viernes, 2 de agosto de 2019

MISA, SERMÓN, ROSARIO Y EXPOSICIÓN


En los años setenta y ochenta, cuando alguien quería ridiculizar una praxis pastoral caduca y destinada al fracaso, amén de burlarse de curas poco actualizados o anclados en un pasado a superar, se decían estas cuatro cosas: bah, todo se reduce a misa, sermón, rosario y exposición.
Efectivamente había que buscar nuevos métodos, por supuesto con mucho menos culto, implicaciones sociales e inserción en el mundo. Nuevos métodos que llevamos practicando cuarenta años con el extraordinario resultado de haber conseguido que hoy, en España, entre agnósticos, ateos y no creyentes hayamos alcanzado la nada desdeñable cifra de casi un 30 %, que en algunas zonas de España, como en Cataluña, se dispara hasta superar el 45 %. 
¿Algo que corregir? ¡Nada! No solo no hay nada que corregir sino que aumentamos e insistimos. Toca insistir en los inmigrantes, el calentamiento global, la neoconversión ecológica y la más absoluta libertad a la hora de vivir y practicar nuestra fe católica. 
Tenemos que estar extraordinariamente contentos con lo cosechado. Nuestros jóvenes entre 18 y 24 años, muchos de ellos bautizados, comulgados, confirmados y educados en colegios religiosos, se declaran agnósticos y no creyentes en una proporción que ya supera, aunque por poco, el 50 %. Me da que pretender que vuelvan a la iglesia a base de explicarles lo del calentamiento global va a dar escasos resultados. 
¿Y si les digo que yo sigo creyendo, y más en mis pueblos, es eso tan caduco de misa, sermón, rosario y exposición? Celebro misa (a veces bino) dos días por semana en cada pueblo. Un día por semana en cada pueblo se expone en Santísimo y se reza el rosario. Misa sin alharacas. Es decir, misal y punto. Sermón concretito, que si no es cosa de perder el tiempo. Ayer, por ejemplo, memoria de san Alfonso María de Ligorio, les hablé de la moral cristiana, y les dije que ser cristiano católico supone vivir cumpliendo los mandamientos de la ley de Dios, los de la santa madre Iglesia  y practicar las obras de misericordia, y que eso de vivir según el espíritu de las bienaventuranzas no es cosa distinta.  
Fracaso pastoral, dirán algunos. Eso solo Dios lo sabe. Pero ya ven, en Braojos, con doscientos empadronados, aunque ahora en verano somos más, este pasado miércoles conté quince personas que rezaron el rosario, estuvieron ante el Santísimo expuesto y después asistieron a la santa misa. Ayer, en La Serna, setenta empadronados, dieciséis
Si en lugar de dedicarme a la misa, la predicación, el confesionario, la exposición y el rosario, me dedicara a explicar lo de las pateras y el cambio climático no es que no vendría nadie, es que me dirían, y con mucha razón, que para eso no quieren un cura. 
Es que a usted no le importan los pobres. Evidente. Por eso soy el párroco de Braojos, Gascones y La Serna. Y al que le importen los pobres, los que nada tienen, los que no aparecen ni en la tele, que se venga. 
JorgeJorge González Guadalix

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