El P. Vincent Lampert, exorcista de la Arquidiócesis de Indianápolis, nos da tres consejos para protegerse de las asechanzas del demonio.
Por: Patti Armstrong | Fuente: NCRegister.com //
ACIprensa.com
El demonio siempre tienta a la gente para que
peque, por ello el Apóstol San Pablo afirma en su carta a los Efesios que la
batalla no es contra enemigos de carne y sangre, sino contra “los soberanos del mundo de tinieblas, contra los
espíritus del mal que habitan en el espacio”.
Ante esta situación y en entrevista concedida al
National Catholic Register, el P.
Vincent Lampert, exorcista de la Arquidiócesis de Indianápolis, dio tres
consejos para protegerse de las asechanzas del demonio.
1.-
HACER LAS “COSAS BÁSICAS”
El P. Lampert indicó que cuando la gente le pide
ayuda contra los ataques del demonio, él les sugiere hacer las “cosas básicas”. “Si son católicos, les digo que oren, se
confiesen y vayan a Misa”, resalta.
El exorcista comentó que la gente suele
considerar estas cosas como actos rutinarios y alegan que no son efectivos.
“Me miran como si estuviera loco, pero si les digo que
agarren un gato por la cola y que le den vueltas alrededor de sus cabezas a
medianoche lo harían. La gente cree que deben hacer algo extraordinario, pero
en realidad las cosas más ordinarias son las que construyen gracias y dan
protección”.
“Si un católico reza, va a
Misa y recibe los sacramentos, el diablo da la vuelta y se va”, enfatizó.
2.-
SABER QUE EL PODER ESTÁ EN LA FE Y NO EN LOS OBJETOS
El exorcista explicó que el crucifijo, las
medallas, el agua bendita y otros sacramentales católicos tienen un poder de
protección, pero lo que realmente los hace poderosos es la fe, no el objeto en
sí mismo. “Sin ella no pueden hacer mucho”, dijo.
Asimismo, el sacerdote advirtió sobre usar estos
sacramentales como amuletos para la “buena suerte”.
En una ocasión, recordó, un conductor le dijo que la imagen que tenía de
un ángel guardián los iba a proteger. Él respondió: “no,
ese pedazo de metal no te va a proteger. Solo si te recuerda que Dios envía
ángeles para protegerte”.
El P. Lampert recordó el relato del Evangelio
sobre la vez que Jesús fue a Nazaret, su ciudad natal, y no pudo realizar allí
ningún milagro porque la gente no tenía fe. Sin embargo, otras personas se
curaron porque tenían fe. Un ejemplo es la hemorroísa que pensó que con solo
tocar el manto de Cristo se sanaría. Y así fue.
3.-
ESTAR EN UNA COMUNIDAD DE FE
El P. Vincent Lampert comentó que muchas
personas pertenecientes a diferentes confesiones no católicas se acercan a
pedirle ayuda. “Yo los ayudo si vienen con alguien
de su misma Iglesia. Necesito saber si están conectados a una comunidad de fe y
si alguien continuará con ellos”, indicó.
El exorcista explicó que el ministerio de exorcismo
y liberación implica un cuidado pastoral especial y es necesario que la persona
crea y tenga fe.
“La mitad de la gente que
viene a verme no tiene fe. Ellos quieren los beneficios de estas prácticas pero
no quieren comprometerse con Cristo (...) Si ellos no invitan al Espíritu Santo
a sus vidas y desarrollan una relación con Cristo, la situación empeorará. En
caridad les digo que se vayan”, explicó.
Traducido y
adaptado por María Ximena Rondón para nuestros aliados y amigos.
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