viernes, 6 de abril de 2018

PERÚ: INTERVIENEN UNA SECTA QUE ESPERABA EL FIN DEL MUNDO



El pasado 24 de agosto, la policía peruana rescató a tres niños de una casa en la que se había instalado una presunta secta en Chorrillos (provincia de Lima) que predicaba que en el Perú iba a ocurrir “algo muy grave” y que esperaba el fin del mundo, según informaba en las primeras horas el diario El Comercio.
Los vecinos reportaron a las autoridades que en una casa ubicada en la urbanización Santa Leonor, en Chorrillos, había hacinadas unas once personas en total, entre ellos menores de edad que supuestamente habrían huido de sus casas.
En compañía de un fiscal, la policía ingresó a la fuerza en la casa. Dentro encontraron imágenes religiosas en todas las paredes, puertas con rejas completamente selladas, comida y bebidas desperdigadas por todas las habitaciones, y en un solo dormitorio ubicaron a las 11 personas que, supuestamente, esperaban desde hace días el fin del mundo. “En el día se escuchaban gritos de auxilio, ayuda, que rezaban en otro idioma. Se oía a hombres que pedían alcohol”, relató una vecina para las cámaras de América Noticias.
MENORES IMPLICADOS
Según la información audiovisual divulgada por este medio, se consideran elegidos por Dios y afirman que algo muy grave está por pasar en Perú. Entre las personas intervenidas por las fuerzas policiales había niños, dos de ellos hijos de un vecino y un bebé de 8 meses hijo de una miembro de este grupo.
Los vecinos denunciaron que los tres menores eran retenidos contra su voluntad en el inmueble que despedía nauseabundos olores. Las autoridades dispusieron que los menores fueran devueltos a su familia, mientras que el bebé fue trasladado al Inabif.
El líder sería Kiriam M.C., de 29 años, un ciudadano nepalí que ingresó al país de manera ilegal, y que en los próximos días será puesto en manos de migraciones. La mujer considerada como “la elegida” salió en libertad.
RECIBEN MENSAJES DIVINOS
Un día después de ser detenidos, los líderes de la secta que anunciaba el fin del mundo rindieron su manifestación a la policía. María Paz Novoa y su esposo nepalí pasaron varias horas en la dependencia policial de Villa de Chorrillos.
La pareja llegó de los Estados Unidos hace tres meses. La mujer, que afirma recibir mensajes de un ángel, sería la líder y la que convenció a la familia de que sus desvaríos son ciertos. Ambos sostienen que reciben órdenes divinas y escriben jeroglíficos.
Todo comenzó semanas atrás, en una reunión familiar convocada por María Paz, quien dijo que Dios le había hablado y todos debían arrepentirse y alejarse del mundo, pues la señal del castigo sería una cruz en el cielo.
Lograron convencer a algunas personas que dejaron empleos, amigos y estudios para reunirse en una casa que tenía las puertas y las ventanas tapadas, además de imágenes religiosas en todo el lugar. Sólo se alimentaban de agua y de pescado. En la casa permanecen aún ocho adultos y ni los ruegos ni las súplicas de sus amigos han logrado que los fanáticos entren en razón.
“RECIBÍ UNA ORDEN DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL”
“La casa la hemos cerrado por una orden del cielo”. Esto fue lo que dijo María Paz Novoa Quiroz a la Policía. Tiene 29 años y es el rostro visible del grupo intervenido. “Yo cerré la puerta porque recibí una orden de San Miguel Arcángel”, dijo María Paz ante las autoridades.
Ésta es su manifestación ante la Policía, obtenida en exclusiva por América Noticias. Aquí narra desde cuándo forma parte de esta secta. “Soy misionera desde noviembre de 2015, vivo con mi familia y me casé en la Isla de Gran Caimán por lo civil y no por lo religioso”, prosiguió.
María Paz Novoa está casada con el ciudadano de origen Nepalí Kran Kc. Él se encuentra desde febrero de este año en Perú. Cuando la Policía le preguntó por qué la puerta estaba clavada por dentro, ella contestó: “Probablemente como se ha puesto un clavo muy grande que ha salido hacia afuera, ustedes han pensado que hemos clavado la puerta para no salir, pero eso no es verdad. Sin embargo, la puerta interior sí estaba con seguro y una tranca, que ustedes rompieron”.
María Paz se siente iluminada. Recibe órdenes en su cabeza y fue precisamente por uno de esos mandatos por lo que decidió encerrarse. “Por esta razón no abrí la puerta, porque recibí una orden de San Miguel Arcángel, una orden directa que me viene a mi mente, y yo la trasmito al resto de personas que están conmigo”, indicó.
Esta mujer contó además otros detalles de su grupo: Ayunamos algunos días a la semana, porque la madre del cielo lo pide. Los miércoles y viernes podemos comer pan y agua, porque estamos ayunando”, afirmó.
La policía le preguntó si era consciente del grave daño que les hacía con esto a los niños que se encontraba con ella, y respondió: “No es un daño, es una orden de Dios para la salvación de sus niños, que el mundo no lo va a entender. (…) Sólo se hace la voluntad de Dios, narró.
PREOCUPACIÓN DE LAS AUTORIDADES
Sonríe, mientras habla sola en un lenguaje ininteligible, pero durante las noches sus gritos y llantos desataban el terror de sus vecinos en Chorrillos. Así vivían desde hacía más de dos semanas María Paz Novoa Quiroz y su familia, desde que decidieron dejarlo todo para esperar el apocalipsis, protagonistas de aparentes rituales religiosos. Pedidos de auxilio traspasaban las paredes de esta casa durante las madrugadas, según revela América Televisión.
Comportamiento que para la psicóloga del Ministerio de la Mujer respondería a una presunta enfermedad mental de algunos miembros del clan y que habrían provocado un fanatismo religioso en la familia. Según la Policía, torturaban psicológicamente a las menores que vivían con ellos.
Investigaciones policiales afirman que Gloria Quiroz, madre de Maria Paz e hija de Francisco Quiroz, patriarca de la familia, fue quien inició el vaticinio del fin del mundo. De corroborarse algún problema mental, podrían ser declarados interdictos. Ventanas y puertas aún siguen tapiadas. Una pequeña cruz colgada en la entrada de la casa de la familia Quiroz ha quedado como señal de su creencia en que el fin del mundo.
En el medio Ojo leemos que se conoció que los dos menores de 14 y 17 años fueron rescatados gracias a la acción de su padre, quien hizo creer a la familia que quería pertenecer a esta presunta secta. “Los niños estaban con su madre, Pilar. Por eso, él (el padre) tomó fotos y se las mostró a la Policía para tenerlas como evidencia”, contaron testigos. Por su parte, el bebé de 8 meses que fue rescatado se encuentra en un albergue.
LA HISTORIA DE LA SECTA
Llantos en las noches. Rezos a gritos en las madrugadas. “¡Ayúdame! ¡Amén!”. Desde hace dos semanas, los vecinos del Jr. Carlos Mellet, en la urbanización Santa Leonor (Chorrillos), sentían que el final de sus días era el final de los tiempos, debido a los ritos que practicaban unas 11 personas confinadas en una casa de forma voluntaria. Allí, esperaban que un cataclismo acabara con el mundo, según informa El Comercio.
“Las Quiroz siempre habían sido alegres, cuidaban de sus papás. Todo empezó cuando llegó el nepalí; ese les metió no sé qué ideas”, comentaron los vecinos. Gloria y María del Pilar Quiroz Santana son dos de las cuatro hijas de Antonieta Santana y Francisco Quiroz, conocidos en Santa Leonor desde hace más de 30 años. Para subsistir, la familia dividió su casa en pequeños cuartos para alquilar.
Tras la llegada de Kirian, quien sería de Nepal, las hermanas se fueron aislando y, al cabo de unos días, persuadieron a sus inquilinos para encerrarse en la propiedad. Gloria era ‘María’ y Pilar, ‘Jesús’. Su misión era prepararlos para la otra vida.
Como entre los ocupantes de la casa había niños, hijos de las inquilinas, agentes de la Comisaría de Villa, representantes del Ministerio Público y de la Dirección de Investigación Tutelar –adscrita al Ministerio de la Mujer– ingresaron el pasado 24 de agosto por la fuerza y retiraron a dos hermanas, de 9 y 14 años, Wah Watusi y un bebe de 7 meses. Sus madres, los Quiroz y otros dos adultos optaron por quedarse.
Fuentes del Programa Integral Nacional para el Bienestar Familiar (Inabif) informaron a El Comercio que el bebé está bien de salud. Los otros menores fueron entregados a su padre. “Hablan del fin del mundo, pero parece que sólo es el final de ellos”, insisten los vecinos, alarmados porque nadie sale por comida. Detrás de su puerta, donde cuelgan tres medallas de la Virgen, ‘María’ y ‘Jesús’ guardan silencio.
Fuentes del Ministerio de la Mujer evalúan una nueva visita a la casa para verificar el estado de salud de los adultos mayores. Por otra parte, de acuerdo con Migraciones, ningún ciudadano nepalí llamado Kirian ingresó en el país recientemente.
Secretaría RIES

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