sábado, 2 de octubre de 2021

CÓMO SANEAR LOS GOBIERNOS DE LAS NACIONES

 Siguiendo el último post. (Aclaremos primero que la foto no es de un parlamento, sino de una iglesia.)  El ideal de la democracia pienso que pasa por dar un paso más allá de la usual división de los Tres Poderes, separando el Poder Ejecutivo del Poder de los representantes del Pueblo.

Por supuesto que el Ejecutivo debe seguir siendo elegido por la mayoría de votos del Parlamento, pero habría que convencer a los políticos de que su misión es representar, elegir, no poner ellos mismos las manos sobre la tarta del Poder Ejecutivo.

El Parlamento, todos los partidos, deben tener la misión de aconsejar al Gobierno, de darle indicaciones, pueden reprenderle, sugerirle medidas, pueden pedir el cese de un ministro; y, por supuesto, pueden someter a votación el cese del presidente del Gobierno.

Si lográramos esta “división de poderes” entre representación del Pueblo y Poder Ejecutivo, se podría elegir al presidente del modo más unánime posible por parte del parlamento.

Una división de este tipo no evita que la lucha política continúe, pero lo haría de un modo más saneado. Ahora mismo la lucha política consiste en que si mi partido apoya al tuyo, todo lo que haga tu presidente está bien. Si mi partido no te apoya, todo lo que haga tu presidente está mal.

Lo ideal sería, ¡en una situación ideal!, que la confrontación política continuase, pero bajo un presidente que siguiera gozando de la confianza de los representantes del Pueblo durante largos mandatos. El voto secreto será imprescindible para que por un lado estén los discursos y por otro derrotero discurran las votaciones. Porque los mismos congresistas de un partido podrían entender que alguien es un buen presidente, diga lo que diga el líder del propio partido.

Ya sé que lo que propongo está muy lejos de poderse hacer. Pero entiendo que sería lo mejor para todos: un gobierno no partidista, de todos, y que no tenga que preocuparse tanto de la cambiante y caprichosa opinión pública.

Soy consciente de que lo que propongo hoy día es imposible. Sé que los representantes del Pueblo siempre querrán ser ellos mismos los que también gobiernen. Sé que hay una cierta lógica en que los representantes del Pueblo sean los que gobiernen.

Pero no hay ninguna duda de que el sistema actual tiene vicios y que esta propuesta (si se lograra) sería el modo de salir de la actual situación contaminada por el egoísmo. ¿Pero cómo llegar a una visión altruista de la política? ¿Cómo llegar a una situación en que las decisiones de gobierno se tomaran con una visión no partidista? Incluso si se lograra implantar este acuerdo, la naturaleza humana ejercería una tendencia hacia la búsqueda del propio bien particular (el de cada partido) frente al bien común. Incluso logrando esto, el acuerdo altruista sería muy inestable.

P. FORTEA

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