"Quiero que al medio día de cada 8 de diciembre se celebre la hora gracia para todo el mundo; mediante esta devoción se alcanzaran numerosas gracias para el alma y el cuerpo".
Iniciar
a las 12 del mediodía hasta la 1 de la tarde. Durante
esta hora en casa o en la iglesia, evitar toda clase de
distracciones, no contestar el teléfono, no abrir la puerta, no hacer nada en
absoluto, sino estar con el cuerpo, con el corazón y el alma en actitud de
oración y espera a recibir el torrente de gracia y bendición prometidas por
nuestra Madre en esta Hora de Gracia. Comiencen la Hora de Gracia rezando tres
veces el Salmo 51 con los brazos abiertos.
LA
HORA DE GRACIA
8
de Diciembre
12
medio día:
"Quiero que al medio día de cada 8 de diciembre se celebre la hora
gracia para todo el mundo; mediante esta devoción se alcanzaran numerosas
gracias para el alma y el cuerpo".
"Mira este corazón que tanto ama a los hombres, mientras la mayoría
de ellos lo colma de vituperios." Calló
unos momentos y continuó: "Si todos, buenos y
malos, se unen en la oración, obtendrán de este corazón misericordia y paz. Los
buenos acaban de alcanzar por mi mediación la misericordia del Señor, que
detuvo un gran castigo. Dentro de poco se conocerá la eficaz grandeza de esta
hora de gracia".
Notando
Pierina que la resplandeciente Señora iba a alejarse le imploró fervorosamente:
"¡Oh hermosa y amada Madre de Dios, yo le doy gracias!". Bendiga a todo el mundo especialmente al Santo Padre, a los sacerdotes,
religiosos y a los pecadores.
Ella
contestó: "Tengo preparado una sobreabundancia de
gracia para todos aquellos hijos que escuchan mi voz y toman a pecho Mis
deseos". Con estas palabras se terminó la visión.
COMO
HACER LA HORA DE GRACIA
Solicitud
de nuestra santísima madre Rosa Mística para la Hora de Gracia: 1.-Día y Hora de Gracia: 8 de diciembre, Fiesta de la
Inmaculada Concepción, inicio a las 12 del mediodía hasta la 1 de la tarde. 2.- Durante esta hora en casa o en la iglesia,
evitar toda clase de distracciones, no contestar el teléfono, no abrir la
puerta, no hacer nada en absoluto, sino estar con el cuerpo, con el corazón y
el alma en actitud de oración y espera a recibir el torrente de gracia y
bendición prometidas por nuestra Madre en esta Hora de Gracia. 3.- Comiencen la Hora de Gracia rezando tres veces el
Salmo 51 con los brazos abiertos. 4.- Distribuir
la hora entre espacios de oración, vocal o en silencio y/o frente al Santísimo,
según cada cual haya dispuesto. Meditando en la pasión de Jesús, meditando en
el Evangelio del día, rezando el santo rosario en Cenáculo, y/ o rosario de
Lágrimas y Sangre.
Nuestra
santa madre nos está dando la oportunidad de demostrar nuestro amor y confianza
en Ella y ayudándonos a hacer reparación por los inconmensurables pecados que
ofenden a su amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que claman venganza del
Cielo. Aprovechemos pues, esta Hora, para hacer descender sobre el mundo: un
sano temor a Dios que nos lleve a la Paz del corazón, a un sincero
arrepentimiento, a un hambre de Dios, que nos motive a la confesión y a
comulgar frecuentemente, para crecer en la fe, en la esperanza y en el amor.
SALMO
51 (50) MISERERE
Ten piedad de mí, oh Dios, según tu amor, por tu inmensa ternura borra
mi delito, lávame a fondo de mi culpa, y de mi pecado purifícame.
Pues mi delito yo lo reconozco, mi pecado sin cesar está ante mí; contra
Ti, contra Ti solo he pecado, lo malo a tus ojos cometí.
Por que aparezca tu justicia cuando hablas y tu victoria cuando juzgas.
Mira que en la culpa ya nací, pecador me concibió mi madre.
Mas Tú amas la verdad en lo íntimo del ser, y en lo secreto me enseñas
la sabiduría.
Rocíame con el hisopo, y seré limpio, lávame, y quedaré más blanco que
la nieve.
Devuélveme el son del gozo y la alegría, exulten los huesos que
machacaste Tú.
Retira tu faz de mis pecados, borra todas mis culpas.
Crea en mí, oh Dios, un puro corazón, un espíritu dentro de mí renueva;
no me rechaces lejos de tu rostro, no retires de mí tu santo espíritu.
Vuélveme la alegría de tu salvación, y en espíritu generoso afiánzame;
enseñaré a los rebeldes tus caminos, y los pecadores volverán a Ti.
Líbrame de la sangre, Dios, Dios de mi salvación, y aclamará mi lengua
tu justicia; abre, Señor, mis labios, y publicará mi boca tu alabanza.
Pues no te agrada el sacrificio, si ofrezco un holocausto no lo aceptas.
El sacrificio a Dios es un espíritu contrito; un corazón contrito y humillado,
oh Dios, no lo desprecias.
¡Favorece a Sión en tu benevolencia, reconstruye las murallas de
Jerusalén!
Entonces te agradarán los sacrificios justos, --holocausto y oblación
entera-- se ofrecerán entonces sobre tu altar novillos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los
siglos.
Amén.
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