martes, 17 de mayo de 2016

¿CÓMO GANAR LA “GUERRA CULTURAL” CONTRA EL ABORTO Y LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO?


TIFLIS, 17 May. 16 / 12:32 pm (ACI).- Ignacio Arsuaga, presidente de la plataforma pro-vida y defensora de la familia CitizenGO, abordó recientemente una serie de puntos claves para ganar la “guerra cultural” contra el aborto y la ideología de género, durante su participación en el X Congreso Mundial de las Familias en Tiflis, Georgia.

La décima edición del Congreso Mundial de las Familias se realiza en Tiflis (Georgia), del 15 al 18 de mayo.

En su conferencia, el 16 de mayo, Arsuaga advirtió que en esta guerra cultural se enfrentan los “conservadores” –que defienden la vida, la familia y la libertad religiosa– contra los “progresistas seculares”, que promueven la cultura de la muerte, la dictadura del relativismo, la corrección política, la ideología de género y el secularismo.

“En primer lugar, debemos reconocer que está ocurriendo una guerra cultural mundial. Somos la gente pro-familia, no la comenzamos. Pero la sufrimos”, indicó.

El presidente de CitizenGO subrayó que “es una guerra sin armas que matan el cuerpo. Es una guerra donde las armas son los micrófonos, el lapicero y el ordenador”.

El pensamiento de los conservadores, explicó, se basa en el humanismo cristiano, que reconoce al hombre como “creado a imagen de Dios y redimido por Cristo, es valioso y merece respeto”, mientras que su los progresistas seculares echan raíces en el humanismo secular, que plantea que “Dios es el enemigo del hombre. Por tanto Dios debe ser destruido para lograr la democracia, paz y progreso”.

Los progresistas seculares, indicó Arsuaga, actúan desde los gobiernos nacionales, grupos políticos, medios de comunicación, adineradas fundaciones –como Rockefeller, Ford, Gates, Soros, entre otros–, la industria del aborto y el lobby gay.

También han logrado actuar a través de organizaciones multilaterales como las Naciones Unidas, el Consejo de Europa, la Unión Europea, entre otros.

“¿Qué sucederá si perdemos la guerra cultural? ¿Qué está en juego?”, cuestionó. “El totalitarismo. La exclusión total de la religión y la libertad religiosa y de pensamiento. Multas y cárcel para aquellos que no acepten los dogmas de la nueva ideología”.

La agenda de estos grupos incluye el control poblacional, el aborto libre, la redefinición de la familia, nuevos “derechos humanos” como la promoción de la homosexualidad y el aborto, la anticoncepción, entre otros.

“El proyecto global está siendo impuesto a la fuerza en todas las naciones. Los mismos objetivos, diferentes estrategias”, señaló Arsuaga.

La oposición a esta amenaza es “culturalmente muy débil” y “muchas veces ignora lo que está sucediendo”, advirtió, y precisó que “los únicos bastiones de resistencia han sido la Iglesia, unas pocas comunidades cristianas y el pequeño movimiento conservador”.

A pesar de esto, señaló Arsuaga, David podría ganarle a Goliat”.

Las organizaciones que se sumen a este combate, señaló, debe conocer las causas que defiende, el movimiento al que pertenece, su misión y objetivos a largo plazo –“¿cómo queremos cambiar el mundo?”– y su misión y visión a largo plazo.

Entre sus planes a corto plazo, señaló, se encuentran los objetivos, estrategias y planes de acción, las técnicas y la recaudación de fondos.

Arsuaga señaló además que “si crees que has sido llamado a ganar la guerra cultural, vas a hacer mucho, dormir menos, entrenarte, pensar a largo plazo, trabajar para construir una organización fuerte, para ayudar a construir un movimiento fuerte, construir una lista de ciudadanos conscientes y activos que compartan tu causa y vas a pedir financiamiento para pagar un proyecto tan grande: ganar la guerra cultural”.

Para una organización sin fines de lucro, el presidente de CitizenGO recomendó “construir una lista, volverse amigo de los miembros de la lista y recaudar fondos”.

“Nuestra estrategia número 1 es crecimiento. Nuestra estrategia número 2 es involucramiento”, señaló.

“Construimos la lista a través de peticiones online, activamos a nuestros miembros y los mantenemos activos, por eso es que enviamos tantos correos electrónicos con peticiones, informaciones. (Luego) le pedimos valientemente a nuestros miembros donaciones para apoyar nuestro trabajo”.

Tras esto, dijo Arsuaga, “seguimos luchando la guerra cultural. Y a través de la lucha, gracias a las batallas que peleamos, nos volvemos más fuertes”.

“Hasta que un día, Dios quiera, podremos ayudar al movimiento conservador a ganar la guerra cultural”, concluyó.

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