martes, 4 de octubre de 2022

DIÓCESIS ITALIANA SUSPENDE AL SACERDOTE QUE DEFENDIÓ LA BENDICIÓN DE UNIONES HOMOSEXUALES

 También apoya la eutanasia y el aborto

El sacerdote Giulio Mignani, hasta hace poco párroco de la pequeña localidad de Bonassola, en Liguria (noroeste de Italia), ha sido suspendido del ejercicio del sacerdocio por su postura a favor de la bendición de las parejas homosexuales, la eutanasia y el aborto.

(InfoCatólica) El sacerdote no quiso bendecir las palmas y ramos de olivo en la Misa del Domingo de Ramos de la Semana Santa del año pasado como forma de protesta después de la publicación de un documento del Dicasterio para la Doctrina de la Fe que prohibía la bendición de las uniones entre parejas del mismo sexo.

En su sermón dijo que la Iglesia «ha bendecido las armas, ¿cómo prohíbe hoy la bendición de una pareja que se ama sólo por ser homosexual?».

La diócesis de La Spezia-Sarzana-Brugnato comunicó entonces que se iba a evaluar lo ocurrido en base al derecho canónico:

«El asunto está siendo evaluado en los foros apropiados, de acuerdo con las normas canónicas vigentes.

Es reprensible omitir o realizar un gesto litúrgico al vincularlo a una protesta personal»

En el 2017, el sacerdote se había expresado a favor las uniones entre homosexuales y lesbianas por lo que desde algunos sectores se pidió que fuera apartado del sacerdocio.

El presbítero no solo ha seguido defendiendo la bendición de parejas homosexuales y su supuesto derecho a adoptar, sino que se ha manifestado a favor de la aprobación de la eutanasia y el suicidio asistido así como del aborto. Es decir, algo muy parecido a lo que sostiene la co-presidenta del Sínodo Alemán, Irme Stetter-Karp.

Finalmente, la diócesis ha comunicado su suspensión:

Comunicado de prensa del 3 de octubre de 2022

Don Giulio Mignani, tras la repetición a lo largo de los años de una serie de sus declaraciones públicas que no se ajustan al Magisterio de la Iglesia, en el mes de diciembre de 2021, se le había dado a conocer por el Obispo meidante un acto formal que debía observara los compromisos pastorales y canónicos libremente asumidos con la Sagrada Ordenación y con el ejercicio del oficio de párroco, estableciéndose que si no los observaba incurriría, latae sententiae, en la suspensión de la celebración pública de los sacramentos y sacramentales, y de la predicación.

Desgraciadamente, en los últimos meses, el P. Giulio ha seguido haciendo más declaraciones y, por tanto, se debe venir a declarar que ha incurrido en la citada suspensión.

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