¿La búsqueda de la personalidad estará siendo afectada por la influencia de los respetos humanos?
El
diccionario de la Real Academia Española, define la personalidad como: “La
diferencia individual que constituye a cada persona y la distingue de otra. El
conjunto de características o cualidades originales que destacan a una
persona.” (Real Academia Española, 2014)
Nuestra
personalidad es lo que nos diferencia de los demás. Y gracias a ella actuamos
de determinada manera. Durante toda la vida la mantenemos y en diferentes
situaciones nos permite tener una actitud proactiva y nos ayuda a tomar las
mejores decisiones.
Hay una
etapa en la vida a la que yo denominaría como “la búsqueda de la personalidad”.
A partir de los 12 años es muy común que los niños empiecen a tener más interés
en su personalidad. Definen sus gustos, relaciones sociales y afinidades.
Principalmente en los niños pequeños, podemos notar que en esta búsqueda llegan
a imitar a otras personas (familia, amigos, celebridades), copian sus gustos,
estilos, formas de hablar, caminar, etc. Podríamos decir que en esta etapa
“prueban un poquito de todo”. Los pequeños deciden qué es lo que los
caracteriza por experiencia y con la ayuda de sus seres queridos.
Algunos
padres de familia permiten que los niños encuentren su personalidad por su
cuenta. Los dejan experimentar y probar cosas nuevas. Es importante que los
niños hagan esta búsqueda y que aprendan de sus propias experiencias. Pero no
se debe perder de vista que es necesaria una orientación moderada por parte de
los padres, para que no haya un desvío radical del camino que deben llevar
estos pequeños. A simple vista se puede ver como algo poco complicado. Los
niños van a la escuela, conocen sus habilidades y definen sus gustos. Pero en
realidad no es tan fácil.
La
personalidad se compone por la inteligencia, el temperamento, carácter, las
cualidades y defectos, valores, creencias, etc. de cada persona. El problema de
hoy en día es que los adolescentes no se sienten con la libertad de expresar
esos valores y creencias que forman parte de su personalidad. Surge un miedo
por el rechazo que no permite que los niños se expresen de acuerdo a su
conciencia. Se tiene una actitud reprensible y hay una preocupación de lo que
podrán pensar de ellos. A este fenómeno o circunstancia se le conoce como
“respeto humano”.
Es muy
común que entre los jóvenes se presente este problema ya que aún sienten la
presión de entrar en algún círculo social. Es un tema muy delicado ya que esta
inseguridad los lleva a una contradicción en lo que es realmente importante en
su vida. Niegan su religión, hacen a un lado sus valores y viven
incoherentemente. Normalmente a esta edad se basan las decisiones en lo que
opinan los demás. Se podría decir que siguen a la corriente. Sí es importante tomar
en cuenta la opinión de otras personas antes de tomar una decisión, no tiene
nada de malo. Pero escuchar estas opiniones no debería llevar a los
adolescentes a dejarse influenciar y manipular por pensamientos y formas de
vida que no son las que les corresponden. Es esencial que los padres de familia
eduquen a sus hijos a formar juicios de conciencia, tomando en cuenta las
opiniones ajenas, para así buscar la justicia, la verdad, y aterrizar en la
realidad pero sin permitir que contradicciones o malos comentarios les afecten
y les hagan sentirse inseguros. Porque ahí es cuando es afectada la búsqueda de
la personalidad.
En la
tecnología se les conoce como la generación “NET”. Yo diría que son la
generación agrandada. Cada día los niños crecen con más preocupaciones sobre
cosas que no van de acuerdo a su edad. A los ocho o nueve años las niñas ya se
preocupan por la forma en la que los niños piensan de ellas y por el último
reproductor de música que salió al mercado. Y los niños se sienten los dueños
del mundo e incluso comienzan con hablar con lenguaje vulgar y a decir cosas
inapropiadas sobre las niñas. Esto es lo que ha ocasionado que la presión
social durante el desarrollo de los adolescentes aumente y afecte esta etapa de
búsqueda de la personalidad.
Pensemos.
Si a ti como adulto te han llegado a afectar los respetos humanos en una par de
ocasiones. Imagina como le afecta a los niños en desarrollo. Ellos no tienen ni
la mitad de madurez que tienen los adultos, por lo que el miedo y la presión
los hará dejarse llevar por las influencias, burlas y comentarios. Quizá
maduren más rápido que generaciones anteriores, pero de cualquier forma, el
nivel de madurez que se tiene, incluso a los 18 años, no es el suficiente para
poder distinguir entre mi vida social, mi vida espiritual, y lo que es bueno
para mí o no. Hay una gran heterogeneidad en la balanza de la importancia que le
dan a determinadas cosas.
Lo
importante aquí es que los respetos humanos, entre adolescentes, realmente
están afectando la búsqueda de la personalidad. Lo que ustedes como padres de
familia deben hacer es forjar los cimientos de la formación de los adolescentes
desde de que son pequeños para que así se sientan libres de poder,
verdaderamente, encontrarse a ellos mismos. Es probable que hayan miedos e
influencias que nuca desaparezcan. Pero con unas bases de formación bien
establecidas, harán de esta lucha algo mucho más fácil, deben estar arraigados
en su fe. Además, así es como se darán cuenta de qué personas son a las que
vale la pena abrir las puertas y cuáles no servirán de nada para iniciar su
proyecto de vida.
A la
larga todo se centra en la educación que recibimos de pequeños. Va a llegar el
día en el que nuestros padres ya no estén con nosotros y que lo único
importante que tengamos sea la formación que ellos nos dieron de pequeños. Mi
intención aquí es despertar la preocupación de todos los padres de familia ante
la situación de sus hijos. Este es un tema muy delicado porque gracias a los
respetos humanos se llega a negar a Cristo, se abandona los compromisos que
tenemos con Él y la Iglesia. Y esta actitud es todo lo contrario al respeto,
obediencia y amor que le debemos a Dios por encima de todas las cosas.
Por todo
aquel que se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él
ante mi Padre que está en los cielos; pero a quien me niegue ante los hombres,
le negaré yo también ante mi Padre que está en los cielos. (Mateo 10, 32-33)
Guadalupe Lozano
“A mis 16
años la pluma se convirtió en mi mejor amiga. La fotografía es mi hobbie y la
risa mi mejor ejercicio. Sueño estudiar literatura y prepararme para
convertirme en una gran escritora a nivel internacional. Primero deberé
publicar mi primera novela. Espero ayudar a todas las personas a las que sea
posible a través de mis escritos. Quiero dejar una huella permanente en los
corazones de cada una de las personas que lleguen a leer lo que tengo preparado
para ellos.”
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