En un video en el que reflexiona sobre los maleficios y la acción del demonio, el famoso teólogo español y experto en demonología, P. José Antonio Fortea, explicó cómo usar adecuadamente las medallas y otros sacramentales.
El P. Fortea precisó que ante los maleficios y la acción del demonio “no hay recetas, no hay fórmulas”.
“Mucha gente me dice ‘deme una fórmula poderosa’.
No. ‘Deme una oración poderosa’. Todas las oraciones son buenas”, precisó, y alentó a usar “la que más te
guste”.
“Hay gente que viene cargada de medallas, racimos
de medallas. Algunos, no digo todos, piensan: ‘Si una medalla me protege, dos
medallas me protegen el doble, y si llevo cuatro estoy cuatro veces más
protegido. Y si llevo 20, pues 20 veces más protegido’”.
El sacerdote español precisó que esta forma de pensar no es correcta. “Lleva la medalla o medallas que te den devoción. Y
bésala, mírala, tenle devoción, es un recuerdo”.
“Es verdad que también lo ven los malos espíritus y
les desagrada, pero no es el número”, indicó.
“Con los sacramentales no es ni la cantidad ni el
número, sino la devoción con que usamos ese objeto bendecido”, explicó.
El P. Fortea subrayó que es verdad “que en
sí mismo el objeto bendecido los demonios lo ven y les desagrada e incluso les
puede alejar”. Pero, precisó, “algunos
pueden resistir y acercarse a pesar de todo. No es infalible. ‘Llevo esta
medalla y ya no se me acerca ningún demonio’, no”.
El uso de la medalla, dijo, puede bastar “para
que algunos demonios se alejen, porque es un objeto en el que el sacerdote y tú
misma has orado para pedir que aleje Dios los demonios y la acción de Dios dirá
fuera. Pero a veces no, a veces pueden resistir esa medalla”.
Lo importante del uso de una o más medallas, reiteró, “es que la que tengas, te dé devoción”.
El sacerdote también advirtió contra la idea “de
la contaminación”, pues “hace que haya
personas que no quieran ir a visitar a familiares o tocar un regalo que les han
traído, etc.”.
Ante esto, el P. Fortea recordó el pasaje evangélico de Mateo 15, 10-11:
“Escuchad y entended. Un hombre no queda manchado
por lo que entra a través de su boca, sino por lo que sale de él”.
El sacerdote español indicó que mientras que “en
muchas religiones, muchísimas, la insistencia siempre es en no quedar impuro
por lo de fuera, determinados objetos. En el cristianismo eso ya no nos
importa, lo que importa es lo que sale de dentro”.
Redacción ACI
Prensa
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