Sueños… Creo en mis sueños, hablo sobre mis
sueños, pienso en mis sueños, hago planes para mis sueños, creo oportunidades
para mis sueños y me veo ya en mis sueños.
La única manera de lograr que un sueño se haga
realidad, es hablar acerca de él, creer en él, verse a uno mismo en él y crear
oportunidades para él.
Hay un gran poder de voluntad que sigue a lo que
imaginamos. Este poder de la voluntad nos permite seguir adelante a pesar de
todos los obstáculos y los sueños que debieran tomarnos diez a veinte años en
lograrlos, se cumplen en menos tiempo.
¡Los planes en papel no son suficiente para los
sueños! Simplemente veámonos actuando en lo que nos hemos imaginado y para
cuando estemos involucrados pensaremos que todavía estamos en el proceso de
imaginárnoslo.
Lo que creemos es lo que logramos. Lo que
imaginamos es lo que llegamos a ser. Lo que pensamos es lo que experimentamos.
Fola Daniel, Nigeria.
Sin embargo los verdaderos sueños no son lo que
nacen en la mente de un ser humano, sino los que vienen de Dios. Dios es el
dador de los sueños productivos, poderoso, redentores. De nada sirve tener
sueños si Dios no está en el asunto. Cuando Dios da el sueño, él dará los
recursos para que los llevemos a cabo y el final siempre será que Dios será
glorificado. Deja que Dios te siembre en sueño en tu vida y entonces podrás
correr hacía el sueño.
Y dijo Faraón a José: Yo he tenido un sueño, y
no hay quien lo interprete; mas he oído decir de ti, que oyes sueños para
interpretarlos. Gen 41:15
Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando
haya entre vosotros profeta de Dios, le apareceré en visión, en sueños hablaré
con él. Num 12:6
Y se le apareció Dios a Salomón en Gabaón una
noche en sueños, y le dijo: Pide lo que quieras que yo te dé
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