VATICANO, 13 Dic. 15 / 06:19 am (ACI).- El Papa Francisco hizo hoy
desde el Vaticano un llamado a la conversión y a vivir alegres en la espera del
Señor. “El cristiano es una persona alegre, y su alegría no es nada superficial
y efímero, sino profundo y estable, porque es un don del Señor que llena la vida”, dijo Francisco.
Después de abrir la Puerta Santa de la Basílica de San Juan de Letrán y
celebrar la Misa,
el Santo Padre regresó al Vaticano para rezar el Ángelus desde la ventana del
Palacio Apostólico.
Hoy “es necesario convertirnos, se necesita cambiar la
dirección de la marcha y emprender el camino de la justicia, de la solidaridad, de la
sobriedad: son valores imprescindibles de una existencia plenamente humana y
auténticamente cristiana”.
El Santo Padre comentó el Evangelio del día en el domingo llamado “de gaudete” (de la alegría). En él se narra cómo
Juan el Bautista bautizaba en el Río Jordán y cómo predicaba el amor al
prójimo.
Este día invita “a la alegría”, explicó el Papa.
“Hoy se requiere coraje para
hablar de alegría, requiere sobre todo fe. El mundo está asediado de muchos
problemas, el futuro cargado de incógnitas y temores”.
“¿Qué debemos hacer?”, le preguntan a Juan
Bautista. El Papa afirmó que es una pregunta que se refiere a tres tipos de
personas: “la gente, los publicanos y algunos soldados”. “Cada uno de estos
grupos –dijo el Papa– interroga al profeta sobre aquello que debe hacer para
actuar la conversión que él está predicando”.
El Bautista, precisó el Pontífice, da tres respuestas para “un idéntico camino
de conversión, que se manifiesta en compromisos
concretos de justicia y solidaridad. Es el camino que Jesús indica en
toda su predicación: el camino del amor concreto por el prójimo”.
En este sentido, Francisco subrayó que “Dios no
imposibilita a ninguno la posibilidad de salvarse. Él está ansioso de usar la misericordia con todos y acoger a cada
uno en el tierno abrazo de la reconciliación y del perdón”.
Después de rezar el Ángelus, el Pontífice
recordó que en todas las catedrales del mundo se han abierto hoy las Puertas
Santas “para que el Jubileo de la Misericordia pueda ser vivido plenamente en
las Iglesias particulares”.
“Deseo que este momento fuerte estimule a muchos
a hacerse instrumentos de la ternura de Dios. Como expresión de las obras de
misericordia, serán abiertas también las ‘Puertas de la Misericordia’ en
lugares deprimidos y de marginación”.
“Con este propósito saludo a los detenidos de
las cárceles de todo el mundo, especialmente a aquellos de la cárcel de Padova,
que hoy se han unido a nosotros espiritualmente para este momento de oración”.
El Papa dirigió además un saludo especial a la
Fundación Dispensario Santa Marta en el Vaticano: “a los padres y sus hijos, a
los voluntarios y a las Hermanas Hijas de la Caridad; gracias por vuestro
testimonio de solidaridad y de acogida”.
Antes de terminar, el Pontífice saludó también a
los miembros del Movimiento de los Focolares “junto a amigos de algunas
comunidades islámicas”. “¡Vayan adelante con coraje en su recorrido de diálogo
y fraternidad porque todos somos hijos de Dios!”.
Por Alvaro de Juana
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