Tres canadienses, encarcelados por “cocer
viva” a Chantal Lavigne, de 35
años (en la foto, a la derecha), han perdido sus recursos presentados
ante el Tribunal de Apelaciones de Quebec para revisar sus condenas y obtener
la libertad anticipada, según informa la cadena local CBC News, de lo que se hace eco RT.
Los tres fueron encarcelados a
consecuencia de la tragedia que sucedió en junio de 2011 en el marco de un seminario de crecimiento
personal. El evento fue organizado por la autodenominada “guía espiritual” Gabrielle Frechette, de 53 años.
La gurú junto con sus dos
asistentes, Ginette Duclos y Gerald Fontaine, invitó a varias mujeres, incluida
la víctima, Chantal Lavigne, a una casa de campo cerca de la ciudad de
Drummondville (provincia de Quebec) para participar en un tratamiento de sudoración extrema denominado “Dying in Consciousness” (Morir en
conciencia).
Los tres condenados untaron a Lavigne con barro, la envolvieron
en una sábana de plástico y le colocaron una caja de cartón sobre cabeza para
que pasara de este modo 9 horas. Sin embargo, dos horas después de estar
envuelta Chantal se desmayó y fue llevada al hospital con la temperatura
corporal de 40,5 oC. Unas horas más tarde la mujer falleció.
El forense que examinó el cuerpo de Lavigne declaró que la mujer
prácticamente fue “cocida viva”.
Otras participantes del seminario sufrieron vómitos y malestares, pero
sobrevivieron.
La gurú Frechette y sus dos
asistentes fueron acusados de
negligencia criminal como causa de la muerte en diciembre de 2014. Sus
condenas, tres años de prisión para la líder y dos años para cada uno de sus
asistentes, fueron pronunciadas en enero de 2016.
Dianne Casoni, criminóloga de
la Universidad de Montreal, se ha preguntado: “¿Cómo
es posible que los grupos que tienen tanta influencia sobre las personas y que
a veces los ponen en riesgo no sean vigilados más de cerca?”. Y, tal como informa el diario Ideal, Casoni ha
añadido: “El problema
con estos grupos es que no son supervisados por ninguna institución o
departamento gubernamental”.
Ya en 2012 contábamos en InfoRIES que la víctima había
participado en otras 85 sesiones de esta “terapia
purificadora”, donde gastó
prácticamente 19.000 dólares. Estas prácticas de simular la propia
muerte están bastante extendidas entre algunos grupos de crecimiento personal.
Las investigaciones apuntaron
entonces a que, dadas las condiciones en que fueron encontradas estas personas,
se encontraban realizando un acto común
del esoterismo, en donde las personas simulan vivir una muerte simbólica, con
la cual se intenta vivir una experiencia llena de misticismo y que sólo logran
superar aquellas que poseen una conciencia elevada.
Secretaría RIES
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