El Pontífice responde en una entrevista realizada
por Noel Díaz, fundador de El Sembrado Radio y TV
© Antoine Mekary / ALETEIA
El papa Francisco ha indicado que su legado para la Iglesia es una
Iglesia “en salida”, una Iglesia de “puertas abiertas”, hecha de “cristianos en la calle, cristianos convencidos” que
oren y no apegados al “señor dinero” (el “diablo entra por los bolsillos”) lo que lleva a
la “vanidad”, “el orgullo”, “la soberbia” y
de ahí… “todos los pecados”.
Así lo dice en la entrevista realizada por Noel Díaz, fundador de El
Sembrado Radio y TV, que ha sido grabada el 22 de noviembre y trasmitida
anoche, 29 de enero 2017. El público mayoritario: inmigrantes hispanos
residentes en Estados Unidos.
El programa del Papa para los cristianos: “adoración
en silencio” y no seguir el mundo (la mundanidad que corrompe). “Poquitos saben
adorar, adorar a Dios que es el Señor en este mundo, donde está lleno de
señores, caciques diría yo, caciques de señores mundanos. No sé, que se
creen los dueños del planeta”.
El Papa dijo no referirse solo a los que “gobiernan
a los pueblos” si no también a “los
millonarios”. “El único señorío es del Señor, esos señoríos son el espíritu del
mundo y esto es otra cosa, esto es lo que me gustaría dejar, dejar en cada
hogar cristiano, en cada familia cristiana, en cada pueblo cristiano: la
conciencia de que el espíritu del mundo no es de Dios, es la antítesis de
Dios”.
“Servir a Dios significa no estar dependiendo del
dinero. Al centro de mi vida está el Señor, no el dinero”, aseguró.
En tiempos de incertidumbre debido a las posibles nuevas políticas
migratorias de la Casa Blanca, papa Francisco ha pedido a los inmigrantes de no
olvidar de tener una Madre y ha parafraseado las palabras de la Virgen dichas a
‘Juanito’: “Niño Juanito, no tengas miedo, ¿acaso
no estoy yo aquí que soy tu Madre?”.
“Nosotros somos un pueblo que también tiene una
madre, y Jesús nos la dejó, su Madre y nuestra Madre, y un pueblo con madre
tiene que sentirse seguro”, dijo.
Díaz le preguntó al Obispo de Roma sobre lo que tienen que hacer los
laicos en la Iglesia. Francisco respondió con algo de ironía para indicar que
deben salir de su encierro y llevar a Jesús a donde vayan.
“A veces creo que el mejor negocio que podemos
hacer con muchos cristianos, es venderles
naftalina para que se la pongan en la ropa y en su vida y no se apolillen,
porque están encerrados y se van a apolillar”.
Salir de la “cueva”, instó para
realizar las obras de Misericordia, la lista que usará Jesús para juzgar a los
cristianos Mateo 25.
“Tienen que salir, tienen que salir, tienen que ir
a llevar el mensaje de Jesús; el mensaje de Jesús no es para conservarlo para
mí. El mensaje de Jesús es para darlo”.Francisco recordó el significado de una frase colorida dicha en México: “No vengo a sobarles el lomo”. Es decir, “qué bueno que sos’, adular, no. Vengo a pincharlos a
que salgan, un cristiano sin coraje no es cristiano”.
De esta manera, ha insistido en la oración. “Porque sin oración no hay coraje”. La
oración “es lo que me une al Señor, educar en la
oración, en la lectura meditada de la palabra de Dios” y orante (la
lectio divina).
Durante el viaje de Francisco a México, Noel Diaz, fundador de El
Sembrado y empresario, ha recordado sus humildes comienzos y en el vuelo papal
se ha ofrecido para limpiar los zapatos del Papa. Un gesto que ha sorprendido
al Sucesor de Pedro. Sucesivamente, hubo un intercambio epistolar y finalmente
la entrevista.
Texto completo de la
video-entrevista.
“Una iglesia que
tiene las puertas cerradas es una iglesia que tiene a Jesús golpeando las
puertas desde adentro porque quiere salir.”
Conversación del Papa con Noel Díaz grabada el 22
de noviembre del 2016.
NOEL DÍAZ: Queridos amigos, hermanos y hermanas en
Cristo Jesús, estamos aquí en Santa Marta y muy emocionados, no sé si pueda
decir lo que pienso pero aquí estoy junto al Papa Francisco y nos ha concedido
el venir a saludarlo, pero también compartir unas palabras para cada uno de
ustedes, queridos amigos que sintonizan este canal católico El Sembrador Nueva
Evangelización Radio y Tv. Este es el micrófono suyo. Quisiera primeramente
agradecerle en nombre de todos los latinoamericanos y los inmigrantes que es
donde estamos nosotros. Primeramente decirle gracias y escuchar de usted.
PAPA FRANCISCO: Le agradezco la visita y usted se ha venido con ganas de
tirarme la lengua o sea de hacerme hablar, así que dese gusto y pregunte.
NOEL: Bueno lo primero que quisiera es pedirle unas
palabras para la gente que está en Estados Unidos y mucha gente ahorita, está
con temor, sin meternos en situaciones de política, simplemente un mensaje para
nuestro pueblo, para nuestra gente, y no solamente latinoamericanos, porque hay
de diferentes países en una situación similar.
PAPA FRANCISCO: No se olviden que tenemos una madre. Cuando Juanito el
hoy San Juan Diego le escapaba un poco a la Virgen, a la Madre, porque… esta
Señora me pone en complicaciones, ella le dijo: “Niño
Juanito, no tengas miedo, ¿acaso no estoy yo aquí que soy tu Madre?”.
Nosotros somos un pueblo que también tiene una madre, y Jesús nos la dejó, su
Madre y nuestra Madre, y un pueblo con madre tiene que sentirse seguro.
“Los monjes rusos de la época medieval o antes,
tienen un consejo muy lindo. Antes decían cuando hay turbulencias espirituales,
acogerse bajo el manto de la Santa Madre de Dios”; y eso es lo que puedo y quiero
decirles, ella se lo dijo a Juanito en su lengua, “no
tengas miedo. ¿Acaso no estoy yo aquí que soy tu Madre?”. Y ese es como
el saludo que les quiero dar.
NOEL: Su Santidad, usted me ha dicho en dos
ocasiones, la primera cuando le lustré los zapatos en el avión y la segunda
cuando me escribió y me dijo: “le recuerdo que le diga a los laicos que salgan
de las cuevas”. ¿Cuál es esa misión que me da y que nos da a los laicos?
PAPA FRANCISCO: A veces creo que el mejor negocio que podemos hacer con
muchos cristianos, es venderles
naftalina para que se la pongan en la ropa y en su vida y no se apolillen,
porque están encerrados y se van a apolillar. Tienen que salir, tienen que
salir, tienen que ir a llevar el mensaje de Jesús; el mensaje de Jesús no es
para conservarlo para mí. El mensaje de Jesús es para darlo; así como yo lo
recibo de Él a través de un hermano o de una hermana me viene esa gracia, yo la
doy; eso es lo que tienen que hacer todos los cristianos.
Yo no me puedo guardar en conserva el mensaje de Jesús. No es para
guardarlo, es para darlo entonces, cada uno ve que ese mensaje pasa por mis
manos lo voy entregando y de esa manera salgo de la cueva.
NOEL: Ese llamado es… ¿Definitivamente lo tenemos
que hacer ya?
PAPA FRANCISCO: Por supuesto. O sea las parroquias a la calle, cualquier
institución a la calle, a la calle en el sentido de salir a buscar puertas
abiertas. Mi corazón a la calle, es decir, mi corazón cristiano abierto a un
mensaje al que sufre, al que está pasando un mal momento, al enfermo, es decir,
las obras de misericordia que son como la columna vertebral del Evangelio.
Si nosotros leemos las preguntas que nos va a hacer Jesús cuando nos
juzgue, son las obras de misericordia, Mateo 25, tuve hambre me diste de comer.
NOEL: Está todo dentro de eso. Usted cree que las
parroquias en todo ese tiempo que usted nos dice que quiere una Iglesia de
salida, no debemos ser evangelizadores con cara de vinagre y todas esas lindas
formas que nos exhorta. Algunos hermanos separados son visibles en las calles,
yo he deseado que tengamos una presencia más visible en las calles. ¿Qué nos
falta Su Santidad?
PAPA FRANCISCO: Coraje, coraje ¿eh? Como que estamos cómodos y la
comodidad nos traiciona. Coraje para salir, eso que tenía San Pablo, ese fervor
apostólico, fervor apostólico y llevar, llevar lo que hemos recibido. Lo hemos
recibido gratuitamente, darlo gratuitamente, pero el coraje.
NOEL: Usted utilizó una frase cuando estuvo en
México, que tuve la dicha de acompañarlo. Usted dijo una frase que yo iba con
algunos sacerdotes argentinos que se rieron y yo no lo entendí, les dijo no
vengo a “sobarles el lomo”.
PAPA FRANCISCO: Sobar el lomo es decir “qué
bueno que sos”, adular, no. Vengo a pincharlos a que salgan, un
cristiano sin coraje no es cristiano. ¿Cuál es el último mandato de Jesús a sus
apóstoles? Vayan a la esquina, no. Vayan al otro pueblito de al lado, ¡No!
Vayan a la otra ciudad más grande, no. Vayan a todo el mundo, les metió ese
horizonte. Ese es el coraje: al final Mateo 28 ¿no?
Vayan a todo el mundo enseñando las cosas que yo les enseñé y bautizando
en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo ¡y sepan que yo estaré
con ustedes hasta el fin del mundo! Y ese es el sostén del coraje, primero
viene de la madre y ahora de Jesús.
Jesús es el que nos mantiene en el coraje apostólico que nos mantiene a
llevar el mensaje, y eso lo hago, estoy en casa y está fulano enfermo, lo voy a
ver y dejo caer una gotita de palabra a aquel tiene esta dificultad… una gotita
de palabra. No sé, cada uno vea la manera como puede llevar adelante eso.
NOEL: Usted también nos habla a todos los que
estamos sirviendo, acerca de no adueñarnos de cosas o de posiciones y no dejar
a veces, que los que vienen queriendo buscar a Dios se topan con situaciones
que en vez de traer no hacemos ese trabajo como debería de ser. Yo sé que lo
debe de haber repetido muchas veces. El tener este diálogo con usted no es para
un canal secular, es para nosotros, es para la familia, por eso le pregunto con
esa confianza. Usted lo ha repetido pero sigue habiendo esta situación en
estos, cuando se habla de que se van a levantar muros, también nosotros dentro
de la Iglesia, tenemos muros. ¿Cómo hacer para derribar esos muros?
PAPA FRANCISCO: Una imagen que yo suelo usar mucho es que las iglesias
tienen que tener las puertas abiertas. Una iglesia con puertas cerradas no
sirve. En el apocalipsis hay una cosa muy bella y está en el capítulo 1 o 2,
cuando Jesús habla a las 7 iglesias y a una de las siete iglesias les dice: “Yo estoy a la puerta y llamo, si alguien me abre yo voy
a entrar, voy a cenar con él”. O sea Jesús que golpea la puerta de
nuestro corazón para que le abramos, pero a mí se me ocurre pensar ¡de puro
malo que soy! Se me ocurre pensar que muchas veces Jesús está golpeando la
puerta pero desde adentro para que lo dejemos salir a evangelizar.
A veces los cristianos lo tenemos encerrado. Una iglesia que tiene las
puertas cerradas es una iglesia que tiene a Jesús golpeando las puertas desde
adentro porque quiere salir.
NOEL: ¿Cuál es ese mensaje concretamente para
nosotros los laicos dentro de un deseo genuino de llevar a Cristo, con la
frescura, con la alegría, como usted lo ha dicho? No venir con una actitud, que
no atrae a nadie. Usted lo ha dicho, mucha gente no es atraída cuando se le
está golpeando cuando se le está amenazando. Todo ese tipo de cosas que a veces
se dan nosotros los laicos cómo debemos de ser efectivos. Ya lo habló una
palabra coraje, tenemos que tener coraje, pero ¿Qué más ingredientes nos faltan
a los laicos para estar convencidos de nuestra fe?
PAPA FRANCISCO: Esta es una idea mía ¿no?, pero estoy casi seguro que
así es, falta oración. Porque sin
oración no hay coraje, falta intercesión, tenemos que orar más y salir,
pero con oración siempre, porque salgo con el Señor. ¿No es cierto? La oración
es lo que me une al Señor, educar en la oración, en la lectura meditada de la
palabra de Dios y orante, ¿no? Creo que técnicamente la llaman la lectio divina
¿no? Ese es un ejercicio tan lindo, y todos tenemos un cuarto de hora por día
para hacerlo, tomar la biblia, un pedazo y rumiar un poquito y orar, entonces
la oración y orar.
NOEL: ¿Qué desearía ver en los hogares, si la
Iglesia de salida va a los hogares? Porque menos del 10 por ciento van a la
iglesia, pero el 90 está afuera tenemos que ir por ellos, porque a veces no la
pasamos solamente con el mismo grupo, tenemos que salir, pero si saliéramos a
las casas y nos abrieran la puerta y nos dijeran “necesitamos oración, mi
familia está dividida tiene problemas”. Muchos grupos han hecho presencia,
pero, ¿No le gustaría ver brigadas de misericordia, grupos que hagan la lectio
divina en la casa, que hagan oración el rosario, o que se consagre la familia,
la iglesia doméstica a Jesús, a la Virgen María? ¿Qué le gustaría ver?
PAPA FRANCISCO: Todo eso que usted ha dicho. Es tanta la variedad de
cosas ¿no?. Que las bienaventuranzas
vayan creciendo en esa casa, son un programa evangélico. Las Bienaventuranzas.
NOEL: Santidad, le han hecho muchos medios la
pregunta, ¿Qué legado quiere dejar? Un sacerdote muy místico, me dice: “siento
que el Papa tiene muchas cosas, que el Papa quiere dejar y decir en determinado
momento. Usted como Pontífice de la Iglesia ¿Hay cosas que quiere decir? Dice
Jesús, dejó siete palabras, que serían esas cosas como claves.
PAPA FRANCISCO: Iglesia en salida es una. Puertas abiertas, salir,
cristianos en la calle, cristianos convencidos. Iglesia orante, no puedo llegar
a Jesús si no hablo con Él si no lo conozco. Iglesia orante intercesora, quiero
tocar un puntito que es clave, cristianos que sepan adorar al Señor, adorar a
Dios.
El acto de adoración en silencio, un acto de adoración, uno sale con la
fuerza de saber que hay alguien allá arriba, que es el Señor es Dios, es la
fuerza más grande, adorar a Dios: yo te adoro Señor, porque nuestra oración a
veces es muy mezquina, voy para pedir, “Señor dame
esto tengo este problema”. Está bien. Él nos quiere nos da una mano y
arregla cosas.
Usted lo sabe por experiencia, pero, también algunos van a agradecer,
pero ya es menos los que van a agradecer, pero adorar, que poquitos saben
adorar, adorar a Dios que es el Señor en este mundo donde está lleno de
señores, caciques diría yo, caciques de señores mundanos. No sé, que se creen
los dueños del planeta, y este, no sé.
No me refiero a los que gobiernan los pueblos, no, también millonarios.
El único señorío es del Señor, esos señoríos son el espíritu del mundo y esto
es otra cosa, esto es lo que me gustaría dejar, dejar en cada hogar cristiano,
en cada familia cristiana, en cada pueblo cristiano: la conciencia de que el
espíritu del mundo no es de Dios, es la antítesis de Dios.
Por eso el Señor Jesús, cuando en la Última Cena ruega al Padre, ruega,
no para que los saques del mundo, sino para que los defiendas. Nosotros tenemos
que estar en el mundo, no somos monjes de clausura, tenemos que estar bien
metidos en el mundo. Los monjes de clausura están en el mundo de otra manera
pero están, pero tener cuidado que la mundanidad no nos corrompa.
La mundanidad empieza por el dinero, el diablo entra por el bolsillo, en
el dinero. Jesús al dinero le dio estatus de señor, cuando dice nadie puede
servir a dos señores, a dos patrones. O sirve a Dios o sirve al dinero, no dice
al diablo, al dinero, o sea es señor, señor del mundo.
Servir a Dios significa no estar dependiendo del dinero. Al centro de mi
vida está el Señor, no el dinero. Ese pasaje del Evangelio a mí siempre me
impresionó, Jesús dice el señor dinero, es un señor pero cuando manda destruye,
cuando se usa para utilizar a las personas.
Además te da seguridad, una seguridad que no es la de Dios, simplemente
que uno necesita su sueldo de todos los meses todo, pero vivirlo con cierta
sobriedad, austeridad. Recuerdo una vez hace muchos años, conocí a una persona,
la había visto una sola vez. Sabía quién era, muy importante, un empresario muy
importante, yo era muy amigo de un pariente de él.
Un día me contó que está muy mal, tiene un cáncer y es terminal, es un
hombre, él dice que es cristiano, dice que es católico, sería bueno que se
acercara un sacerdote para darle los sacramentos y se prepare a bien morir.
Creo que sí, que recibió al sacerdote, pero era tal su arraigo al dinero que
ese hombre tres días antes de morir, internado, compró una villa.
No sé si por Suiza, por Austria o dónde, lujosísima, para él, para los
tres días que le quedaban. Además, la casa que tenía y todas las casas de
veraneo, todo eso, o sea no pudo liberarse, en los umbrales de la eternidad, no
pudo liberarse del dinero. No digo que se haya condenado o no, porque recibe el
sacramento y Dios sabe perdonar… pero el dinero, cuando te agarra… pero ese es
el primer paso adonde te lleva el dinero, a la vanidad.
Segundo paso: y la vanidad te llena la cabeza de humo, entonces uno en
vez de mirar a la gente a los ojos, la mira así, la mira de costado. Soy
superior, la vanidad, le gusta aparentar al vanidoso, como el pavo real, el
pavo real uno lo mira y qué cosa hermosa, pero ¿Cuál es la verdad del pavo
real? Da la vuelta y miras lo de atrás. Es la verdad, hablo de cosas reales. El
segundo paso es la vanidad y ¿Cuál es el tercer paso? El orgullo, la soberbia y
de ahí todos los pecados.
El primer paso: el dinero, el diablo se mete por el bolsillo. Segundo paso, la vanidad,
porque tengo el dinero soy vanidoso, en vez de usarlo para bien lo uso para mí
mismo, para maquillarse el alma, maquillarme la vida, maquillarme todo,
maquillarme la importancia social… lo que sea. El tercer paso es el orgullo, la
soberbia, que es la virtud del demonio.
NOEL: Esta es una gran catequesis para todos
nosotros, yo le dije: “yo no vine a sobarle el lomo”, como usted dijo de usar
esa palabra (risas). Ahora también, no vengo a sobarle el lomo, pero a subirle
el rating del reino de Dios. ¿Qué le parece?
PAPA FRANCISCO: Me parece bien. Que el Señor ayude en todo esto. Que el
Señor ayude. Vea cómo el demonio le sobó el lomo a Jesús, después de ayunar en
el desierto, sintió hambre, y se le acercó: “si vos
sos el hijo de Dios”. Sospechaba el demonio, muy inteligente…haced un milagro… haced que estas piedras sean pan y
tenés el poder… una riqueza… el pan a mano”. Jesús le contesta (después
vuelvo sobre las respuestas).
Segundo paso: “¿Qué vas a hacer ahora, te vas a
pasar predicando y todo? Junta la gente, subite al techo del templo, tírate
abajo, no te va a pasar nada porque los Ángeles te van a sostener, y con ese
espectáculo ya todo el mundo va a creer en ti”. Vanidad. Jesús le contesta,
cuando vio que no, no enganchaba. Lo lleva a lo alto y le hace ver todos los
reinos de la tierra y ahí se saca la careta y le dice “te los regalo todos si
me adoras”. El último
precio que pone. ¿Cómo contestó Jesús al diablo? ¡No le contestó con una
palabra suya!, ¡Porque con el diablo no se dialoga! No se puede dialogar,
porque nos gana siempre; Le contesta con la palabra de Dios: “No solo de pan vive el hombre sino de toda palabra que
sale de la boca de Dios. No tentarás al Señor tu Dios, Adorarás al Señor tu
Dios y a Él solo servirás”. ¿Por qué? Porque una palabra suya puede ser
peligrosa frente a la astucia del demonio, ¡Cuando el demonio tienta la palabra
de Dios!
NOEL: Le voy a no más mencionar un nombre y usted
dice unas palabras para ellos, una respuesta para ellos o sea una respuesta así
cortita: Jóvenes.
PAPA FRANCISCO: Bueno a los jóvenes, lo que yo les pido es que no se
jubilen a los 20 años. Es muy triste ver un joven que se jubile. El joven tiene
que mirar adelante y luchar y pelear y usted puede hablar contando su vida a
los jóvenes, miró siempre adelante y tantos así.
Por favor chicos no se jubilen, el futuro depende de ustedes, de los
jóvenes ¿eh? Tengan coraje, se van a equivocar mil veces pero van a hacer
cosas. Hay una manera de no equivocarse: quedarse encerrados en la casa, se
quedan encerrados se jubilan y se apolillan… Un joven con el alma apolillada…
que feo muy feo. Salgan, tengan ilusiones, apuesten a la vida, pero también
hablen con los abuelos.
El profeta Joel en el capítulo cuarto dice una cosa muy hermosa:
hablando de la gracia de Dios, en el pueblo de Dios: entonces los ancianos
tendrán sueños, y los jóvenes van a profetizar a los del medio los deja al
costado. La memoria de los pueblos son los ancianos, anímense hablen con los
abuelos y de ahí saquen fuerzas de esa memoria.
Para ir adelante, profeticen, no profeticen solos, sino a partir de la
memoria de los viejos. Vayan adelante, un pie apoyado en la memoria y el otro
adelante. La esperanza, el coraje, nada de jubilación, nada de apolillamiento,
nada de irse solitos. No, enganchados a la memoria del abuelo y profetizando al
futuro. Anímense, les va a ir muy bien.
NOEL: ¿Qué les dice a las madres solteras?, que la
mayoría son madres solteras pero también hay padres solteros.
PAPA FRANCISCO: Cuiden a sus hijos, Dios sabe, Dios es el gran padre, y
sabe la historia de cada una, cada uno, cómo llegó a esa situación. En sus
manos tienen una promesa, tienen un futuro. Cuídenlos, dedíquense a sus hijos y
mucha ternura por favor.
Una de las enfermedades que tiene el mundo de hoy es la
cardioesclerosis, corazones escleróticos duros, no saben expresar el amor y el
cariño. Ternura, necesitamos ternura, necesitamos la revolución de la ternura,
usted tiene ese niño, vino como vino, pero con mucha ternura llevarlo adelante
y ustedes mismos de esta manera contagien ternura.
NOEL: Los ancianos, los abuelos muchos de ellos
olvidados, solo eso.
PAPA FRANCISCO: De las cosas más tristes porque ellos son los que nos
dieron la vida, los que tienen la memoria de los pueblos, y en este mundo, en
esta cultura que es la cultura del descarte, ya cuando el abuelo no sirve se
descarta.
Mi abuela me contaba, de chicos nos contaba muchas historias, recuerdo
una: un señor de familia bien trabajador de una linda familia, estaba casado,
varios hijos y su papá, viudo, vivía con ellos, pero el papá se fue poniendo
viejo y… en la mesa cuando comía se le caía un poco la comida, se babosea.
Entonces él dijo no, a papá no lo podemos tener con nosotros porque no
podemos invitar gente, entonces le compró una mesa chiquita y lo mandó a comer
en la cocina, entonces la familia comía en el comedor y el viejito en la
cocina, porque se baboseaba y quedaba mal. ¡Claro en el fondo estaba negando a
su padre! ¿No? Y bueno a la semana llega del trabajo y encuentra a su hijo el
más pequeño que tenía 4 años, y estaba con un martillo, unos clavos ahí, unas
maderas jugando. Entonces el papá le pregunta qué estás haciendo, estoy
haciendo una mesa papá. ¿Una mesa para qué? Para cuando vos seas viejo, para
que puedas comer en la cocina. El chico vio eso (el Papa apunta su dedo al
corazón).
Yo les digo, si ustedes, abandonan a los abuelos, sepan que la vida les
puede pagar con la misma moneda. Los abuelos son la memoria, no descartarlos,
la memoria de la familia, la memoria del pueblo, la memoria de la fe, no
descartarlos, los abuelos son una riqueza muy grande.
Conozco un lugar, un país que está pasando por una crisis de
desocupación bastante fuerte, y claro los abuelos tienen la pensión, tienen la
jubilación. El interés no es por amor, el amor al abuelo se despertó en ese
lugar por el comentario de toda la gente, se acordaron de los abuelos por la
pensión, la jubilación. A los abuelos yo les diría: ustedes tienen el
privilegio de poder orar, sean intercesores de sus hijos, de sus nietos, de sus
bisnietos, oren, oren, con su oración sostengan a la familia.
NOEL: Los párrocos que a veces se les hace la tarea
pesada, son muchas cosas. Una palabra para los párrocos sacerdotes.
PAPA FRANCISCO: A veces el párroco tiene que llevar tantas cosas además
de los problemas de la parroquia, los problemas que se les confían y pueden
caer en un gran cansancio. Yo les diría frenen un poco cuando están así. Cuando
están así váyanse al sagrario, delante de la imagen de la Virgen, descansen un
poquito, “padre si hago eso me duermo”. Dormite 20 minutos delante del Señor
que te va a hacer bien.
NOEL: Bueno, yo quisiera agradecerle, un mensaje para nosotros como
apostolado El Sembrador que estamos sembrando y somos llamados a sembrar. Creo
que la semilla ha caído en tierra buena, un mensaje para todos nuestros
hermanos, servidores, miembros de este apostolado, que nuestra intención y
nuestro deseo mayor es ir, salir y hacer eso que Jesús nos ha indicado y lo que
usted nos viene diciendo.
PAPA FRANCISCO: Bueno usted se me adelantó un poquito, pero… en la
respuesta. Pero el mensaje de Dios: tengan puntería, o sea que caiga en tierra
buena, pero algunos van sembrando como quien va de paseo y no les interesa la
semilla, no la palabra, la semilla sagrada, fíjate bien donde cae, no las
desperdicies.
NOEL: Quisiéramos ya en este momento solamente
pedirle su bendición para todos los que van a ver esto, porque yo no vengo aquí
solo, vengo representando a muchísima gente, que desearían estar cerca, como
estoy yo, como estamos aquí nosotros, pero nuestra tarea es que usted a través
de este medio llegue, toque, con lo que nos ha dicho, con su corazón abierto,
lo que nos ha mencionado que desearía. Nosotros no lo tomamos solamente como un
comentario, como una plática más, la queremos hacer nuestra y llevarla a cabo.
Así como ha sido su deseo. Yo como hijo, usted como papá, yo siento el deseo de
cumplir y llevar a cabo también sus buenos deseos.
PAPA FRANCISCO: Adelante, coraje, oración y mucha ternura, mucha
ternura. Les bendiga Dios Todopoderoso, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
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