La pretendida por el PSOE es de carácter totalmente laicista
La jornada sobre
los Acuerdos Iglesia-Estado celebrada en la Facultad de Derecho Canónico de la
Universidad Católica de Valencia (UCV) ha concluido que la Ley Orgánica de
Libertad Religiosa (LORL) no necesita su derogación, sino actualización con
consenso parlamentario y alejado del intento de propugnar un «laicismo
militante» y una «religión política».
(Avan/InfoCatólica) Según ha explicado el
catedrático de la Universidad de Extremadura, Jaime Rossell, «la cooperación Iglesia-Estado ha de moverse
en un delicado equilibrio,
construyendo un modelo de laicidad positiva que no de laicismo, defendido por
partidos políticos y sectores sociales que podría convertirse en una suerte de
religión política. Desde el Gobierno del PSOE de Pedro Sánchez en coalición con
Unidas Podemos y apoyado puntualmente por otros grupos políticos, no es difícil
pensar según lo expresado en diferentes documentos políticos y proposiciones de
ley, que podría convertirse en realidad».
Además, «esto daría paso a una ley sin consensos
parlamentarios que alumbrase una nueva regulación que apuesta por el laicismo
estatal más que por la neutralidad del Estado ante el hecho
religioso. Ese laicismo militante se nos presenta al modo de una religión
política propia de sistemas totalitarios, o en los que, en aras de una
pretendida neutralidad, se excluya cualquier manifestación religiosa de la vida
pública», ha asegurado.
Rossell, quien es miembro de
la Comisión Asesora de Libertad Religiosa del Ministerio de Justicia, ha
afirmado igualmente que «cuando el PSOE
habla de avanzar en el desarrollo del principio de laicidad, olvida el sentido
en que se utiliza este término por nuestro Tribunal Constitucional (TC). Y esa llamada a
no confundir entre funciones religiosas y estatales es suficiente como para no
necesitar una modificación de la LORL en la que se especifique cómo debe
regularse el uso de símbolos religiosos en el espacio público, la presencia o
no de funcionarios en actos religiosos o la neutralidad del estado en los actos
públicos».
«La
laicidad a la que se refiere el PSOE y en la que quiere seguir profundizando ya
está garantizada en nuestro ordenamiento y amparada en
la legislación en vigor. No es que la LORL no sea inmutable, pero ya protege
suficientemente la cooperación de las confesiones religiosas, así como las
concepciones no fideístas (ateos, agnósticos o indiferentes). Existe una
coincidencia acerca de la necesidad de modificar la LOR adaptándola a los
tiempos actuales, pero no por ello su derogación, como propuso ERC que lo que
buscaba era seguir ahondando en la descentralización administrativa a través de
la gestión del fenómeno religioso. La proposición de ley no prosperó, pero
introdujo la necesidad de regulación de la libertad ideológica o de pensamiento
y conciencia que se ha convertido en uno de los argumentos que se esgrimen para
proponer una nueva ley».
En este contexto, ha
considerado que «tenemos que empezar a
concienciarnos de que la libertad religiosa es buena y que la acción de la
Iglesia católica es buena. Tenemos que ir hacia una defensa de la
religión en la esfera pública».
«Hay que
defender un marco jurídico donde ejercer el derecho a la libertad religiosa sin que
esto suponga defender un sistema igualitarista entre todas confesiones
presentes en la UE. La reforma no necesita violentar el espíritu de la libertad
religiosa individual y colectiva atendiendo a lo dispuesto por la Carta Magna,
hasta el punto de que se ha convertido en modelo para los países de nuestro
entorno y similar cultura jurídica. La Ley de 1980 sirvió para la concordia,
que debería prevalecer en la España de 2021», ha concluido Rossell.
LIBERTAD RELIGIOSA
FRENTE A LAICISMO EXCLUYENTE
En las XVI Conversaciones Canónicas
Valentinas ha participado también el catedrático de la Universidad Autónoma de
Madrid, Ricardo García, quien se ha referido a la necesidad de la vigencia de
estos acuerdos. «La UCV ha ganado un recurso de
amparo ante el Tribunal Constitucional en la discriminación a las becas de
nuestros alumnos. También en relación a la posibilidad de realizar prácticas en
relación en centros de salud. Lo ha tenido que luchar la UCV y lo ha hecho
basándose tanto en la LORL como en los Acuerdos con la Santa Sede».
Además, ha presentado el libro
Derecho y Religión (UCV-Edisofer 2020), auspiciado por las tres grandes
confesiones (catolicismo, islam y judaísmo) y que ha coordinado junto con el
catedrático de la Universidad de Extremadura, Jaime Rossell.
El volumen, que también está
en formato electrónico, «aborda desde las temáticas
más tradicionales de derecho y religión a otras muy novedosas como la libertad
religiosa y el deporte, extranjería y libertad religiosa, alimentación y
libertad religiosa, seguridad vial y confesiones religiosas... Lo
relevante es que en la Universidad Católica de Valencia se trabaja por la
libertad religiosa a través de la investigación aplicada», ha
subrayado este experto.
Por otro lado, el catedrático
ha reconocido la regulación jurídica de la libertad religiosa en España, que ha
sido ejemplo para los acuerdos suscritos con la Federación de Entidades
Religiosas Evangélicas (FEREDE), la Federación de Comunidades Judías en España
(FJCE) y la Comisión Islámica en España (CIE). «Podemos
estar muy orgullosos de esta ley, pues ha sido, además, modelo para muchos
países, especialmente en
Latinoamérica y en la Europa del Este».
CARDENAL CAÑIZARES:
«LA PRETENDIDA REFORMA DE LA LEY POR EL PSOE ES DE CARÁCTER TOTALMENTE
LAICISTA»
El encuentro ha sido presidido
e inaugurado por el cardenal Antonio Cañizares, autor en primera línea tanto en
la génesis de aprobación de los acuerdos con la Santa Sede como en la formación
en España de la LOLR. Así, ha incidido en que «el
primer acto multitudinario de celebración religiosa ha sido el ejemplo de
colaboración institucional».
«Fue un hecho
histórico que se produjeran los acuerdos Iglesia-Estado, y también cuando se
aprobó la ley. Por eso, es un tema de máxima actualidad que en estas jornadas
se reflexione sobre ello y felicito a la Facultad de Derecho Canónico de la UCV
por amparar esta iniciativa», ha señalado. «Lo mejor es que se mantenga la ley
de 1980 porque la pretendida reforma de la ley por el PSOE es de carácter totalmente
laicista. Espero que no tengamos
que arrepentirnos de la nueva ley de libertad religiosa», ha subrayado Cañizares.
COLABORACIÓN DE LOS
TRIBUNALES ECLESIÁSTICOS CON LOS TRIBUNALES ORDINARIOS
Durante las jornadas se ha
celebrado una mesa redonda centrada en la doctrina en relación al seguimiento
de los delitos sexuales contra menores, en la que el juez Francisco de Asís
Silla, titular del Juzgado de Instrucción número 3 y profesor de la UCV, ha
disertado sobre los aspectos penales que pueden derivarse contra el ordinario
como consecuencia de estos delitos, conocido penalmente como indemnidad sexual
de los menores de edad.
«He estado
observando el vademécum de la Sagrada Congregación del Vaticano y el motu
proprio Sacramentorum sanctitatis tutela y, en principio, va mucho más allá de
lo que pueda exigirse desde el punto de vista civil», ha asegurado el magistrado.
De este modo, se ha referido a
las características y peculiaridades de los delitos contra la libertad y la
indemnidad sexual –recogidos en el título octavo del código penal y que equivalen
en el Código de Derecho Canónico a los pecados contra el sexto mandamiento- así
como a las consecuencias que pueden derivarse». La idea en la que ha querido
incidir es en «la necesaria colaboración de los
tribunales eclesiásticos con los tribunales ordinarios en el orden penal».
Por su parte Carlos López
Segovia, vicesecretario para Asuntos Generales de la Conferencia Episcopal
Española (CEE), ha subrayado que «la Iglesia es la
mayor interesada en que se haga justicia en este tipo de causas, en aras a un
mejor cumplimiento de su misión evangelizadora».
En este sentido, López Segovia
ha sostenido que «sería contradictorio que no
buscáramos que se haga justicia, escondiéndonos detrás de no estar obligados a
colaborar con la justicia, cuando todas las intervenciones pontificias en esta
materia, subrayan con insistencia, la obligación de colaborar con las
Autoridades del Estado».
El ponente ha afirmado que «la obligación de colaborar con las Autoridades se
refiere en modo particular para los hechos acaecidos en el fuero externo
canónico, el cual no debe ser confundido con el fuero interno, el cual está
protegido por el ordenamiento jurídico canónico como por el español».
El fuero
interno, señala el vicesecretario, abarca el fuero interno sacramental, es
decir, el secreto de confesión que es absolutamente inviolable -ni siquiera con
permiso del penitente-; y el fuero interno no sacramental, que es todo aquello
relacionado con lo que se le confía a un clérigo en razón de su ministerio, y
cuya revelación requiere de algunas condiciones, tales como -entre otras- el
permiso de la persona que realiza la confidencia«.
El vicesecretario para Asuntos
Generales de la CEE ha recordado que «en el ámbito
del derecho eclesiástico del Estado se protege todo el fuero interno -ya que
hay religiones que no tienen sacramentos-, y que abarca lo que se le dice a un
ministro de culto en el ejercicio de su ministerio», señalando que »la protección que el Derecho español realiza sobre este
aspecto responde al deseo de garantizar el derecho fundamental de la libertad
religiosa, en modo análogo, v.gr. al secreto profesional de un abogado que
responde al deseo de garantizar el derecho fundamental a la presunción de
inocencia«.
En este punto, López Segovia
ha precisado que «no todo lo que se le dice a un
ministro de culto en el ejercicio de su ministerio está protegido por la
exención de los arts. 262, 263 y 417 de la ley de enjuiciamiento criminal, ya
que no se le puede exigir a la ley del Estado que nos dé más de lo que nosotros
pedimos canónicamente para el mismo ámbito jurídico correspondiente».
Esto es, porque el propio
ámbito canónico prevé expresamente el principio de colaboración con las
autoridades civiles en el Rescripto del papa Francisco con el cual se promulga
la Instrucción sobre la confidencialidad de las causas, de 17 de diciembre de 2019.
Además, -ha concluido el ponente- en determinados casos, «la obligación de comunicar, o de colaborar, con las
autoridades estatales, puede convertirse en un derecho para la autoridad de la
Iglesia Católica, que también resulta dañada por este tipo de crímenes».
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