En los tiempos
libres de la misión, mientras se reza y se medita, surgen algunos escritos
pensando en occidente como este, redactado en tono irónico.
Que les aproveche.
¡Viva Cristo
Rey!
P. Federico, SE
SOBRE LA
LEGALIZACIÓN DEL “DESACOTO”
Por el P.
Federico Highton
Desacoto es la acción y efecto
de desacotar, que significa apartarse del concierto o de lo que se está tratando.
Puede significar también rechazar, no admitir o no querer algo. Incluso, puede
usarse para hacer referencia a la suspensión de las leyes y condiciones que se
ponen en un juego.
Por eso, es indudable que “desacoto” es un
vocablo propicio para hacer referencia al derecho a la interrupción de la
maternidad, el cual está cobrando más y más fuerza entre los teóricos de los
derechos humanos y los activistas por la liberación y la no-discriminación.
El aborto ya es un derecho básico, y hasta clásico, consagrado en prácticamente
el mundo entero, con la excepción de unas pocas tiranías árabes. Ahora es momento de reconocer otro derecho de la
mujer, que sigue siendo oprimida por el sistema capitalista-patriarcal.
Nos referimos al derecho al desacoto, que es el derecho que la mujer tiene a
interrumpir la vida de su hijo luego de su nacimiento hasta diez años después
del parto.
Por eso, desde las ONG´s Arco-Iris y Am@r y la Cátedra de Derechos de la Mujer
de la Universidad Panamericano-aborigenista (UPanA), entre otras organizaciones
lesbo-derecho-humanistas, exigimos a los gobiernos la legalización del desacoto para todas las mujeres argentinas de
modo que tod@s puedan interrumpir su maternidad cuando lo deseen.
Son legión las mujeres que son m@dres contra su volunt@d, devinieron en m@dres porque el sistema del
capitalismo patriarcal les metió en la cabeza (y en el cuerpo) que el
único destino de la mujer es ser madres, pero much@s después del calvario de la
maternidad y los tormentos del parto (que es, en el fondo, una institución
medieval y anacrónica), se dieron cuenta de su dignidad y de sus derechos
inalienables y ahora quieren liberarse y diseñar su propio proyecto de vida.
En esta sociedad, en la que “Iglesia” se
sigue escribiendo con mayúscula, en esta sociedad en la que “derechos” sigue
siendo una palabra en género masculino (¿cuándo
tendremos una sociedad en la que derechos se escriba en género femenino?),
alzamos nuestra voz para pedir que el Estado asista, proteja y aliente a todas
las mujeres que quieran deshacerse para siempre de sus lastres y esclavitudes, incluidos sus hijos hasta los diez años de
edad.
Por eso, exigimos que el Estado Nacional:
1) Provea a todas las mujeres
los medios más eficaces para deshacerse de sus hijos hasta los diez años de
edad, de modo tal que la mujer pueda decidir libremente si quiere o no seguir
siendo madre. Muchas son madres pobres que no tienen pan para sus hijos y no se
les puede imponer que cedan sus hijos a los ricos y burgueses. A ellas, y a las
demás que lo sientan, el Estado debe ayudarlas a deshacerse de sus hijos por
medios seguros, legales y gratuitos.
2) Que el Estado otorgue a todas
las mujeres derecho de tenencia de armas de fuego y entrenamientos de tiro para
que puedan deshacerse de sus hijos de un modo seguro y ágil, sin necesidad de
repetir el disparo o de poner en riesgo sus vidas.
3) Son muchas las mujeres que
mueren al tratar de deshacerse de sus hijos indeseados, especialmente cuando
éstos se tratan de defender (son los “desacotos
caseros”): por lo dicho, exigimos que el
Estado no sólo distribuya preservativos y DIUs, sino también arsénico
para que las mujeres puedan ponerlo en la chocolatada de sus hijos y liberarse
del troglodita peso de la maternidad. Muchas madres pobres no pueden
acceder al mismo y deben deshacerse de sus partes (los hijos) con veneno de
ratas. Porque si el feto es parte del
cuerpo de la madre y entonces ella puede abortar, entonces el feto
nacido sigue siendo parte del cuerpo de la madre aunque sea una parte que, por
una circunstancia u otra, se haya separado. De hecho, si alguien pierde un
dedo, ese dedo sigue siendo de uno, aunque esté separado y no se pueda volver a
juntar. Por eso, los hijos, en realidad, son parte del cuerpo de la madre,
partes separadas, pero partes al fin.
No podemos seguir permitiendo la proliferación de madres contra su voluntad.
No podemos seguir permitiendo que la opresora tríada
embarazo-parto-crianza siga cercenando la vida y la libertad de
tantas mujeres.
¡Por un desacoto
libre, seguro y gratuito!
¡Ni una madre
más contra su voluntad!
Adhieren:
ONG Arco-Iris
ONG Am@r
Cátedra de
Derechos de la Mujer de la Universidad Panamericano-aborigenista (UPanA)
ONG ATAT (Abortemos-tod@s-a-tod@s)
Organización
Machi-Sida
Cl@n de Poses@s
Des@cot@s
Ni-esposas-ni-nanas
(NENas)
Vanguardi@
Progresist@
Modo ironía ON
Padre Federico
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