Como ya es tradición, la ciudad de Roma conmemoró
el “milagro de la nieve” que originó la construcción de la actual Basílica de
Santa María la Mayor, el primer Santuario cristiano dedicado a la Virgen María
en Occidente.
Por este motivo, el Arcipreste de Santa María la
Mayor, Cardenal Stanislsw Rylko, presidió una Misa Solemne en la mañana de este
5 de agosto para recordar la dedicación de esta Basílica mayor de la capital
italiana.
Y como ya es
tradición, desde 1983, en la Misa del aniversario de la nevada milagrosa.
Dentro de la Basílica Santa Maria Mayor se recuerda la nevada así: Video: @mercedesdelat
EWTN / ACI pic.twitter.com/8G1Hnd1Udh
— Mercedes De la Torre (@mercedesdelat) 5 de agosto de
2019
El “milagro de la nieve” se remonta
al 5 de agosto del año 358, cuanto era Sumo Pontífice el Papa Liberio, en el
que el Santo Padre era junto a un patricio romano de nombre Juan y la esposa de
este último, soñaron que la Virgen María le pedía construir una iglesia en el
lugar donde encontrarían nieve fresca al día siguiente.
El sueño se produjo en la madrugada del 5 de agosto, pleno verano romano
y cuando las probabilidades de nieve son remotas en la ciudad de Roma.
Sin embargo, la nevada tuvo lugar milagrosamente en la colina del
Esquilino, y en su perímetro se erigió una década después el primer santuario
dedicado a la Virgen María en Occidente. Luego, el Papa Sixto III construyó en
el año 431 la Basílica de Santa María La Mayor, tal como se encuentra en la
actualidad.
De hecho, la Basílica Santa María la Mayor es la más grande iglesia
dedicada a la Virgen María en Roma. Fue construida después del Concilio de
Éfeso (431), Concilio en el que se proclamó solemnemente que Nuestra Señora es
Madre de Dios.
MISA SOLEMNE CON EL
ARCIPRESTE
Por ello, como todos los años los fieles de Roma, junto a numerosos
turistas, celebraron este acontecimiento en la mañana de este 5 de agosto en la
Basílica, y presenciaron durante el rezo del Gloria de la Misa Solemne, una
lluvia de pétalos de rosa blanca, que simulan una nevada.
Durante su homilía, en donde estuvo presente ACI Prensa y EWTN Noticias,
el Arcipreste de la Basílica Santa María la Mayor, Cardenal
Stanislsw Rylko, destacó la importancia de los Santuarios marianos
para la fe y devoción de los fieles.
Refiriéndose al pasaje bíblico que describe las palabras de Jesucristo
en la Cruz, el Purpurado señaló a los presentes que el Señor entregó
a la humanidad a María cuando
afirmó: “He aquí a tu Madre”.
“En ocasión de esta gran fiesta de la Basílica de
Santa María la Mayor, Cristo Jesús dirige también a nosotros, a cada uno de
nosotros, esta palabra: ‘He aquí tu Madre’. Esta invitación sugiere el tener
confianza en Ella, sin temor, y a escucharla, a dejarse guiar por Ella”, afirmó Card. Rylko.
En esta línea, el también Presidente emérito del Consejo Pontificio para
los Laicos subrayó la importancia de “la mirada y
las palabras de una madre”. Y añadió que “este
es el misterio más profundo de esta antigua Basílica mariana de Roma”.
“Aquí Cristo continúa a confiar a su Madre a cada
uno de nosotros. ‘He aquí a tu Madre’ y nosotros como el apóstol
Juan estamos llamados a llevar a María a nuestra casa, a permitirle entrar en
nuestra vida, a hacerla partícipe de nuestras alegrías, de nuestros problemas,
de los desafíos que enfrentamos cada día”, indicó el
Purpurado.
Por este motivo, el Cardenal Rylko animó a agradecer al Señor el regalo
de la maternidad de María: “Cómo no agradecer por
este don inmenso. Cómo no agradecer a María ‘Salus Populi Romani’, salvación
del pueblo romano”.
“No olvidemos las palabras de la Virgen
pronunciadas durante las bodas de Caná, Nuestra Madre hoy, como entonces,
continúa a decir a cada uno de nosotros: hagan cualquier cosa les diga Jesús”, concluyó.
DEVOCIÓN DEL SANTO
PADRE
Además, esta Basílica tiene un significado especial para el Papa
Francisco, lugar que visitó por la mañana del primer día de su pontificado, el
14 de marzo de 2013, para encomendar su ministerio petrino a la Madre de Dios
ante el antiguo ícono de María ‘Salus Populi
Romani’, protectora del pueblo romano.
Desde entonces, cada vez que emprende un viaje fuera de Roma, el Papa
Francisco acude a esta Basílica para rezar antes, y para agradecer después,
toda visita apostólica internacional.
Desde el año 1983, el “milagro de la nieve” es
recordado también con un espectáculo de luces y sonido en la cercana plaza de
la Basílica, donde cae también una “nevada” artificial.
La Solemnidad de la dedicación de esta Basílica mayor fue precedida por un
triduo de oración que se realizó del 2 al 4 de agosto.
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI
Prensa
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