¿Qué veo cuando veo?
Por: P. Fernando Pascual, LC | Fuente: Catholic.net
Tres
miradas diferentes ante un amplio terreno lleno de plantas muy variadas.
La primera mirada contempla la riqueza de colores, las mariposas y las abejas que giran entre las flores, el movimiento de las ramas ante la brisa.
La segunda mirada analiza las dimensiones del terreno, busca comprender lo que pueda
existir bajo la tierra, se pregunta si sería un buen lugar para construir una
urbanización.
La tercera mirada recuerda la cosecha del año anterior y ve ahora un terreno que descansa
y se prepara para el siguiente año.
El terreno es el mismo, pero las
miradas son diferentes. Podría haber muchas más miradas y modos más o menos
compatibles cuando varias personas dirigen sus ojos hacia el mismo lugar.
Hay también miradas diferentes
ante esa persona que acaba de subir en el autobús, ante el forastero que se
acerca al edificio donde vivimos, ante el médico que saluda al inicio de una
visita.
Lo que vemos cuando vemos depende
de necesidades, de experiencias del pasado, de esperanzas hacia el futuro, de
estados de ánimo y aspiraciones en el presente.
Por eso, existen tantos modos
diferentes de ver las cosas. Algunos pueden sucederse en el tiempo: lo que
ahora veo en este lugar o en esta persona mañana será distinto.
Otros modos de ver parecen más
pétreos: siempre que me acerco a ese policía me parece ver una actitud soberbia
o una amabilidad agradable.
Lo importante es darnos cuenta de
por qué vemos lo que vemos, y preguntarnos también si la realidad que aparece
ante mí tenga otros aspectos y matices que mi mirada ahora no acaba de
entrever.
Necesito recordarlo con
frecuencia: los lugares, las cosas, las personas,
encierran riquezas que mis ojos no siempre perciben, quizá incluso
inalcanzables, pues lo profundo de cada ser humano es muchas veces inasequible
a las miradas más agudas.
¿Qué veo cuando
veo? Hoy me lo pregunto mientras pasan, ante mis ojos,
una bandada de patos que busca un lugar de descanso, una señora anciana que
camina lentamente hacia su casa, y un conocido que se acerca para pedirme un favor...
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