilidad a las apariciones. Es el ‘sí’ de la Iglesia a algo que ya había recibido antes el ‘sí’ del pueblo, pues primero viene la devoción popular y luego la Iglesia investiga y da su ‘sí’”, dijo Lira.

Agregó que es “un acto de reparación a la memoria de tantas personas perseguidas y ridiculizadas en el pasado por no negar las apariciones, como Maria da Conceição, la Hermana Adélia y el Padre Kehrle”, uno de los responsables que investigó el caso en ese momento.

Lira dijo que Sor Adélia tuvo una gran visibilidad en el caso de las apariciones, por estar “en una congregación religiosa muy activa”; y destacó que “aunque no hubiera sido una de las videntes, también sería vista como un modelo de santidad, porque llevaba una vida de entrega como religiosa, trabajando siempre por los pobres y los más humildes”.

Sin embargo, afirmó que es necesario recordar que hubo otra vidente, Maria da Conceição, que “también tiene un testimonio de fe en su vida”, y que si bien llevó “una vida más recogida, en la sencillez, la pobreza y la humildad […] también tiene una historia de posible santidad y creo que algún día la Iglesia podrá verla”.

HISTORIA DE LAS APARICIONES DE NUESTRA SEÑORA DE LA GRACIA

El 6 de agosto de 1936, comenzaron las apariciones de la Virgen María en Aldeia da Guarda, Vila de Cimbres (Brasil). Aquel día, las adolescentes Maria da Luz y Maria da Conceição fueron a recolectar semillas de ricino en la finca, y durante el camino Maria da Luz le preguntó con preocupación a su amiga qué haría si se les aparecía Lampião.

Lampião era un conocido ‘cangaceiro’ -nombre que se le daba a delincuentes de bandas armadas a mediados del siglo XIX en el noreste de Brasil- que junto a su banda criminal solía perpetrar robos y asesinatos en la región. 

Ante ello, Maria da Conceição le respondió: “Nuestra Señora encontraría la manera de protegernos”. Luego, en la cima de la montaña, las niñas vieron la imagen de una mujer con un niño en sus brazos, que les hacía señas para que se acercaran a ella.

Según el sitio web del Instituto das Religiosas da Instrução Cristã, cuando las menores regresaron a casa “les contaron lo que pasó a los padres de Maria da Luz, Arthur Teixeira de Carvalho y Auta Monteiro de Carvalho”, pero al inicio no les creyeron. Por eso, Arthur “fue con las adolescentes al sitio de la aparición, que era de difícil acceso”, y “volvieron a ver a la mujer”. 

“Incapaz de ver y pensando que era la alucinación de las adolescentes, el padre de María da Luz le pidió que le preguntara a la niña quién era y qué quería”, señaló. La Virgen respondió: “Yo soy la Gracia, vine a decirte que vendrán 3 castigos enviados por Dios. Dile a la gente que rece y haga penitencia”, indicó. Tras ello, la noticia se difundió por toda la región y muchos empezaron a visitar el lugar para rezar o por curiosidad; otros pidieron una señal visible de las apariciones. 

De acuerdo a la historia, el 10 de agosto, cuando las menores visitaron el lugar, la Virgen les señaló el agua que salía de una roca frente al sitio de la aparición. La roca tenía una pequeña cavidad sin fisuras que estaba llena de agua. Luego, las adolescentes recibieron esta respuesta: “Para curar enfermedades”. 

Tras ello, toda la familia y muchas personas fueron al monte, donde además de hallar agua, encontraron una marca blanca donde se apareció la imagen de la Virgen, y a su lado, las huellas de los pies de una mujer y de un niño pequeño.

Según dijo Mons. Salles en la carta pastoral, días después de la aparición, la familia afrontó la “desconfianza inicial” del pueblo, “el silencio de las autoridades eclesiásticas y el intento de los gobernadores de detener la devoción del pueblo”.

Explicó que ante la gran atención mediática que se le dio a la aldea luego de las primeras visiones, “los reportes se convirtieron en un caso policial” que incluyeron “la detención del padre de Maria da Luz, la presencia de vigilancia armada en la región y amenazas a las manifestaciones de fe. Sin embargo, las apariciones fueron acompañadas de un proceso de legitimación de los fieles que, en una región con diferentes problemas sociales, buscaron conexiones con lo divino”.

Recordó que “hay varios informes de curaciones, gracias, milagros y conversiones logradas por los fieles que han visitado el lugar de las presuntas apariciones desde agosto de 1936”.

“Por orden de Mons. Adalberto Accioli Sobral (1887-1951), el P. José Kehrle (1891-1978), su secretario, y fray Estevam Roettger (1877-1955)”, se dio seguimiento al caso y resultó en “un dictamen favorable de los hechos y un certificado de veracidad”. 

“Durante los análisis, los eclesiásticos realizaron investigaciones de las formas más variadas, con interrogatorios y observaciones de lo informado por los videntes. Entre sus estrategias, se siguió personalmente las presuntas apariciones, con investigaciones que buscaban confrontar la información e identificar alguna supuesta falsedad”, escribió.

Mons. Selles dijo que “las narrativas históricas sobre los hechos ocurridos en la diócesis de Pesqueira pueden entenderse, a partir de las declaraciones del Diário de Fray Estevam Roettger”. Allí, el religioso escribió que quienes “sigan atentamente los acontecimientos” que ocurrieron en 1936, “estarán convencidos de que fue ‘Nuestra Señora de la Gracia’ quien se manifestó y que en la bondad de su Corazón maternal quiere ayudar a los hombres a salvarse”.

Por eso, “las romerías, las acciones de fieles y religiosos realizadas hasta hoy demuestran la importancia del evento para la acción religiosa de la Iglesia Católica, no solo en nuestra diócesis, sino en todos los espacios y manifestaciones del culto mariano”, concluyó.

Traducido y adaptado por Cynthia Pérez. Publicado originalmente en ACI Digital.

Redacción ACI Prensa

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