En una entrevista concedida hace nueve años al vaticanista italiano Paolo Rodari del diario Il Foglio, el fallecido y reconocido exorcista P. Gabriele Amorth (1925-2016) se refirió a posibilidad de que los sacerdotes culpables de abusos sexuales podrían sufrir más en el infierno que otros condenados.
El P. Amorth respondió esta pregunta al comentar la homilía que en 2010
hizo el entonces promotor de justicia de la Congregación para la Doctrina de la
Fe y que ahora es Arzobispo de Malta, Mons. Charles
Scicluna, y señaló que
si bien es cierto que un sacerdote que ha cometido abusos sexuales podría
sufrir más en el infierno que otros, es necesario no exagerar y nunca olvidar que
nadie sabe "hasta donde Dios sabrá perdonar"
porque Él es esencialmente misericordia.
El exorcista de Roma afirmó que le escuchó decir a Mons. Scicluna que "para los sacerdotes culpables de abusos sexuales a
menores el infierno será más duro que para otros". Frente a eso,
señaló que "incluso si pudiese tener razón,
creo que es necesario concentrarse en no hacer que la Iglesia se convierta en más
justicialista que los tribunales civiles. En mi opinión se está
exagerando".
Al ser preguntado sobre si la Iglesia es muy dura con los sacerdotes que
cometen abusos sexuales, el P. Amorth precisó: "no
he dicho eso. Pienso sin embargo en que Dios es misericordia. Cada pecador, a
través de la confesión y la penitencia, puede comenzar siempre nuevamente".
"Ciertamente: un sacerdote que ha cometido
algunos pecados tiene delante de sí una existencia difícil, en la que siempre
cargará con sus culpas, porque algunas de estas no se cancelan con una simple
lavada en la propia existencia. Estas, si bien podrían ser redimidas, están
siempre ante quien las ha cometido. Entonces la caridad, la oración y la
penitencia darán sentido a la vida si de verdad se está
arrepentido".
"La Iglesia no debe olvidar que la palabra
que mejor define quién es Dios es la misericordia. Y nadie puede
saber cómo será el juicio de Dios. Nadie puede saber hasta donde la
misericordia de Dios será capaz de llegar, hasta dónde Dios será capaz de
perdonar", agregó.
El exorcista indicó luego que los demonios son muchos y explicó que
ellos "han elegido libremente rebelarse contra
Dios y estar en el infierno. El infierno, que ha mencionado Mons. Sicluna, también tiene grados.
Así como también el paraíso. Esto se da como si estuviera compuesta de
muchísimas estrellas que brillan cada una de modo distinto".
"Es obvio que el alma de San Francisco brille
de modo distinto a la de un gran pecador que se convierte en el último instante
de su vida. Así también el infierno está hecho de muchos condenados, todos
sometidos al príncipe de las tinieblas, Satanás, todos sometidos
jerárquicamente".
"Recuerdo el relato que me hizo una vez el
exorcista del que aprendí todo: el Padre Candido (Amantini), que durante
treinta años fue exorcista en Roma y en la Escala Santa. Estaba exorcizando a
un poseído cuando al demonio que estaba dentro de esta persona le dice: ‘¿por
qué no te vas del infierno? ¿por qué no dejas las tinieblas en las que estás?
¿por qué no regresas a la luz?’. El demonio le respondió: ‘Tú no sabes nada’
–para nosotros los exorcistas cuando un demonio dice esto es porque está a
punto de decir algo verdadero, no está mintiendo – ‘Tú no sabes nada’ dijo el
demonio al Padre Candido y añadió: ‘Si me voy de allí Satanás me
castiga’".
"Con esto quiero decir que en cierto sentido
Scicluna tiene razón: existe una jerarquía también en el infierno. Todos
están sometidos al ángel caído. Todos se odian y se hostigan y
buscar prevalecer sobre los otros, pero todos temen a Satanás", precisó.
Tras subrayar que nunca escuchó a un demonio hablarle de los pecados del
clero en relación a niños, el P. Amorth afirmó que los espíritus malignos "hablan poquísimo. Son reacios a hablar. Durante los
exorcismos es dificilísimo sacarles alguna palabra. Y cuando hablan la mayor
parte de las veces mienten. Dicen muchísimas mentiras".
Esto sucede, concluyó, "porque no quieren
revelarse. El exorcismo los constriñe a salir al descubierto, a decir quiénes
son y a irse de la persona poseída, mientras que ellos quieren quedarse
encubiertos y destruir la vida de los que poseen".
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