Posible aparición del santo junto
a su tumba.
El día más
feliz en la corta vida de Grace West fue el 17 de diciembre de 2014, cuando se hizo realidad su deseo de conocer al
Papa Francisco.
Y el día más triste, cuando el mes de noviembre anterior, con tan sólo once años, le fue diagnosticado un neuroblastoma de grado 4, un cáncer del tejido nervioso que a su edad y con su evolución ofrece perspectivas muy preocupantes. La pequeña empezó enseguida a recibir quimioterapia.
Entre una fecha y otra medió la intervención de la Make-a-Wish Foundation [Fundación Pide-un-Deseo], que intenta hacer felices a los niños con enfermedades que ponen en riesgo su vida concediéndoles alguno de sus sueños. Viajar a Disneylandia, conocer personajes infantiles famosos o tener alguna mascota figuran entre las peticiones más comunes, pero Grace tenía otros planes.
REZANDO ROSARIOS POR GRACE
Vive en una familia católica y devota, que forma con sus padres, Don y Sharon, y su hermano Joe, los cuatro muy implicados en la vida de su parroquia. En cuanto supo de la grave patología se entregaron a la oración, en particular al rezo del rosario. Y con total entrega a la voluntad de Dios. Muchas personas le han preguntado a Sharon si no está enfadada con Él. "Nuestra respuesta es que la fe nos permitirá pasar por esto, será lo que nos ayude, es lo que ya nos está ayudando", responde la madre.
Y no sólo a ellos. Las iniciativas de oración por ella de otros fieles de la parroquia de San Roberto Belarmino en Freehold (Nueva Jersey, Estados Unidos) han repercutido en bien de todos: "El hecho de que la familia acuda a la fe, y de que Grace hable de su fe como una fuente de su fortaleza, ha tenido un impacto en otras familias. Este tipo de respuesta de fe es una fuente de inspiración para muchos", afirma su párroco, Sam Siranni, a National Catholic Register.
CON SU MANO EN LA MANO DEL PAPA
A Grace, de Francisco le gusta sobre todo la humildad: "Es una persona del pueblo y con los pies en el suelo. Es cariñoso y acogedor, una gran persona a quien admirar. ¡Realmente me gusta el Papa Francisco!", dice la niña.
Make-a-Wish, siguiendo el protocolo habitual (no es el primer caso), consiguió dos plazas de primera fila para estar cerca de él en la audiencia general del miércoles del 17 de diciembre, una para ella y otra para su hermano Joe. Era el cumpleaños de Francisco, con miles de tanguistas en la Plaza de San Pedro, en un ambiente lucido y festivo, y los niños estaban excitados: "Fue increíble estar tan cerca. Le había visto en televisión, ¡y ahora iba a verle en persona! Se acercó donde las sillas de ruedas y los enfermos, y luego a nuestra fila. ¡Estaba nerviosísima!", recuerda Grace.
"Me tocó en la frente y me bendijo, y le dio la mano a mi hermano. Le di una tarjeta de felicitación con una nota personal y un dibujo. Fue mágico, fue tan hermoso... La gente a nuestro alrededor era tan amable... Y mientras él hablaba con un señor, sostuvo mi mano todo el tiempo. Fue maravilloso".
UN MILAGRO PARA LA CANONIZACIÓN
Los West son muy devotos de la Beata Miriam Teresa Demjanovich (1901-1927), religiosa hermana de la caridad nacida en Nueva Jersey y beatificada en octubre del año pasado. Han ofrecido a su intercesión la vida de Grace, con el deseo de que sea ése el milagro que precisa para la canonización.
La hermana Miriam Teresa Demjanovich, beatificada semanas antes de que a Grace le diagnosticaran el cáncer. Ella y su familia, devotos de su paisana, confían en que por su intercesión se obre un milagro.
Pero puede que, si se produce ese milagro, no sea el primero en la vida de esta niña.
¿UN FRAILE CUALQUIERA?
Cuando concluyeron su visita a Roma, la familia West se desplazó hasta San Giovanni Rotondo para visitar la tumba de San Pío de Pietrelcina. Y allí sucedió algo que Grace contó a Thomas L. McDonald, del National Catholic Register, pero -como él señala en Patheos para realzar la verosimilitud del relato- sin darle importancia y sólo cuando el periodista le preguntó por el Padre Pío. Esto dijo Grace:
"Acudimos a ver su tumba, y fue muy bonito. Cuando lo miras, parece que estás viendo una postal o un salvapantallas. Fuimos a la tienda de recuerdos, donde compré algunas cuentas de rosario. Mi padre y yo volvismo a la tumba para tocar el cristal con ellas y rezar un poco. Una señora nos paró y nos dio una estampita con una oración en italiano. Nos dijo que teníamos que decir la oración en la tumba, en italiano.
Desde el último banco de la estancia vacía, un fraile igual que el Padre Pío se acercó, pasó entre ellos y puso su mano sobre la tumba.
"La primera vez que estuvimos en la tumba había colas con un montón de gente. Cuando volvimos para rezar la oración en italiano, no había nadie. Estaba completamente vacío, salvo un hombre en el último banco, cerca de la puerta. Subimos y tocamos el cristal con las manos. Vi a mi padre abrir su diccionario y sacar la oración que nos dio la señora. Estábamos intentando decirla en italiano, cuando de pronto el hombre que estaba detrás vino hasta nosotros, era exactamente igual que el Padre Pío. Tenía el hábito, la barba, las sandalias. Le miré, intentando que no se notase. El Padre Pío era un hombre alto, y éste era de la misma estatura. Paso entre mi padre y yo y puso su mano sobre la tumba, en el cristal que había entre nosotros. Todavía seguía allí cuando nos fuimos. Fue una locura. No estoy exagerando. Era exactamente igual que él".
Y el día más triste, cuando el mes de noviembre anterior, con tan sólo once años, le fue diagnosticado un neuroblastoma de grado 4, un cáncer del tejido nervioso que a su edad y con su evolución ofrece perspectivas muy preocupantes. La pequeña empezó enseguida a recibir quimioterapia.
Entre una fecha y otra medió la intervención de la Make-a-Wish Foundation [Fundación Pide-un-Deseo], que intenta hacer felices a los niños con enfermedades que ponen en riesgo su vida concediéndoles alguno de sus sueños. Viajar a Disneylandia, conocer personajes infantiles famosos o tener alguna mascota figuran entre las peticiones más comunes, pero Grace tenía otros planes.
REZANDO ROSARIOS POR GRACE
Vive en una familia católica y devota, que forma con sus padres, Don y Sharon, y su hermano Joe, los cuatro muy implicados en la vida de su parroquia. En cuanto supo de la grave patología se entregaron a la oración, en particular al rezo del rosario. Y con total entrega a la voluntad de Dios. Muchas personas le han preguntado a Sharon si no está enfadada con Él. "Nuestra respuesta es que la fe nos permitirá pasar por esto, será lo que nos ayude, es lo que ya nos está ayudando", responde la madre.
Y no sólo a ellos. Las iniciativas de oración por ella de otros fieles de la parroquia de San Roberto Belarmino en Freehold (Nueva Jersey, Estados Unidos) han repercutido en bien de todos: "El hecho de que la familia acuda a la fe, y de que Grace hable de su fe como una fuente de su fortaleza, ha tenido un impacto en otras familias. Este tipo de respuesta de fe es una fuente de inspiración para muchos", afirma su párroco, Sam Siranni, a National Catholic Register.
CON SU MANO EN LA MANO DEL PAPA
A Grace, de Francisco le gusta sobre todo la humildad: "Es una persona del pueblo y con los pies en el suelo. Es cariñoso y acogedor, una gran persona a quien admirar. ¡Realmente me gusta el Papa Francisco!", dice la niña.
Make-a-Wish, siguiendo el protocolo habitual (no es el primer caso), consiguió dos plazas de primera fila para estar cerca de él en la audiencia general del miércoles del 17 de diciembre, una para ella y otra para su hermano Joe. Era el cumpleaños de Francisco, con miles de tanguistas en la Plaza de San Pedro, en un ambiente lucido y festivo, y los niños estaban excitados: "Fue increíble estar tan cerca. Le había visto en televisión, ¡y ahora iba a verle en persona! Se acercó donde las sillas de ruedas y los enfermos, y luego a nuestra fila. ¡Estaba nerviosísima!", recuerda Grace.
"Me tocó en la frente y me bendijo, y le dio la mano a mi hermano. Le di una tarjeta de felicitación con una nota personal y un dibujo. Fue mágico, fue tan hermoso... La gente a nuestro alrededor era tan amable... Y mientras él hablaba con un señor, sostuvo mi mano todo el tiempo. Fue maravilloso".
UN MILAGRO PARA LA CANONIZACIÓN
Los West son muy devotos de la Beata Miriam Teresa Demjanovich (1901-1927), religiosa hermana de la caridad nacida en Nueva Jersey y beatificada en octubre del año pasado. Han ofrecido a su intercesión la vida de Grace, con el deseo de que sea ése el milagro que precisa para la canonización.
La hermana Miriam Teresa Demjanovich, beatificada semanas antes de que a Grace le diagnosticaran el cáncer. Ella y su familia, devotos de su paisana, confían en que por su intercesión se obre un milagro.
Pero puede que, si se produce ese milagro, no sea el primero en la vida de esta niña.
¿UN FRAILE CUALQUIERA?
Cuando concluyeron su visita a Roma, la familia West se desplazó hasta San Giovanni Rotondo para visitar la tumba de San Pío de Pietrelcina. Y allí sucedió algo que Grace contó a Thomas L. McDonald, del National Catholic Register, pero -como él señala en Patheos para realzar la verosimilitud del relato- sin darle importancia y sólo cuando el periodista le preguntó por el Padre Pío. Esto dijo Grace:
"Acudimos a ver su tumba, y fue muy bonito. Cuando lo miras, parece que estás viendo una postal o un salvapantallas. Fuimos a la tienda de recuerdos, donde compré algunas cuentas de rosario. Mi padre y yo volvismo a la tumba para tocar el cristal con ellas y rezar un poco. Una señora nos paró y nos dio una estampita con una oración en italiano. Nos dijo que teníamos que decir la oración en la tumba, en italiano.
Desde el último banco de la estancia vacía, un fraile igual que el Padre Pío se acercó, pasó entre ellos y puso su mano sobre la tumba.
"La primera vez que estuvimos en la tumba había colas con un montón de gente. Cuando volvimos para rezar la oración en italiano, no había nadie. Estaba completamente vacío, salvo un hombre en el último banco, cerca de la puerta. Subimos y tocamos el cristal con las manos. Vi a mi padre abrir su diccionario y sacar la oración que nos dio la señora. Estábamos intentando decirla en italiano, cuando de pronto el hombre que estaba detrás vino hasta nosotros, era exactamente igual que el Padre Pío. Tenía el hábito, la barba, las sandalias. Le miré, intentando que no se notase. El Padre Pío era un hombre alto, y éste era de la misma estatura. Paso entre mi padre y yo y puso su mano sobre la tumba, en el cristal que había entre nosotros. Todavía seguía allí cuando nos fuimos. Fue una locura. No estoy exagerando. Era exactamente igual que él".
CON EL PADRE PÍO NADA SORPRENDE
"Quiero dejar claro que ellos no dicen que hayan visto una aparición del Padre Pío", subraya McDonald, "sólo cuentan la historia". Pero él sí añade que lo que con otros santos es excepcional, con el santo de los estigmas no es nada infrecuente, y son numerosas las personas creíbles que, en circunstancias muy especiales, han afirmado haberle visto, o al menos a alguien igual a él de quien luego nadie sabe dar razón. (El libro de José María Zavala Padre Pío. Milagros desconocidos del santo de los estigmas recoge diversas experiencias en este sentido.)
¿Fue el caso de Grace? Si un santo es capaz de sorprender así, es el Padre Pío. Capaz también de hacer desaparecer un cáncer, como le piden a él, a la Beata Miriam Teresa Demjianovich y la Virgen María los que rezan por ella en Nueva Jersey y allí donde se conoce su historia.
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