viernes, 27 de febrero de 2015

APARICIONES DE LA VIRGEN EN JAPON


SANTA MADRE DE AKITA

Apariciones de la Santísima Virgen en Akita-Japón
(aprobadas oficialmente por la Iglesia.)

Aunque no es nueva esta información, la volvemos a traer para recordar las importantes manifestaciones de la Virgen María en un país de escaso número de católicos. Vienen a coincidir con lo ya expresado en Fátima, y lo que diría la Virgen posteriormente en Medjugorje. El valor de estas revelaciones se fundamenta que han sido aprobadas oficialmente por la Jerarquía de la Iglesia. Estas apariciones se encuadran en lo que denominamos revelaciones privadas. La fe en ellas se deja a la libre voluntad de cada cual.

LA SANTÍSIMA VIRGEN dio en 1973 tres mensajes (para la humanidad), a la hermana Agnes (Inés) Katsuko Sasagawa, religiosa de las Siervas de la Eucaristía, en Akita, Japón, por medio de una imagen de Nuestra Señora de Todos los Pueblos.

Envuelta en una luz brillante, la imagen se volvió viva y le habló con una voz de una belleza indescriptible. La Hermana Agnes nació en 1931, había estado paralítica desde los 19 años y se curó con el agua de Lourdes. Se convirtió al Catolicismo a los veinticinco años.

Los hechos extraordinarios de Akita comenzaron en 1969. Mientras rezaba el Rosario, un ángel apareció ante la hermana Inés Sasagawa y le dijo que al final de cada misterio rezara: "Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados; líbranos del fuego del infierno; lleva a todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu Misericordia." Ella desconocía esta oración, que es la que la Santísima Virgen enseñó a los pastorcitos de Fátima en 1917. Los mensajes de Akita tienen relación con lo profetizado en Fátima.

LAS APARICIONES DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA EN AKITA HAN SIDO APROBADAS POR LA IGLESIA.

El 22 de Abril de 1984, Monseñor John Shojiro Ito, Obispo de Niigata, declaró que las Apariciones de Akita, son de origen sobrenatural, y autorizó en toda la Diócesis la veneración de la Santa Madre de Akita. En Junio de 1988, el Cardenal Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, dio un juicio definitivo a favor de la aparición y los mensajes de Akita, considerándolos auténticos y dignos de ser creídos. También dijo: "El mensaje de Akita es el mensaje de Fátima".

Un sacerdote alemán regaló en los años sesenta una estampa con la imagen y la oración de Nuestra Señora de Todos los Pueblos, traducida al japonés, al pequeño convento de las Siervas de la Eucaristía, en Akita, en el norte del Japón. Después de la milagrosa sanación de una novicia atribuida a esta devoción, la superiora del claustro quiso expresar su gratitud y encargó a un escultor tallar en madera una réplica de la imagen de Nuestra Señora de Todos los Pueblos, de casi un metro de alto.

La imagen representa a María, con rasgos faciales orientales, de pie, sobre el globo terráqueo. La imagen lloró un centenar de veces en un periodo de varios años. Una herida en forma de cruz de la mano derecha sangró, y también sudó abundantemente, emanando un dulce perfume. Cientos de personas presenciaron estos sucesos. Un análisis de la sangre y las lágrimas de la imagen realizado por el profesor Sagisaka de la facultad de Medicina Legal de la Universidad de Akita, confirmó que el sudor, la sangre y las lágrimas eran humanas.

Una mujer Coreana con cáncer terminal en el cerebro sanó repentinamente cuando rezaba ante la imagen, en 1981. El milagro fue confirmado por el Dr. Tong-Woo-Kim del Hospital de San Seoul, y por el Padre Theisen, presidente del Tribunal Eclesiástico de la Archidiócesis de Seoul. El segundo milagro fue la completa curación de una sordera total que sufría la Hermana Agnes.

El día 12, 13 y 14 de Junio de 1973, sor Agnes vio unos rayos luminosos que salían del sagrario de la capilla. El 24 de Junio, domingo, la luminosidad era aún más brillante. El 28 de junio, una herida en forma de Cruz se formó en la palma de la mano izquierda de sor Agnes Sasagawa. Le causaba un dolor muy fuerte. El 5 de Julio, los dolores de la herida en la palma de sor Inés recrudecieron y sus compañeras le aconsejaron descansar un poco, sin embargo siguió trabajando y ocupándose de la sacristía de la capilla.

El 6 de Julio de 1973, primer viernes de mes, a las tres de la mañana, su ángel de la guarda se le aparece y le dice:
"No temas. Soy el que está a tu lado y te guarda. Ven y sígueme. No reces únicamente por tus pecados, sino en reparación por los pecados de la humanidad. El mundo actual hiere al Sacratísimo Corazón de Jesús con sus ingratitudes y sus ultrajes. La herida de la mano de la Santísima virgen María es mucho más profunda que la tuya. Ahora vamos hacia la capilla."
Al llegar a la capilla el ángel desaparece. Sor Inés se arrodilla delante del altar, frente al sagrario, en adoración profunda. Luego se acerca a la estatua de la Virgen María para mirar la herida que la imagen presenta en la mano. Apenas lo hace, escucha una voz dulce proveniente de la estatua. Sor Inés era sorda, pero de una manera milagrosa recibe un primer mensaje de la Virgen:
"Hija mía, mi novicia, tú me has obedecido bien abandonándolo todo para seguirme. ¿Es penosa la enfermedad de tus oídos? Puedes estar segura que curarán. Ten paciencia. Es la última prueba. ¿Te duele la herida de la mano? Reza en reparación de los pecados de la humanidad. Cada persona en esta comunidad es mi hija. ¿Rezas bien la oración de las siervas de la Eucaristía? Entonces recémosla juntas:

"Sacratísimo Corazón de Jesús, verdaderamente presente en la Sagrada Eucaristía, Yo consagro mi cuerpo y mi alma para que sea enteramente uno con tu corazón que está siendo sacrificado en todos los altares del mundo y dando alabanza al Padre, rogando por la venida de su Reino. Recibe este humilde ofrecimiento de mi ser. Haz de mí como Tú quieras para la Gloria del Padre y la salvación de las almas. Santísima Madre de Dios, nunca dejes que me separe de tu Divino Hijo. Defiéndeme y protégeme como hija tuya. Amén"

"Reza mucho por el Papa, los Obispos y los Sacerdotes."
Ese mismo día, 6 de Julio, la herida en forma de cruz que apareció en la mano derecha de la estatua de la Virgen, comienza a sangrar. El 25 de Julio, Monseñor Ito se dirige al convento para verificar el sangramiento en la mano de la estatua. Al día siguiente, la mano de la imagen sangra de nuevo. Esta vez la sangre es más abundante y oscura. Ese día sor Inés sintió un dolor violento en la herida de la palma de su mano. Al día siguiente, el viernes 27 de Julio, el ángel le dijo:
"Tus dolores terminarán hoy. Guarda con mucho celo el recuerdo de la sangre de María y grábalo en tu corazón. La herida de María tiene un significado muy importante: Ha sido hecha para obtener vuestra conversión, para implorar la paz, para reparar las ingratitudes, ofensas, ultrajes e injurias que Dios recibe. Tengan en gran estima la devoción a la preciosísima sangre de Cristo".

3 DE AGOSTO DE 1973 (PRIMER VIERNES), EL SEGUNDO MENSAJE

"Hija mía, mi novicia, ¿amas al Señor? Si tú amas al Señor escucha lo que voy a decirte. Es muy importante.

Lo comunicarás a tu Superior:

Muchos hombres en el mundo afligen al Señor. Deseo almas para consolarle, para suavizar la cólera del Padre Celestial. Deseo, con mi Hijo, almas que reparen con sus sufrimientos y su pobreza, por los pecadores y los ingratos. Para que el mundo se dé cuenta de su ira, el Padre Celestial se dispone a mandar un gran castigo a toda la humanidad.

Muchas veces he intervenido con mi Hijo para apaciguar la Ira del Padre. He impedido que vinieran calamidades, ofreciéndole los sufrimientos del Hijo en la Cruz, su preciosa Sangre, las almas predilectas que le consuelan y constituyen la cohorte de las almas víctimas. Oración, Penitencia y Sacrificios animosos pueden suavizar la Ira del Padre.

Lo deseo también de tu comunidad, que amen la pobreza, que se santifiquen y recen en reparación de la ingratitud y los ultrajes de tantos hombres. Rezad la oración de las Siervas de la Eucaristía meditando su significado, ponedla en práctica. Ofrecedla en reparación de los pecados. Que cada una se esfuerce de según su capacidad y oficio, ofreciéndose enteramente al Señor." (...)

Después de un silencio le dijo:

"¿Es verdad lo que piensas en tu corazón? ¿Estás verdaderamente decidida a convertirte en piedra rechazada? Mi novicia, ¿deseas pertenecer sin reservas al Señor, ser la Esposa digna del Esposo, hacer tus votos sabiendo que debes ser adherida a la Cruz con tres clavos? Estos clavos son: pobreza, castidad y obediencia. De los tres, la obediencia es el fundamento. En total abandono, déjate guiar por tu superior. Él sabrá cómo entenderte y dirigirte."
El 29 de Septiembre de 1973, sábado, fiesta de san Miguel Arcángel, Patrón del Japón, los milagros se multiplicaron. Mientras sor Inés rezaba el rosario con otra hermana, la estatua resplandecía con rayos luminosos, envuelta en una luz toda blanca. Al terminar notó que la herida de la mano de la estatua había desaparecido completamente. Y un líquido espeso, como sudor, salía de la estatua. Lo secaron con gasas y algodones. Una vez seca la estatua, los algodones exhalaron un perfume inefable que olía a rosas, a lirios, o violetas... Toda la capilla se llenó de este suave olor. Este perfume duró hasta el 16 de octubre, fecha en que el ángel le había anunciado que cesaría.

13 DE OCTUBRE DE 1973, EL TERCER MENSAJE.

"Mi querida hija, escucha bien lo que voy a decirte, informarás de ello a tu superior.

Si los hombres no se arrepienten y no se mejoran, el Padre mandará un terrible castigo a toda la humanidad. Será un castigo más grave que el diluvio, como jamás ha habido otro. Caerá fuego del cielo y aniquilará una gran parte de la humanidad, tanto mala como buena, no perdonando a fieles ni a sacerdotes.

Los sobrevivientes se encontrarán tan desolados que envidiarán a los muertos. Las únicas armas que nos quedarán entonces serán el Rosario y el Signo dejado por mi hijo. (...) Con el rosario rogad por el Papa, los Obispos y los sacerdotes.

La acción del diablo se infiltrará hasta la Iglesia, de tal forma que se verán cardenales oponiéndose a otros cardenales, obispos contra obispos. Los sacerdotes que me veneren serán despreciados y combatidos por otros sacerdotes. Las iglesias y los altares serán saqueados. La Iglesia se llenará de quienes aceptan componendas, y el demonio empujará a muchos sacerdotes y almas consagradas, a abandonar el servicio del Señor.

El demonio atacará encarnizadamente sobre todo a las almas consagradas a Dios. El pensamiento de la perdida de tantas almas es la causa de mi tristeza. Si los pecados aumentan en número y en gravedad, ya no habrá perdón para ellos. Recen mucho las oraciones del Rosario. (...) Aquéllos que ponen su confianza en mi serán salvados."
El 13 de Octubre de 1974, mientras oraba ante el Santísimo, la Hermana Agnes se curó instantáneamente de su sordera. Ella misma telefoneó a Monseñor Ito y le habló como si nunca hubiera estado sorda. El día siguiente, el médico diagnosticó: "Facultad de oír normal". La curación duró seis meses, luego volvió a estar sorda. Dios le pidió que hiciera el ofrecimiento de ese sacrificio. El día de Pentecostés, último domingo de Mayo de 1982, sanaría definitivamente durante la bendición con el Santísimo Sacramento.

A partir del 4 de enero de 1975 comienza la lacrimación de la estatua, hasta el 15 de septiembre de 1981. (101 veces.) Monseñor Ito fue testigo ocular de las lágrimas derramadas. El día que comenzó la lacrimación, el ángel se apareció a sor Inés y le dijo:
"No te sorprendas de ver a la Santísima Virgen María llorar. Una sola alma que se convierta es preciosa a su Corazón. Ella manifiesta su dolor para avivar vuestra fe, siempre tan inclinada a debilitarse. Ahora que habéis visto sus preciosas lágrimas, y para consolarla, habla con valor, extiende esta devoción para su gloria y la de su Hijo".
LA SANTÍSIMA VIRGEN pide almas reparadoras, almas orantes. Lágrimas y sangre derrama su imagen. Ella reveló a Ida Peerdeman, en Amsterdam, bajo la advocación de Nuestra Señora de Todos los Pueblos, que un 31 de Mayo la Iglesia proclamaría el último dogma mariano: María Corredentora, Medianera y Abogada. Su Corazón Inmaculado es fiel reflejo del de su Divino Hijo.

Juan García Inza

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