WASHINGTON D.C., 28 Sep. 17
/ 05:38 pm (ACI).- Hugh Hefner, millonario fundador de la revista pornográfica Playboy,
falleció el 27 de septiembre en su mansión a los 91 años. Como figura
representativa de las fiestas desenfrenadas y la lujuria, resultaría fácil
pensar que está en el infierno
pero, ¿es así?
En un artículo
publicado en su blog Standing on my head, el P. Dwight Longenecker,
párroco de Our Lady of the Rosary en Carolina del Sur, Estados Unidos, se hizo
esta pregunta: “¿Está Hugh Hefner en el infierno? Espero que no”.
Si la visión del
infierno relatada por Santa Faustina Kowalska –“es un sitio de gran tormento” – es verdadera,
dijo el sacerdote, “espero que él haya visto el
verdadero amor y dijera ‘lo siento. Acepto tu amor. Déjame ir ahora y servir mi
tiempo y ser purificado’”.
El P. Longenecker explicó que “no hay nada malo con la forma desnuda del cuerpo
humano por sí misma. Dios la hizo y Dios no hizo basura. Ciertamente el
entendimiento clásico del desnudo en el arte es que es posible apreciar la
forma desnuda del cuerpo humano por su ideal de belleza sin erotismo”.
“Sin embargo, esto no era de lo que se trataba
Playboy y todos lo saben”, precisó.
“Esto no era apreciación estética de la forma
humana ni era amor. Era lujuria y, como toda lujuria una cosa lleva a la otra”,
dijo, y señaló que “hay
poca duda de que no estaríamos experimentando la epidemia de pornografía en nuestra sociedad si no fuera por Hugh
Hefner y la revista Playboy”.
El sacerdote explicó que “la pornografía es
un pecado en una larga lista de pecados sexuales: adulterio, fornicación,
masturbación, prostitución, actos homosexuales,
pedofilia, anticoncepción artificial, aborto… ustedes saben la
lista completa”.
“Pero, ¿por qué están mal estas cosas? ¿Simplemente
porque algunos hombres viejos en túnicas rojas en Roma decidieron llegar con
una lista de cosas sucias para hacer a la gente sentirse culpables? ¿Está mal
porque los cristianos piensan que el sexo es sucio?”.
“No. Algo está
mal porque distorsiona o destruye algo que es bello, bueno y verdadero.
El mal no es nada positivo y bueno. Es siempre una cosa rota o retorcida o
destruida”, precisó.
El P. Longenecker añadió que “los pecados
sexuales están mal porque rompen la cosa bella, verdadera y buena llamada matrimonio. Dios creó
hombre y mujer para que se amen uno al otro y se donen el uno al otro
totalmente, y de esto traer nueva vida
y nuevas almas eternas”.
“Los pecados sexuales que Playboy promovió escupen
en todo eso. Pisotean eso”.
El resultado y legado de la industria de la pornografía, dijo, “son mujeres tratadas como juguetes. El resultado son
embarazos no deseados, mujeres
abandonadas y niños abortados”.
Por su parte, el P. Matthew Schneider dijo que "deberíamos
rezar por Hugh Hefner", sin embargo precisó además que "no podemos
olvidar rezar por todas aquellas vidas que arruinó con su imperio de
pornografía".
We should
pray for Hugh Hefner, but we can't forget to pray for all those whose lives he
ruined through his pornography empire.
— Fr Matthew
Schneider (@FrMatthewLC) 28 de septiembre
de 2017
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