Hoy me gustaría hablarles sobre el Libro de Habacuc, él es un
profeta del Antiguo Testamento. Teológicamente está considerado como un profeta
Menor, pero él fue un individuo muy importante porque aunque sus escritos
fueron encontrado en las historias del Antiguo Testamento cuando Israel estaba
enfrentando grandes amenazas por parte de los babilónicos, posee información
que podemos traer al tiempo actual en el mundo en que estamos viviendo.
Habacuc fue el profeta que hizo una pregunta que muchos de
nosotros hemos hecho cuando estamos pasando por una prueba y esta es: ¿cuánto tiempo va esto a durar?
En Habacuc 1:1, 2 el profeta le dice al Señor: ¿Hasta cuándo, oh Yahve, clamaré, y no oirás; y
daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás? Tenemos un problema, el
profeta dice Señor oro y no escuchas mis oraciones, estoy de rodillas y no creo
que me estás oyendo, te estoy exponiendo todos estos problemas que están
ocurriendo aquí en la tierra y no creo que tú los estás viendo. Y cuando leemos
estas palabras se no hace difícil entender cómo un individuo puede cuestionar a
Dios. Y empezamos a pensar en las promesas de que todas las cosas nos ayudan a
bien pero como Dios va a extraer lo bueno de tanta maldad, nos preguntamos.
Pero para entender bien las palabra del profeta debemos
entender que él estaba hablándole a Dios, él estaba abriéndole su corazón, pero
él no estaba hablando en contra de Dios y hay una diferencia en ello. En tu
relación con Dios tú puedes hablar con Él, pero nunca hables en contra de Él.
Habacuc entendía esto y lo que estaba diciéndole fue, estoy aquí abajo haciendo
lo que se supone debo hacer, ¿estamos de a buenas
verdad Señor? Quizás tus preguntas están más relacionadas a cosas
personales como que quizás tienes problemas en tu hogar, quizás es en tu
matrimonio o tal vez con tus hijos, en tus finanzas y le dices Señor si se
supone que tu suples todas mis necesidades y ves esta necesidad, ¿cuál es la solución?
Habacuc en el Capítulo 1 se estaba enfocando únicamente en el
problema y estos son los momentos que Satanás usará para que tengamos duda en
nuestro corazón. En una ocasión estuve hablando con un ateo, agnóstico quien
sacó todo su arsenal de razonamientos en contra de mi fe y me preguntó ¿Crees que Dios es siempre bueno y poderoso? ¿Entonces por qué permite la
maldad? Yo le dije, bueno este es
un mundo caído. A lo que me contestó: entonces si Él es siempre bueno y permite la
maldad entonces no es del todo poderoso para detenerla.
La verdad es que Dios si es todo poderoso y bueno porque si Él deseara detener la maldad en un momento, Él
lo podría hacer, pero además de ser poderoso y bueno Él es misericordioso a lo que le doy las gracias porque en su
poder si Él quisiera desaparecer la maldad por completo ninguno de los que
estamos aquí veríamos mañana la salida del sol nuevamente. Pero Él, en su misericordia nos permite tener un día más para
resolver nuestra maldad. La palabra dice que “su
misericordia es nueva cada mañana”.
Es por eso que no debemos enfocarnos únicamente en la maldad
que hay en el mundo, sino en lo que Dios hizo con esa maldad al enviar a su
hijo a la cruz del Calvario para tomar toda esa maldad, la mía y la tuya sobre
sí mismo.
Habacuc estaba viendo todo lo malo que sucedía a su alrededor
en aquel entonces, pero Dios le dice que tenga una nueva perspectiva sobre lo
que estaba ocurriendo. Así que en el capítulo 2 Habacuc cambia su tono y dice: “Estaré
atento y vigilante” Se da cuenta que como profeta tiene la
responsabilidad de estar pendiente de su Nación en lugar de estar preocupado
por este problema aquí abajo. Entonces el recibe una perspectiva más elevada
cuando decide tomar su lugar y cumplir con su llamado.
¿Sabe qué es lo mejor que usted puede hacer como cristiano
frente a los problemas del mundo? Elevar su perspectiva y cumplir con su llamado
no quedándose en el relajo del mundo. La palabra dice que estamos sentados en
lugares celestiales junto a Jesús. Y desde ese lugar podemos acceder al Padre,
como Jesús va al Padre e intercede y empezar a ver las cosas como las ve el
Padre y empezar a entender cómo todo van a resultar todo al final.
Es así como en el capítulo 1 Habacuc pregunta ¿Cuánto va a durar? Pero en el Capítulo 2:2 y 3
dice: escribe la visión, y haz que resalte
claramente en las tablillas, para que pueda leerse de corrido. Pues se
realizará en el tiempo señalado; marcha hacia su cumplimiento y no dejará de
cumplirse Aunque parezca tardar, espérala; porque sin falta vendrá.
Desde una perspectiva elevada Habacuc pudo escuchar la
respuesta de Dios. En el capítulo 1 Habacuc no cree que Dios esté hablando pero
en el momento en que cambia su perspectiva y deja de mirar el problema y
empieza a mirar por encima el problema, él logra escuchar la respuesta de Dios.
Dios siempre tiene una respuesta. La palabra dice: “Clama
a mí y te responderé” Jeremías 33:3. El problema no es si Dios tiene o
no una respuesta, el problema es estamos escuchando la respuesta que Él tiene.
Dios tiene una respuesta todo el tiempo. Cuando Habacuc estaba enfocado en el
problema, no pudo escuchar lo que Dios tenía para decir. Tú puedes mirar el
problema o puedes mirar por encima del problema. Habacuc reconoce que el
problema iba a durar por un periodo de tiempo y ese es un lugar difícil para
que un cristiano esté. Hay temporadas en las que Dios usa las tormentas y
tienes que acostumbrarte a eso. Los problemas son las clases en las que Dios te
enseña fortaleza. En el Salmo 119: 71 nos dice que
es bueno el haber sido afligidos y David dice que allí aprendió sus estatutos. Los
problemas son los lugares donde aprendemos cómo Dios desea usarnos en esta
vida. El problema es que cuando vemos las tormentas en nuestras vidas nos
empezamos a preocupar por las nubes y las grandes olas y el viento pero en el
Salmo 104 dice que El Señor está por encima de las tormentas. Jesús enseñó a
sus discípulos sobre esto cuando permitió la tormenta en la barca que iban para
enseñarles fe. Antes de que empezara esta experiencia con la tormenta el Señor
les había dicho: “vamos a cruzar al otro lado”. Si
ellos hubieran escuchado bien lo que dijo y hubieran creído no habría importado
las olas y los vientos que se levantaron. Los problemas es donde Jesús te
enseña a dejar de preocuparte por las tormentas y empezar a hablar con el Dios
que está por encima de los vientos y las olas.
Con una nueva perspectiva viene la paciencia. Cuando uno
desarrolla paciencia no te preocupas por lo que no está pasando sino piensas en
lo que va a pasar. Hay una promesa que viene con la paciencia, la perspectiva
te lleva la paciencia y la paciencia nos lleva a la promesa. Necesitamos saber
algo a cerca de la fe que tenemos. Nuestra fe no se construye sobre la
explicación, nuestra fe está establecida sobre las promesas. Esta perspectiva ¿qué habla a nuestras vidas? Sus promesas para ti,
son tuyas y son verdad. Quizás Dios no nos explique la tormenta, quizás no
explique el por qué pero nos va a dar la esperanza y el qué. No necesito la
explicación del por qué y nuestra esperanza está en lo que Él está haciendo.
Habacuc cambió tu perspectiva con paciencia espero la promesa
y mientras tanto se requirió su participación. No se quedó en el problema subió
a la presencia del Señor para ver lo que Dios veía. Habacuc cambió su
perspectiva y esto lo llevo a ver algo que no había visto antes.
En Habacuc 2:20 leemos el final del segundo capítulo: “Señor está en su santo templo; ¡guarde toda la tierra
silencio en su presencia.” Habacuc está viendo el cielo, está viendo a
Dios en su Santo Templo así que sin importar lo que pase aquí abajo guardemos
silencio porque Él está por tomar una
decisión. Él se da cuenta que no hay nada
en este mundo que sea tan grande que El no pueda resolver. Sin importan cual
sea tu problema no hay nada que el Dios al que adoramos no pueda cambiar.
Después de cambiar su perspectiva Habacuc termina el libro diciendo en el
capítulo 3:17 “Aunque la higuera no florezca, ni
haya frutos en las vides; aunque falle la cosecha del olivo, y los campos no
produzcan alimentos; aunque en el aprisco no haya ovejas, ni ganado alguno en
los establos”. Él está diciendo
aunque nada cambie. Si aquel problema del capítulo 1 no mejora, si la maldad
continúa y no veo que nada mejore ni que nadie haga nada al respecto, como mi
perspectiva del problema cambió lo que haré es “regocijarme
en el Señor y me gozaré en el Dios de mi salvación” Habacuc 3:18. No
importa lo que pase aquí en el tierra, Dios es grande y lo alabaré, está en su
Trono, es aun el proveedor, Él es la
victoria de mi vida, Él es la esperanza de
mañana.
Cuánto tiempo durará no tiene que ver con horas, días,
semanas, meses o años, cuánto va a durar tiene que ver con cuánto tiempo te
enfoques en el problema en lugar de en El que resuelve el problema. Se acaba
cuando dejas de verlo y lo ves a Él por
encima del problema y dirás yo me regocijaré en el Dios de mi salvación.
Por John Hagee
No hay comentarios:
Publicar un comentario