lunes, 14 de diciembre de 2015

EL PAPA RETA EN EL DOMINGO DE GAUDETE A ANUNCIAR LA ALEGRÍA A UN MUNDO LLENO DE TEMORES


VATICANO, 13 Dic. 15 / 06:19 am (ACI).- El Papa Francisco hizo hoy desde el Vaticano un llamado a la conversión y a vivir alegres en la espera del Señor. “El cristiano es una persona alegre, y su alegría no es nada superficial y efímero, sino profundo y estable, porque es un don del Señor que llena la vida”, dijo Francisco.

Después de abrir la Puerta Santa de la Basílica de San Juan de Letrán y celebrar la Misa, el Santo Padre regresó al Vaticano para rezar el Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico.

Hoy “es necesario convertirnos, se necesita cambiar la dirección de la marcha y emprender el camino de la justicia, de la solidaridad, de la sobriedad: son valores imprescindibles de una existencia plenamente humana y auténticamente cristiana”.

El Santo Padre comentó el Evangelio del día en el domingo llamado “de gaudete” (de la alegría). En él se narra cómo Juan el Bautista bautizaba en el Río Jordán y cómo predicaba el amor al prójimo.

Este día invita “a la alegría”, explicó el Papa. “Hoy se requiere coraje para hablar de alegría, requiere sobre todo fe. El mundo está asediado de muchos problemas, el futuro cargado de incógnitas y temores”.

“¿Qué debemos hacer?”, le preguntan a Juan Bautista. El Papa afirmó que es una pregunta que se refiere a tres tipos de personas: “la gente, los publicanos y algunos soldados”. “Cada uno de estos grupos –dijo el Papa– interroga al profeta sobre aquello que debe hacer para actuar la conversión que él está predicando”. El Bautista, precisó el Pontífice, da tres respuestas para “un idéntico camino de conversión, que se manifiesta en compromisos concretos de justicia y solidaridad. Es el camino que Jesús indica en toda su predicación: el camino del amor concreto por el prójimo”.

En este sentido, Francisco subrayó que “Dios no imposibilita a ninguno la posibilidad de salvarse. Él está ansioso de usar la misericordia con todos y acoger a cada uno en el tierno abrazo de la reconciliación y del perdón”.

Después de rezar el Ángelus, el Pontífice recordó que en todas las catedrales del mundo se han abierto hoy las Puertas Santas “para que el Jubileo de la Misericordia pueda ser vivido plenamente en las Iglesias particulares”.

“Deseo que este momento fuerte estimule a muchos a hacerse instrumentos de la ternura de Dios. Como expresión de las obras de misericordia, serán abiertas también las ‘Puertas de la Misericordia’ en lugares deprimidos y de marginación”.

“Con este propósito saludo a los detenidos de las cárceles de todo el mundo, especialmente a aquellos de la cárcel de Padova, que hoy se han unido a nosotros espiritualmente para este momento de oración”.

El Papa dirigió además un saludo especial a la Fundación Dispensario Santa Marta en el Vaticano: “a los padres y sus hijos, a los voluntarios y a las Hermanas Hijas de la Caridad; gracias por vuestro testimonio de solidaridad y de acogida”.

Antes de terminar, el Pontífice saludó también a los miembros del Movimiento de los Focolares “junto a amigos de algunas comunidades islámicas”. “¡Vayan adelante con coraje en su recorrido de diálogo y fraternidad porque todos somos hijos de Dios!”.

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