Permitámosle impregnarnos con Su Presencia y que tome total posesión de nuestras vidas.
Por: Fr. Ed Broom, OMV | Fuente: FatherBroom.com //
PildoradeFe.net
El Santificador, el Paráclito, el Dedo de Dios,
el Maestro Interior, el Don de Dones, la Tercera Persona de la Santísima
Trinidad, el lazo de Amor unificando el Padre y el Hijo, el Abogado, el Amigo
Secreto, el Dulce Huésped del Alma – todos estos títulos se le dan a la Tercera
Persona de la Santísima Trinidad, el Espíritu Santo.
Cuando San Pablo llegó a Éfeso en un viaje
misionario, él le preguntó a alguna de las personas allí si habían
recibido el Espíritu Santo. Su respuesta pudo ser vista incluso a la
luz de nuestra situación presente como una falta de conocimiento de la fe en
general y una falta de conocimiento del Espíritu Santo en particular:
"Ni siquiera hemos
oído decir que se reciba el Espíritu Santo". (Hechos
19,1-7)
Nunca hemos vivido en un
mundo con tanta información. Sin embargo, al mismo tiempo, nunca hemos vivido
en un mundo con una confusión tan esparcida – ¡los
efectos del pecado y de la Torre de Babel!
Por lo tanto, queremos ofrecer un pequeño ensayo
acerca de cómo podemos hacer que nuestro conocimiento, amor y amistad con el
Espíritu Santo crezcan, tal a como dice el Catecismo de la Iglesia Católica
acerca de Él – “¡El Don de Dones!”
Recibamos libremente este Don en lo
profundo de nuestros corazones, mentes, almas y entendimientos y
permitámosle impregnarnos con Su Presencia y que tome total posesión de
nuestras vidas. Un don o un regalo pueden ser recibidos o rechazados
libremente.
Abramos nuestros seres totalmente para recibir
el más grande de los Regalos, ¡a Dios mismo!
Esperamos que estas pequeñas sugerencias sean de
gran ayuda para unirnos más con el Espíritu Santo. Estemos preparados y
dispuestos a compartir el conocimiento que recibamos libremente. Si hemos
recibido libremente, ¡demos libremente!
A continuación encontrarán 10 puntos o ideas
para mejorar su conocimiento, amor y docilidad al Espíritu Santo.
1.- CADA DÍA UNA ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO.
Aquí les dejo una que puede ser memorizada
fácilmente: "Ven Espíritu Santo, ven a través
del Corazón de María".
Digan esta oración a menudo con gran fe y amor.
Consecuentemente, el Espíritu Santo se manifestará más activamente en sus
vidas.
2.- LEER HECHOS DE LOS APÓSTOLES.
Lean el libro de la Biblia que le sigue al
Evangelio de San Juan y que le es atribuido a San Lucas, los Hechos de los
Apóstoles.
Este libro ha sido llamado “El
Evangelio del Espíritu Santo”. Sean
especialmente observadores de cuántas veces es mencionado el Espíritu Santo en
esta obra maestra espiritual. Vean además las diferentes maneras en las que el
Espíritu Santo trabaja en la Iglesia primitiva.
Pueden incluso subrayar con un lápiz cada vez
que el Espíritu Santo sea mencionado en el libro de los Hechos de los
Apóstoles.
Permítanle al Espíritu
Santo entrar más de lleno en sus vidas al
meditar la Palabra de Dios.
3.- TENER EL HÁBITO DE REZAR NOVENAS.
Una de las novenas más poderosas en la historia
del mundo es precisamente la novena de la preparación para la venida del
Espíritu Santo, el primer Pentecostés.
Los Apóstoles oraron y ayunaron durante 9 días y
noches en unión con la Santísima Virgen María. Luego ocurrió un extraordinario
fenómeno: viento y fuego descendieron sobre las
cabezas de los Apóstoles, transformándolos en fervientes amantes de Jesús,
¡listos para derramar su sangre por el bien de Su nombre! (Lee el
capítulo 2 del libro de los Hechos).
4.- CONOCER LOS SÍMBOLOS DEL ESPÍRITU SANTO.
Hay que conocer todos los símbolos que nos ha
dado la iglesia para conocer mejor al Espíritu Santo.
El Catecismo de la Iglesia Católica nos da
varios de ellos: Fuego, Viento, Paloma. Viento,
Agua y Aceite. También el Sello, un Dedo, una Lámpara.
Los símbolos son realidades físicas que apuntan
a una realidad espiritual más profunda (CCC 694 – 701)
5.- LEAN SOBRE EL ESPÍRITU SANTO.
Uno de los libros que recomiendo es "En la Escuela del Espíritu Santo"
escrito por Jacques Philippe.
Una obra de arte corta pero magnífica sobre el
tema del Espíritu Santo, Philippe nos invita a buscar
el camino de la santidad por medio del sencillo camino de la docilidad a las inspiraciones del Espíritu Santo.
El Espíritu Santo, Santificador, nos quiere
hacer santos, si le permitimos operar libremente en nuestras vidas.
6.- LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO
Al momento del Bautismo recibimos los siete
Dones del Espíritu Santo; luego el Sacramento de la Confirmación fortifica
estos maravillosos dones.
Conózcanlos; oren para que se actúen más
vigorosamente en sus vidas. Su santificación y salvación depende de
esta profunda unión con el Espíritu Santo y Sus Dones.
7.- LOS 7 DONES DEL ESPÍRITU SANTO
Si sienten que deambulan en “Tierra de Nadie” con respecto a lo que son los
Dones del Espíritu Santo, entonces esto les será de mucha ayuda.
Traten de memorizarlos: Sabiduría,
Conocimiento, Entendimiento, Consejo, Fortaleza, Piedad y Temor de Dios.
De acuerdo a Santo Tomás de Aquino, el Doctor
Angelical, la Sabiduría es el más grande de los dones del
Espíritu Santo, que puede ser
definido como deleitarse en las cosas de Dios.
Si quieren, el Salmista resume el don de la
Sabiduría con estas palabras concisas: "Gusten y vean cuán bueno es el Señor" (Salmo 34,9)
8.- LOS FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO
Tradicionalmente los frutos del Espíritu Santo
son doce, aunque Santo Tomás de Aquino dice que estos no incluyen todo.
Los siguientes son los doce frutos conocidos
tradicionalmente: caridad (o amor), alegría, paz,
paciencia, benignidad (o amabilidad), bondad, longanimidad (o gran coraje),
fidelidad, mansedumbre, modestia, continencia (o auto-control), y castidad.
Santo Tomás dice que cuando
correspondemos a los Dones del Espíritu Santo y llevamos a cabo la voluntad de Dios en nuestras vidas,
entonces experimentamos esta dulzura interior en nuestra alma, éstos son los
frutos del Espíritu Santo.
9.- RECUPERAR AL ESPÍRITU SANTO.
Una tragedia moral podría ocurrir en nuestras
vidas: ¡caer en pecado mortal! Si se cae en
el lodo del pecado mortal en nuestras vidas, nunca caigan en desesperación sino
que confíen en Dios completamente.
Al cometer pecado mortal,
estamos expulsando conscientemente a la persona del Espíritu Santo de nuestras
almas.
Sin embargo, la Buena Nueva es ésta: ¡CONFESIÓN! Al realizar una buena confesión con un sacerdote,
entonces no sólo regresa la gracia de Dios a nuestra alma sino que ¡regresa el Espíritu Santo como Dulce Huésped de nuestra
alma!
10.- LA VIRGEN MARÍA Y EL ESPÍRITU SANTO
María tiene la relación más profunda y cercana
con el Espíritu Santo después del mismo Jesús.
La Inmaculada Concepción, en
la cual Nuestra Señora fue preservada libre de toda Culpa Original desde el
momento de su concepción en el vientre de su madre, fue obra del Espíritu
Santo.
La Concepción Virginal de Jesús en el vientre de
María fue por obra y gracia del Espíritu Santo.
El nacimiento de la Iglesia en el primer
Pentecostés cuando el Espíritu Santo descendió sobre los Apóstoles en lenguas
de fuego, sucedió en presencia de Nuestra Señora.
Sus poderosas oraciones facilitaron
la venida del Espíritu Santo y el
advenimiento de la Iglesia Misionera.
Nuestra Señora tiene una relación íntima y
profunda con la Santísima Trinidad. Ella es la Hija de Dios Padre,
la Madre de Dios Hijo y la Esposa Mística del Espíritu Santo.
Por esta razón San Luis de Montfort expresó en
estas palabras de gran entusiasmo: "Aquellos que aman a María, el Espíritu Santo se lanza a
Sí mismo en estas almas",
Que Nuestra Señora nos obtenga un Pentecostés
renovado y una poderosa infusión del Espíritu Santo.
"Ven Espíritu Santo,
ven a través del Corazón de María".
Artículo publicado
originalmente en FatherBroom.com
Adaptado y traducido al español por María Vanegas, para PildorasdeFe.net
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