A veces creemos que para ser espiritual, que para
ser contemplativos, debemos apartarnos de la realidad y olvidamos que a Dios lo
encontramos en las experiencias de cada día y en el trato con los otros. Thomas
Merton, en su libro "La Oración Contemplativa" nos advierte sobre
este error:
"Muy a menudo, la inercia y la repugnancia que
caracteriza la llamada "vida espiritual" de muchos cristianos podría
curarse con un sencillo respeto por las realidades concretas de la vida diaria,
de la naturaleza, del cuerpo, del trabajo que uno desempeña, de sus amigos, de
todo lo que le rodea, etc. Un falso sobrenaturalismo, que imagina que "lo
sobrenatural" es una especie de reino platónico de esencias abstractas,
totalmente apartadas y opuestas al mundo concreto de la naturaleza, no ofrece
un apoyo real a la auténtica vida de meditación y de oración. La meditación se
ve sin punto de apoyo alguno y no responde a ninguna realidad, si no está
firmemente enraizada en la vida. Sin estas raíces, no puede producir mas que
frutos perdidos en la nada del disgusto, la acedia (1), e incluso una
introversión morbosa y peligrosa."
(1) Tristeza espiritual en el que todo se hace por
rutina, sin auténtica vida. Apatía. Melancolía.
Enviat per Joan Josep Tamburini
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